Otra vez asomó Vargas y Gimnasia ganó una final

Era una final. Ni más ni menos. Y la ganó Gimnasia con un gol a diez del final y ¡cuándo no! de Gonzalo Vargas, que sigue encendido en eso de sacudir redes rivales.

Fue un partido de pobre nivel técnico pero al que le sobró empuje y amor propio. Por rara paradoja el local pudo producir el vuelco en el resultado cuando la visita parecía manejar mejor la pelota aunque sin herir en ataque, y cuando se había instalado mucha impaciencia en la tribuna y un cierto desorden en sus movimientos.

Pero Cabrera metió un centro al área, Delorte, en lucida maniobra individual, puso un taco hacia atrás para la entrada de Vargas por el medio. Bossio se trastabilló en la salida y le permitió al uruguayo llegar antes a la pelota y abrirse hacia la derecha para resolver luego con un remate bajo y cruzado al palo derecho.

Este gol significó la segunda victoria al hilo de Gimnasia que llegó a los trece puntos y también llegó con un aditamento extra, como que le permitió superar en el promedio a su vencido, nada menos.

En un partido cerrado como el de anoche en el Bosque, estaba claro que el que hacía el gol, ganaba. Pero también estaba claro que en eso corría con cierta ventaja el dueño de casa, habida cuenta que era el que intentaba más ya que su oponente, si bien impresionaban con su buen toque de pelota, no tenía resolución frente a Navarro Montoya.

Lanús planteó un juego cerrado, muy similar al que desarrolló días atrás frente a San Lorenzo. Procuró por todos los medios dificultarle el tránsito a Gimnasia de mitad de cancha hacia adelante, ubicando a muchos volante y a un dolo punta (Graf).

Gimnasia entonces, que en el arranque lució impreciso y que pasó por dos momentos de zozobras (remate de Graf que salvó Navarro Montoya contra su palo izquierdo y cabezazo de Gioda, limpio, que se perdió por sobre el travesaño) luego fue recomponiendo su imagen a partir del despliegue de los volantes Escobar y Teté González y a la sociedad que sobre la derecha formaron Lobos y Cabrera.

A pesar de eso lucieron muy solos arriba Vargas y Cervera. El primero, entonces, tuvo que bajar algunos metros para hacerse de la pelota, mientras que el segundo se sintió de una molestia que arrastraba en su rodilla operada y tuvo que salir a 4' del final de la etapa.

Pese a la marca de Lanús y a los problemas propios a la hora de generar juego, Gimnasia fue hacia el área contraria, generó un par de situaciones (Vargas, tras recibir un pase atrás de Cervera remató desviado desde buena posición a los 16') y también obligó a la defensa visitante a ceder catorce córners.

La mayoría de ellos los ejecutó Lobos desde la derecha, y todos también fueron bien resueltos por la defensa granate que lució segura en el juego aéreo.

La presencia de Delorte le dio más peso ofensivo a Gimnasia, que pasó a contar con un referente en el área de Lanús pero, además, el ex Olimpo manejó bien la pelota, se metió bien en el juego asociado y fue clave, al final, en la victoria del equipo de Troglio.

En el complemento, aún con Lobos eclipsado (fue relevado por Casado a los 32'), Gimnasia se jugó el resto, superponiéndose a la recuperación de Lanús que abandonó su actitud de espera y dando un paso adelante se animó a jugar en campo mens sana, aunque sin llegar con claridad hasta Navarro Montoya.

Ahora los pelotazos de Gimnasia tenía un destinatario (Delorte) y Vargas merodeaba el área buscando algún rebote. La jugada llegó, se gestó con justeza, dudó Bossio en la salida y no el uruguayo que estampó el 1-0 que hizo explotar a todo el Bosque de júbilo.