El gran esfuerzo del Lobo se resquebrajó justo en el final

Por ANIBAL GUIDI
COMENTARIO

Las brusquedades de los jugadores y la celosas determinaciones del árbitro Diego Ceballos , que 48 horas antes había dirigido en Caracas La Guaira y Sp. Luqueño por Copa Sudamericana y llegó con lo justo para controlar en el Bosque, desnaturalizaron totalmente un partido que tuvo de todo.

También tuvo poco de fútbol bien jugado, y que se terminó llevando Boca (2-1) porque el Lobo no lo aguantó con dos jugadores menos por las expulsiones de Oliver Benítez primero y Maximiliano Coronel después, los dos por infracciones desde atrás en perjuicio de Cubas y Peruzzi, respectivamente.

El Xeneize también se quedó con uno menos, en este caso Jonathan Calleri (codazo en perjuicio de Barsottini ) cuando el local ganaba con un golazo del rionegrino Mazzola, a los 2’ del complemento.

Después lo igualó Boca con tanto del uruguayo Nicolás Lodeiro , a los 11’ (recibió un rebote en el área y definió con toque al palo izquierdo), y cuando ya se iba el partido y uno jugaba con 9 y el otro con 10, Andrés Chávez empujó casi sobre la raya un centro de Palacios desde la derecha y selló el resultado en el Bosque. Las brusquedades de sus propios jugadores hizo que Gimnasia sufriera mucho el partido. Y no porque el rival le generara mucho en ofensiva, pero sí porque le monopolizó la pelota y, si lo comprometió, fue a través de los remates de media y larga distancia, generalmente ejecutados por Tevez, que se juntó con Calleri y el juego lo aportaron entonces Pérez-Gago-Lodeiro. El partido, especialmente en la segunda parte, tuvo situaciones tan críticas como determinantes. Con un árbitro que no dejó pasar nada y que así como acertó en algunas decisiones se equivocó en otras (con el tanteador 1-1 debió haberlo expulsado a Tobio que, estando amonestado, cometió una infracción contra Nico Mazzola como para sumar una segunda amarilla e irse a los vestuarios) el Lobo tuvo que arremangarse y jugarse la heroica, como que los volantes centrales fueron Nacho Fernández y Rojas, con Alvaro Fernández jugando de zaguero central y el resto tratando de hacer de todo un poco porque Boca se venía también a los ponchazos, pero sacando provecho, en ese desorden imperante dentro de la cancha, de la capacidad técnica de sus jugadores. Pero existió otro hecho clave. Ya en el cierre se lesionó Oreja (sufrió un corte que mereció atención médica) y su regreso se demoró en demasía por lo que Troglio , que ya tenía dispuesto el ingreso de Omar Pouso por uno de los volantes, lo metió por el marplatense que bien pudo haber seguido en cancha. Sin cobertura por el lateral izquierdo de la defensa (por la expulsión de Benítez, Oreja se corrió a ese sector para propiciar el ingreso de Bonifacio) , en la expiración del partido (luego se agregaron 4’ más) por allí llegó libre Palacio s habilitado por Gago para meter un centro rasante y bajo que no pudo cortar Navarro (su único e importante error) y que Andrés Chávez la empujó a la red casi sobre la línea de sentencia. Esta claro que Gimnasia no lo pudo controlar a Boca, pero jugar tanto tiempo en inferioridad numérica y que el rival le manejara la pelota, como lo hizo en la práctica, lo que le generó un gran desgaste físico. Pero el equipo de Troglio se jugó todo a suerte y verdad, con uno menos le pasó a ganar al puntero con una gran corrida de Mazzola -habilitado en forma excelente por Mendoza - con tiempo para enfrentar a Orión , superarlo con gambeta hacia la derecha para luego despedir un remate alto y al medio desde ángulo cerrado. Le faltó al local una cuota de serenidad e inteligencia, las acciones de Benítez y Coronel merecían sin duda la roja y está claro además que, con el partido caliente, las decisiones del árbitro le terminaron dando una mano a Boca que se subió a la punta con 49 puntos hasta que juegue hoy San Lorenzo, y estiró su racha a 3 triunfos al hilo y 4 consecutivos en igualdad cantidad de salidas. Gimnasia (35) sumó su segunda caída y dejó su invicto de 7 cotejos en el Bosque.