La invasión trasandina

Con las contrataciones hechas por Independiente y Racing para el torneo que está en su primer tramo, la Argentina se convirtió en el segundo país del mundo más habitado por futbolistas de origen chileno. Porque los clubes de Avellaneda sumaron a Mario Núñez, Sebastián Rozental, Manuel Neira y Marcelo Vega, pero el desembarco ya había comenzado con Alejandro Osorio (Estudiantes), Esteban Valencia y Eroz Pérez (Colón) y Roberto Cartes (Gimnasia de Jujuy). Por no ir más atrás en el tiempo, un ejercicio que permitiría certificar, por ejemplo, que hasta Gimnasia cruzó la cordillera para traer a un marcador central de apellido Vargas (Osvaldo, "El Papudo") en los tiempos que el Lobo la luchaba en Primera B.
Sólo Italia tiene más jugadores de origen chileno que nuestro país, por más que la mayoría no aparece en las formaciones armadas por los distintos técnicos durante la temporada fuerte. La imagen alcanzada por Iván Zamorano, y en menor proporción -por ahora, claro- Marcelo Salas determinó que varios se animaran a nutrirse de jóvenes promesas. David Pizarro, quien está jugando en el Udinese con el Pampa Sosa, y Jaime Valdez, un mediocampista de apenas 18 años, del Bari, asoman como los más próximos a lograr una consideración general. Pero en eso están... Los demás, están en la lucha por desprenderse de la mediocridad. Igual que otros trasandinos que volaron a España y México, otros países con fuerte presencia de futbolistas chilenos.
La pregunta del millón
La pregunta a contestar por estos días sería: ¿Por qué los clubes argentinos miraron a Chile? ¿Qué hay detrás de esta nueva moda en materia de refuerzos? Una serie de consultas realizadas en el vecino país arrojó una coincidencia: el factor económico. Periodistas que han analizado la movida entienden que "después de haberse nutrido de jugadores de Uruguay y Paraguay, en Argentina es tiempo de aprovechar un mercado más ventajoso en lo económico".
Y así como subrayan la transformación en el mercado mundial de un país al que históricamente le costó colocar jugadores, aceptan que "salvo Zamorano y Salas, por estos días figuras destacadas en el Inter y la Lazio, los demás han sido contratados por equipos de segundo nivel", y aquí enumeran medio centenar de apellidos desparramados en el mundo sin grandes chances de aspirar a festejar un título de campeón.

Quién es quién
En Chile llama la atención, verdaderamente, que clubes argentinos se hayan fijado en jugadores de aquel medio que en general no son tenidos en cuenta para el seleccionado que está tratando de ganarse el pasaje para ir al Mundial del 2002, y ahí es donde se afirman para priorizar la cuestión económica como eje de esta movida potenciada con cuatro compras realizadas por Independiente y Racing. Contrataciones que se suman a dos de Colón, una de Estudiantes y otra de Argentinos Juniors, en este caso de un jugador (Roberto Cartés) que por estos días está jugando en Gimnasia de Jujuy.
Los valores que manejan las entidades chilenas a la hora de realizar los traspasos debe haber acelerado a los argentinos en plena búsqueda de refuerzos en un mercado (argentino) con valores en algunos casos increíbles, y las actuaciones de Zamorano y Salas -llegó a Italia después de hacer escala en River- seguro que influenciaron a los encargados de llevar jugadores al calcio italiano.

En Argentina, con más futbolistas chilenos ahora que en toda la historia, el desembarco promete seguir. Y si no que le pregunten a cualquier hincha de Estudiantes. Con el nivel que está teniendo Alejandro Osorio, camino a convertirse en ídolo pincha, seguro que cualquier albirrojo no dudará en decir que sí cuando se entere que están por traer como refuerzo a otro jugador que venga allende la Cordillera.