El aguante, capítulo Bahía

BAHIA BLANCA
ENVIADOS ESPECIALES

Como era de esperar, los hinchas de Estudiantes dijeron presente en el Estadio Roberto Carminatti de la ciudad de Bahía Blanca. Movilizados en colectivos y aprovechando la apertura de las puertas para los visitantes, más de mil desafiaron los 650 kilómetros entre La Plata y el Sur de la Provincia.

La jornada se presentó tranquila, sin inconvenientes y mucho respeto entre platenses y bahienses. Es que a pesar de las diferencias de colores el lazo entre las ciudades es innegable.

Uno de los micros que trasladó a hinchas de Estudiantes sufrió un desperfecto en la ruta y los simpatizantes llegaron al estadio cuando el partido ya había comenzado

Las primeras banderas que se colocaron fueron las de “Ensenada” y “Tolosa Enajenada”, cuando el estadio Carminatti era una postal silenciosa. Es que los hinchas de Estudiantes fueron llegando una hora y media antes del inicio del partido, mientras que los locales recién aparecieron 30 minutos antes. Igual, uno de los micros que trasladó a simpatizantes albirrojos sufrió un desperfecto en la ruta y éstos llegaron cuando el encuentro ya había comenzado.

Bahía Blanca, como muchas ciudades del interior del país, todavía conservan esa tradición de dormir la siesta entre las 14 y las 17. En definitiva no sólo el estadio estaba vacío sino que en las calles no se vio un alma.

Pasadas las 17 arribó la mayoría de los hinchas de Estudiantes. Lo hicieron en los colectivos que partieron desde nuestra ciudad bien temprano en la mañana.

Filiales y agrupaciones montaron una movilización importante teniendo en cuenta la lejanía y la dificultad que significa unir La Plata con el sur de la provincia de Buenos Aires por la ruta 3, inexplicablemente de mano y contramano, muchos kilómetros sin banquinas y cantidad de baches y pozos.

El viaje en avión fue reservado para unos pocos, ya que se dio justo en el final del año cuando el dinero se reserva para las Fiestas y vacaciones. Otros rompieron el chanchito y se subieron al vuelo que partió por la mañana desde Aeroparque.

Para las 17:30 la popular visitante empezó a tomar color rojo y blanco. “Punta Lara”, “Altos de San Lorenzo”, “Abasto”, “Los Leales”, “Villa Alba”, “Seba”, “El Retiro”, “Mendoza”, “Berisso”, “Agrupación Los de Siempre”, “Agrupación Marcos Rojo”, “Los Hornos”, “Qué placer verte otra vez”, “El Rincón”, “225 y 59”, “Ringuelet”, “La Loma”, y “Villa Elisa”, entre muchos otros ‘trapos’ colocados en el alambre de la tribuna que da espaldas a los talleres del ferrocarril.

Como a los jugadores, a los hinchas les costó afirmar las banderas porque el viento que sopló durante todo el partido desde el Sur hizo que se volaran las chapas, los papeles y varias cosas más.

Los primeros jugadores en saltar al campo de juego fueron los dos arqueros, Hilario Navarro y Mariano Andújar. Fue el primer contacto del arquero campeón de América con los hinchas, que por supuesto lo recibieron al grito de “Andújar, Andújar...”.

Entre los dirigentes sólo llegaron los encargados del fútbol profesional Diego Ronderos y Osvaldo Lombarda. Junto a ellos un grupo de familiares y el juez Claudio Bernard, integrante de la Comisión Directiva. Fueron ellos los que dejaron la puerta abierta del estadio de Arsenal para el partido de la próxima semana, la revancha frente a Olimpo.