Falleció Henry Barale, el primer capitán de la generación dorada

A los 75 años murió ayer en Haedo el ex futbolista albirrojo Henry Barale, el capitán del equipo que lograra el título en el Metropolitano de 1967, el primero de una larga época de conquistas. Su nombre, originalmente, se escribía sin “h”, pero como era tan repetido el error la adoptó como propia.

Sus restos fueron velados anoche, hoy serán cremados en un cementerio privado y por un previo deseo suyo serán esparcidos en 57 y 1, donde también descansan Felipe Ribaudo y Ramón Aguirre Suárez.

El elegido de Zubeldia

Su llegada a Estudiantes se produjo en enero de 1965, en el primer año de Osvaldo Zubeldía en el Club. Lo conocía de su paso por Banfield y no dudó en ponerlo en la lista de prioridades para reforzar el plantel.

Barale había nacido en Córdoba, realizado las divisiones inferiores en Boca y cedido a préstamo al Taladro a comienzos de los años 60.

Era marcador central, de muy buena técnica y en sus primeros años hizo dupla con Miguel Angel López. Luego su ladero fue el Negro Aguirre Suárez.

Fue capitán de Estudiantes en el Metro ‘67. Jugó todos los partidos, incluso la noche de la semifinal en la Bombonera cuando el Pincha ganó 4-3 luego de estar 3-1 abajo y con un jugador menos. Es noche se lesionó en una de sus rodillas y semanas más tarde tuvo que ser operado. Pero como no había más cambios se tuvo que quedar en cancha y fue parte de una hazaña que cambió la historia del Club.

Formó parte de los planteles que ganaron la Libertadores y la Intercontinental en 1968, pero con poca participación. Por eso en el ‘69 se marchó a Deportivo Morón, ciudad en la que se radicó definitivamente.

Pero su amor por Estudiantes fue para toda la vida. De hecho, era el padrino de Cynthia Ribaudo, la hija del ex jugador albirrojo.

El periodista Walter Vargas lo recordó así en su cuenta de Facebook: “En el Metropolitano del 67 hizo una gran dupla con el muy joven Ramón Alberto Aguirre Suárez en clave de héroes y villanos. El tucumano ponía las asperezas y Barale ponía las sutilezas”.

“Después sobrevino lo de la Bombonera en tiempos en los que muy pocos futbolistas volvían de una lesión severa. En el 68 jugó un puñado de partidos, en el 69 pasó a Deportivo Morón y luego de su prematuro retiro por ahí mismo se quedó a vivir, en el oeste del Gran Buenos Aires”, cerró.