"Pido un poco de paz"

El actor chileno Gonzalo Valenzuela, marido de Juanita Viale, difundió ayer una carta abierta en la que dijo que "nunca" dejó de estar cerca de su mujer y sus hijos, afirmó que no se separó de ellos y subrayó que quiere "salir adelante juntos y más unidos que nunca". A su vez, el protagonista de "Un año para recordar" pidió "un poco de paz".

Después de remarcar que no está "peleado" con nadie de la familia de su mujer, Valenzuela agradeció también públicamente "a todos los que nos han dado su cariño y apoyo en estos días tan difíciles como dolorosos, y también a quienes han tratado el tema con cuidado y respeto", refiriéndose a la pérdida del embarazo de Juanita Viale, hace apenas una semana.

También a raíz de ese episodio y de las repercusiones que generó, Valenzuela se quejó de los medios que "inventaron situaciones inexistentes con noticias falsas".

Tras el difícil momento vivido por la pareja -y luego de las imágenes que habían mostrado a Juana Viale con el ex Ministro de Economía Martín Lousteau- Valenzuela salió a fijar su posición a través de una carta que hizo pública y cuyo contenido se conoció ayer por la mañana.

"En primer lugar -escribió el actor-, nunca he dejado de estar cerca de mi mujer y mis hijos. No me he separado de ellos y tenemos la intención de recuperarnos juntos y más unidos que nunca, salir adelante".

MAS ACLARACIONES

Y agregó: "No he viajado a Chile, ni he discutido o golpeado a ninguno de los guionistas de mi equipo de trabajo, así como tampoco he tenido ningún `affaire` con alguna compañera de mi elenco. No me he peleado con nadie del grupo familiar de mi mujer".

Luego, sobre el episodio de la pérdida del embarazo de la nieta de Mirtha Legrand, aseguró: "Fui yo quien llevó a Juana al sanatorio, y la acompañé en cada momento. Recibí a mi hijo y afrontamos juntos la triste noticia".

"Si bien se cometieron errores, quisiera saber quién tiene el poder de juzgar, cuando el error es un derecho de todos. ¿Quién no ha cometido un error? Y recuperarse de ellos es un trabajo personal e íntimo", indicó en otro tramo de la carta.

También resaltó: "Si bien nunca he sido de la idea de salir a desmentir cada rumor o información falsa que se publica, hoy siento la necesidad de aclarar algunas cosas que se han dicho y que carecen de toda validez".

"Sobre las hipótesis que se han esgrimido como causal de la muerte de nuestro hijo, sólo están en el ambiente médico. Desde el primer día de internación en el sanatorio, pedimos que se respetara nuestra privacidad, lamentablemente no fue así", remarcó acerca del episodio que se conoció el 25 de mayo pasado y que generó una gran repercusión en los medios y en el ambiente artístico.

"Quiero reafirmar mi respeto por la libertad en su sentido más amplio. Especialmente por la libertad de expresión, pero no hay que confundir libertad de prensa con el ejercicio errado de una profesión, que inventa situaciones inexistentes con noticias falsas", se quejó luego, refiriéndose al episodio vivido junto a su mujer.

Enseguida, añadió en la carta: "Pido por la recuperación de mi mujer y por el bienestar de mis hijos y que nos den un poco de paz. Muchas gracias a la Dirección y a todos y cada uno de los empleados del Sanatorio de la Trinidad, por el cuidado, la contención y el trato humano que nos dieron en cada detalle de esta triste experiencia".

"Y también -agregó- quiero dar las gracias a nuestros familiares, amigos y a toda esa gente que, tal vez ni siquiera conozco, que con muy buenos y lindos sentimientos nos han llenado de cariño y amor".

NUEVOS INCIDENTES

Luego de conocerse las esperadas palabras del único protagonista de la historia que faltaba hablar, ayer un grupo de fotógrafos y periodistas se acercó al lugar de grabación de exteriores de "Un año para recordar" con el fin de conseguir nuevas imágenes del actor. Pero lejos de lograr el cometido, se produjeron nuevos incidentes.

Con el fin de proteger al chileno de los flashes, el personal de seguridad de la productora lo retiró del lugar con la cabeza tapada. Situación que provocó la desesperación periodística de los reporteros gráficos que terminaron, una vez más, a los empujones con los custodios de Underground.