Tarifas, el punto fuerte

Tanto los huéspedes como los dueños de los hostels coinciden en lo mismo. Más allá de la calidez de esos lugares y de la posibilidad de intercambio cultural que ofrecen, las tarifas y las facilidades que se ofrecen para extender la estadía continúan siendo el principal punto a favor en la comparación con los hoteles tradicionales.

Es que, en promedio, la cama de un hostel puede costar entre 60 y 70 pesos por noche, en una habitación a compartir. En cambio, el alojamiento en un hotel puede fácilmente cuadruplicar esos números.

Además, existen promociones y precios preferenciales para quienes permanecen allí durante largos períodos de tiempo. Ese es el factor que suelen aprovechar los extranjeros, para quienes resulta más fácil acordar un precio para su estadía durante varios meses que reunir los requisitos que se exigen a la hora de alquilar un departamento.

Así, algunos llegan a ofrecer descuentos de hasta un 40 por ciento en el precio de la cama para quienes se quedan al menos un mes mientras que otros cuentan con promociones de "noches gratis", en las que se ofrece una jornada sin cargo cada tantas otras de permanencia ininterrumpida.

Por el contrario, también se puede abonar un plus en el caso de querer contar con comodidades extra, como la posibilidad de tener un cuarto con exclusividad o baño privado.