Semejante sacrificio albiazul merecía un resultado diferente

Por NICOLAS NARDINI
ANALISIS

En general, porque en definitiva es lo que cuenta, los resultados suelen llevarse puesto todo análisis. Pero hay derrotas y derrotas. Y la de ayer de Gimnasia tuvo un cierto tinte de castigo desmedido. Es más, hasta posiblemente sería desmesurado hablar de injusticia en el triunfo de Boca, lo cual sería caer en una discusión más relacionada con la subjetividad de cada espectador que con algo que pueda afirmarse de manera tajante.

De todos modos, la sensación que imperó en el Bosque es que el equipo de Troglio, luego de un esfuerzo colosal, merecía al menos el consuelo de llevarse algo del terreno de juego. Por el despliegue físico, por la concentración, por la añadidura de un plus temperamental y, por sobre todas las cosas, por la valentía de no quitar un jugador de características ofensivas cuando se quedó con diez hombres en el primer tiempo. La tentación de quitar un delantero hubiera sido el camino más fácil para Troglio. Sin embargo, se la jugó, mantuvo a los jugadores de buen pie en el terreno y puso en apuros hasta el final al líder del fútbol argentino, que tiene en sus filas a uno de los mejores jugadores del mundo.

El punto negativo de Gimnasia fue la extralimitación de algunos de sus futbolistas, como los expulsados Benítez y Coronel, que con dos faltas innecesarias (y en sectores del campo donde lejos estaba de quedar comprometido el arco de Navarro) expusieron a sus compañeros a jugar casi todo el partido con un hombre de menos. Primero 11 contra 10 y, luego, 10 contra 9.

Encima, por esos detalles que tiene el fútbol, el equipo mens sana se quedó sin Oreja en el final y allí quedó un hueco bien aprovechado por el Xeneize para alcanzar la victoria.

CONSAGRATORIO

Fue el trabajo de Nicolás Mazzola, merecedor ineludible de un párrafo aparte. El delantero se viene destacando desde hace varios partidos, con acciones que no tienen el brillo de un caño o una gambeta pero cuyo específico para el juego del equipo es ostensiblemente mayor al del lujo que más pueda llenar los ojos. Su labor de espaldas al arco contrario, para aguantar el balón, descargar, y permitir que el equipo salga, es uno de los aspectos centrales del diseño de juego albiazul.

A este esfuerzo, el punta le está agregando claridad a la hora de definir. Su gol, fue un premio a la insistencia. Y su amor propio, lo consagró ante el triperío.