Delpo dio un gran salto de calidad

DELPO MUESTRA SU TROFEO LUEGO DE PERDER LA FINAL ANTE NADAL, QUE ESTA EN EL MAXIMO NIVEL

INDIAN WELLS, Estados Unidos.- La derrota de Del Potro es coyuntural: duele, por supuesto, pero lo importante para él es continuar jugando finales, venciendo asiduamente a los mejores.

Será crucial para su objetivo mantener la constancia, no caer en rondas tempranas ante rivales de menor fuste. Después, mano a mano con algunos de los mejores jugadores de la historia, ganará y perderá, pero Del Potro demostró esta semana en Indian Wells que ya no tiene miedo: bajó a Murray y a Djokovic, y los venció luego de estar abajo, en partidos que pusieron a prueba su concentración y su deseo.

UNA TORRE CADA VEZ MAS ALTA

Y lo más interesante es que la Torre, cada vez más alta en el mundo del tenis, tiene mucho lugar para el crecimiento: sin tomar riesgos, subiendo poco a la red para un voleador y sacador de su calibre y saliendose poco de su repertorio de tiros, Del Potro desplegó un juego de alto vuelo en California, en una semana que mostró el mejor tenis de 2013.

El tandilense volvió a mostrar argumentos para meterse entre los cuatro primeros, en una temporada que, hasta ahora, ha mostrado un Djokovic menos voraz, un Murray con sus dudas, un Federer sin tanto esplendor y un Nadal incógnita: un poquer más humano, alcanzable.

VOLVIO A LO GRANDE

Lo que sucede es que el tandilense chocó con un tal Rafael Nadal. Ese tenista semiretirado de quien se dijeron muchas cosas, ese tenista que volvía al circuito, luego de ocho meses, con la sola finalidad de “ser un buen jugador de tenis, nada más”, es una maquina infernal de tenis que nunca se entrega, ni siquiera set abajo y 0-3 en el segundo, como llegó a estar ante Delpo.

Gana por atrición de voluntades y por demolición de tenis. Todos los que pronosticaron que el regreso le llevaría mucho tiempo a Nadal, si es que lo conseguía, no tuvieron en cuenta que hablaban de Nadal, dueño del talento más difícil de conseguir: el de la perseverancia. Nadal, el lesionado, el que no expondría su rodilla al cemento de Indian Wells, se coronó campeón, e incluso terminó más entero que Del Potro. Impresionante.

Como en el caso del Delpo, lo más increíble es que Rafa tiene todavía lugar para crecer. Porque, consciente de que para mejorar hay que jugar entre los mejores, desplegó durante la mayoría de los partidos desde su regreso un tenis pragmático, basado en pasarla siempre para el otro lado.

Los tenistas que enfrentó en la gira de polvo eran, en su mayoría, de menor fuste, y por eso fueron títulos con mucho de alivio (no se había olvidado de jugar al tenis) pero con poco de gloria para alguien que tiene 7 Roland Garros en las vitrinas de la casa.

El triunfo de ayer fue distinto, y así lo demostró el alarido gutural que emanó la bestia cuando la última defensa de un Del Potro digno pero cansado se fue ancha. Este es el título que buscaba para volver a sentirse parte de los Cuatro Fantásticos, su regreso oficial al top 4 y su declaración tenística de que, ahora sí, Rafael Nadal está de vuelta.

GANA Y GANA

La victoria, la número 600 de su carrera, lo convirtió en el jugador con más torneos de la serie Masters en su haber: 22 títulos que superan los 21 de su archinémesis, Roger Federer, ese que, como dijo Martina Navratilova, “puede ser el mejor de la historia, pero Nadal es el mejor de los dos”. Lo de Rafael Nadal ya no tiene lógica ni explicación: sobran las palabras. Es, simplemente, un capítulo más en la historia del tenista con más corazón de la historia. Lo de Rafael Nadal va contra la lógica, no tiene explicación: sobran las palabras. Este regreso es, simplemente, un capítulo más en la historia del tenista con más corazón de la historia.