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La piel dulce. Francois Truffaut, uno de los más refinados estilistas sobre el amor dados por el cine. La mujer, el hombre y qué es eso que los une pero llena el vacío inaugural. ¿La crisis de la burguesía es la crisis del amor romántico y cortés? Europa a las 15.

Yo, robot. No está mal esta película de Alex Proyas, siempre tan afectado en su puesta en escena. A medio camino entre la acción y la ciencia ficción, uno termina por simpatizar con el pobre robot asesino profesional y no con el detective que quiere destruirlo, el ahora de moda afro Will Smith. FX a las 16,30.

Carlitos Way. Repuesta mil veces, siempre es fascinante meterse en esta nueva "tragedia norteamericana", al estilo de la novela social homónima de T. Dreisser ("Un lugar en el sol" o "Ambiciones que matan", en el cine). Aquí en vez de un laburante desposeído es -acorde a los tiempos- un mafiosillo (Al Pacino) que mediante la droga quiere llegar al paraíso, y no lo logra, porque detrás de los pobres va la mala suerte, el verdadero castigo de un dios clasista. Space a las 17,30.

El amor cuesta caro. La pareja George Clooney y Catherine Zeta Jones no funcionó como se creyó. Tampoco es precisamente lo mejor de los hermanos Coen ("No es país para viejos"). Pero igual sirve para ver con una sonrisa cómo es esa combinación hoy incentivada de amor y dinero, o amor, sexo y matrimonio. Un gran malentendido, según claves del presente. TNT a las 17,30.

El diablo viste a la moda. El calvario capitalista de la industria fashion: la moda. Inspirada en vida y alevosías de célebre directora de una revista chic neoyorquina. No está mal como comedia con matices críticos. Cinecanal a las 18.

Viviendo con mi ex. Otra comedia sobre la imposibilidad del amor. Otra "tragedia (como comedia) norteamericana", o del modelo de vida de E. Unidos. Hay algo que no funciona entre el amor, el goce sexual y la institución matrimonial, digamos, pos 2001, por darle una pautación histórica. Cinecanal a las 20.

Tony Rome. Recuperación de Frank Sinatra en 1967 cuando empezó a hacer de Tomy Rome, un detective privado solitario (aunque lleno de bellas mujeres, tantas que uno se pregunta ¿qué le ven a este flacuchito sin dinero?), simpático y que vive en su pequeño yate. Casi el resumen de una época. Hoy ya no son posibles estas películas vivaces sobre crímenes. Claro, dirige el grácil Gordon Douglas. TCM a las 20,05.

Amor hasta la muerte. Poco difundida película del maestro francés Alain Resnais, uno de los últimos con vida de la vieja guardia. Fino análisis sin solución ni respuestas al fracaso de las relaciones de amor. Al parecer, todos los analistas confirman que el amor es un vínculo que se invalida a sí mismo, al menos hoy. Europa a las 20,20.

La idiocracia. Comedia berreta, a mi entender, pero con un subrayado loco y delirante que marca que tan imbécil será el futuro, o ya es el presente, según el modelo norteamericano. Despertar cinco siglos después y ver en qué clase de aparato han transformado al mundo la televisión y la ciencia y la tecnología duras. Película gruesa, pero no le falta razón. Cinecanal a las 22.

El odio. Repetición de esta vigorosa película francesa de 1995 que no da tregua en su relato casi documental sobre las minorías étnicas en París. La lucha de clases marxista derrotada por desaparición del proletariado ha dado lugar a una nueva confrontación entre los que están afuera y dentro del bienestar. Todos quieren consumir, todos son convocados a ello, pero no todos tienen el dinero para comprar ni se sienten plenos después de hacerlo. Film & Arts a las 22.

Las confesiones del Sr. Schmidt. Derivación socarrona sobre la "tragedia norteamericana" a la Dreisser, pero sin sangre, al menos esta vez. Más bien, casi, es el drama del jubilado de holgada posición al que no le enseñaron qué hacer con su vida, salvo trabajar para después llenarla (a la vida jubilada) de vacaciones. Pero las fantasías suelen tener la contraindicación de no ajustarse a la vida ni al originario deseo propio. Con Jack Nicholson. I-Sat a las 22.

El misterio de Bunny Lake. Otto Preminger, el gran austríaco en Hollywood, nunca decepcionaba. En este caso hay mucho de británico. Un sólido relato sobre ambigüedades de la conducta y condición humanas. Lo que parece no es. Pero no tenemos más que eso -que lo que hay no es, sólo parece-. Retro a las 22.

Gloria. No me canso de recomendar esta maravillosa película de 1980 de John Cassavettes. Gena Rowlands, su esposa en la vida real, es aquí una madura ex amante de mafiosos que debe hacerse cargo de un nene que la mafia ha condenado a muerte. Y vaya si se hace cargo. No es una película de acción (aunque la tiene) sino un relato melancólico sobre cómo llenar el vacío que uno sobrelleva, y para eso hay que animarse a rebalsar el vaso del otro, del que necesita más. Fuera de eso no hay nada. Filme negro Inolvidable. TCM a las 22.

La niña santa. A poco del anunciado estreno de "La mujer sin cabeza", su tercer película, la argentina Lucrecia Martel se despacha con este sugerente y penetrante análisis sobre la sexualidad, la soledad, el sin sentido y el vacío (¡otra vez el vacío!) de las clases medias provincianas, que pasan por modelo de serenidad y corrección. Volver a las 22.