Huracán, el primer campeón del año del fútbol argentino

Huracán derrotó anoche a River Plate por 1 a 0 y se alzó con la Supercopa Argentina. El partido se jugó en estadio del Bicentenario, de San Juan, y el gol del Globo lo anotó el chileno Edson Puch, a los 21’ del primer tiempo. El equipo de Parque Patricios se llevó un premio de 2.000.000 de pesos y el perdedor 500 mil. Por si fuera poco, el conjunto que orienta Néstor Apuzzo se ganó un lugar en la próxima edición de la Copa Sudamericana.

Esta fue la tercera edición de esta Copa. En las anteriores festejaron Arsenal y Vélez. El Arse le ganó a Boca y el Fortín venció curiosamente a los de Sarandí.

Huracán hizo un planteo inteligente y, en el final, supo controlar la presión de River.

Mientras el Globo hizo un buen aprovechamiento de las situaciones que se le presentaron, River en el primer tiempo debió lidiar con sus problemas defensivos.

Así, y luego de un inicio con juego equilibrado, Huracán dio la sorpresa, a los 21’ con un gol de buena factura. Toranzo metió un pase perfecto al vacío para que Espinoza se luciera con una gambeta hacia el medio y un pase al medio para que el chileno Puch remató cruzado al palo izquierdo, tomando a contrapié al arquero Barovero.

En general el Globo se mostró prolijo en la distribución de la pelota, además abrió bien la cancha y apostó al pivoteo de una fija, Wanchope Abila.

Mientras que River, por el sector izquierda, pudo inclinar la cancha en algunos pasajes. Con un Rojas siempre inteligente, que entendió bien el juego, más la explosividad de Pity Martínez y las subidas de Vangioni.

Siempre libre apareció el ex volante de Huracán pero reincidió en los mismos recursos que no le están dando resultados: lo controló bien de cerca Mancinelli.

En el final pudo haber aumentado Huracán pero Barovero en gran intervención le achicó el disparo libre a Abila, que mordió el remate final.

La falta de respuestas ofensivas de su equipo hizo que el Muñeco Gallardo mirara hacia el banco de suplentes y, enseguida, mandó a la cancha a Pisculichi y Driussi, en lugar del amonestado Carlos Sánchez y Ariel Rojas.

A todo esto Huracán se metió cada vez más en su propio campo dispuesto a combatir todos los ataques de River, que se repitió con los lanzamientos cruzados.

Pese a que Driussi entró bien y que trató de romper por los costados, a River le costó mucho poder romper con la marca de su rival.

A los 21’ pudo Mora haber logrado el empate. Asistido por Martínez, debajo del arco, el uruguayo quedó libre para entrarle de cabeza al balón que cruzó toda el área y se fue afuera.

River fue hacia el área del Globo con toda su artillería, aunque a veces como podía y llenando de centros la zona de Marcos Díaz. Pero el Globo, a los 28’ casi convierte de contra con la inmejorable situación que tuvo Wanchope Abila, quien no pudo rematar cuando había quedado cara a cara con Barovero.

El segundo tiempo resultó un monólogo del millonario. Huracán se defendió en su propia área y, a su favor, jugó el hecho que River, pese a su insistencia, no encontró los espacios para poner a un jugador de cara al gol.

Se repitió mucho River. Se cerró bien Huracán. No pudo quebrar en el mano a mano, y el equipo de Gallardo no tuvo fortuna para el rebote de una segunda jugada.

Y cuando llegó a través del cabezazo, primero vía Mora y luego vía Cavenaghi, lo frustraron los reflejos instintivos del golero Díaz.

River chocó contra él en el segundo tiempo. Por el arquero Huracán sostuvo la ventaja hasta el final, en que desató toda su alegría por la conquista.