Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
El país |ANALISIS

Un escenario difícil para el kirchnerismo

27 de Octubre de 2013 | 00:00

Por MARIANO PEREZ DE EULATE

La mejor noticia que tiene el kirchnerismo en relación a las elecciones legislativas de hoy es que su candidato estrella en la decisiva provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde, es mucho más conocido de lo que era cuando debió pasar el test de las Primarias Obligatorias, en agosto último. Medió un trabajo de instalación muy importante, en el que mucho tuvo que ver el gobernador Daniel Scioli, que incluyó un muy notable despliegue publicitario, un sinfín de viajes por los distritos bonaerenses y apariciones de perfil farandulero en la televisión.

La mala noticia es que Sergio Massa, cabeza de la lista del opositor Frente Renovador, lidera todos los sondeos de intención de voto que se conocen y -se verá esta noche cuando trasciendan los resultados finales-, habría logrado estirar la brecha a su favor que había conseguido en las PASO. El intendente de Tigre, convertido en el personaje político del momento, parece destinado a ser el emergente principal de lo que podría denominarse el inicio del declive del ciclo kirchnerista.

El “efecto encuesta” que tuvo la Primaria, adelantando los gustos electorales de los votantes, se convirtió es una suerte de karma condicionante, y como tal negativo, para el oficialismo. Es lo contrario a lo que vivió en 2011, cuando las PASO por las candidaturas presidenciales parecieron darle un fuerte impulso final a la cantada reelección de Cristina Kirchner –que venía favorecida por una fuerte empatía con la gente desde la muerte de su marido- hasta lograr el contundente 54 % de votos, la mejor elección del Gobierno en los últimos diez años. Como si fuera la otra cara de una misma moneda, el resultado del comicio de agosto pasado fue el peor guarismo de la “década ganada”.

UNA COMPARACION

Aunque la de hoy y la general de hace dos años son elecciones que no pueden espejarse, habrá algo de incomodidad para el Gobierno cuando inevitablemente se cotejen los dos resultados y se compruebe, si se cumplen los vaticinios de los sondeos previos, el ostensible drenaje de votos que sufrió el oficialismo en los últimos 24 meses.

En el mundillo político no se descarta que en un futuro no tan lejano las PASO, teóricamente pensadas para sanear la vida de los partidos y enriquecer la democracia, pasen a ser historia.

También es incómodo para los candidatos oficialistas de todo el país que la elección de hoy -en la que se pone en juego la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado- sea más el inicio del proceso de recambio presidencial de 2015 que un comicio legislativo de medio término tradicional. Ese, mucho más que los nombres nuevos que entrarán al Congreso, resulta ser el verdadero peso político del acto eleccionario. Contra eso debió remar, por ejemplo, Insaurralde, apuntalado por un Scioli que ya avisó que quiere suceder a Cristina y que por eso mismo tiene la necesidad de que su postulante no haga un papelón frente al ascendente Massa, que también podría quedar hoy mismo posicionado como una opción de poder con esencia peronista.

Un dato no menor y, si se quiere, inédito en la historia reciente del kirchnerismo es la ausencia total de la Presidenta en la campaña. Primero por decisión estratégica luego del golpe de las Primarias; y después obligada por la enfermedad que la lleva a guardar reposo estricto. Para el Gobierno y el resto del arco político, el hematoma subdural terminó siendo un dato político de la campaña. Según voces de analistas de opinión pública que se escucharon en las últimas dos semanas, esa situación de vulnerabilidad de Cristina ayudó a mejorar su imagen personal pero no se traduciría en votos a favor de su postulante bonaerense.

Luego de la foto electoral de las Primarias, pues, el objetivo central del kirchnerismo para hoy ya no es ganar la elección sino mejorar el resultado de agosto. Y en una mirada con más perspectiva histórica, igualar o acrecentar lo que se obtuvo en 2009, en aquel comicio que perdió Néstor Kirchner y que en Buenos Aires consagró como ganador a Francisco de Narváez.

Aquella vez, el oficialismo obtuvo poquito más de 32%. Se entiende la módica especulación: como hoy se renuevan los diputados que entraron en esa oportunidad, sacando eso mismo el kirchnerismo lograría retener las 12 bancas bonaerenses propias que pone en juego más la del aliado Martín Sabbatella (ahora de licencia porque maneja la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, AFSCA). Habrá pírricos festejos intramuros si eso sucede.

EN EL MAPA NACIONAL

Para la Casa Rosada también puede haber buenas noticias desde San Juan, una de las sorpresivas derrotas en las Primarias. Parece que el mal momento personal que vive el gobernador José Luis Gioja, accidentado en un helicóptero y en grave estado, podría derivar en un cambio de decisión en los votantes de aquella provincia, según especulaciones que se escuchan en el Gobierno en base a supuestos sondeos locales. En tanto, en Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Capital Federal se esperan derrotas que, dependiendo de lo que puedan mostrar los vencedores, catapultarán candidaturas presidenciales opositoras.

El bonaerense Insaurralde, en tanto, terminó siendo protagonista de una campaña que sufrió un viraje creativo para el tramo final (el “MI” como sello personalísimo del candidato) y tuvo mojones incómodos, acaso piantavotos. Como el episodio del robo a la casa de Massa cometido por un prefecto, antes de las PASO; o el ataque a pedradas y bulonazos contra una caravana que encabezaba el tigrense en La Matanza; o el incidente del camporista Juan Cabandié con una agente de tránsito en Lomas de Zamora, justo el distrito que gobierna el propio Insaurralde.

Lo de Cabandié revistió un carácter doblemente dañino. Es que el muchacho es candidato a diputado nacional en la Capital Federal y la actitud patoteril filmada por un gendarme no sólo salpicó al lomense. Habría hecho mella, además, en la candidatura al Senado, también en el distrito porteño, de Daniel Filmus, quien busca su reelección. Filmus pelea con Pino Solanas la banca por la minoría. Si se confirma que la pierde es una noticia pésima para el Gobierno, que perdería no uno sino dos senadores nacionales: el ex ministro de Educación y el aliado Samuel Cabanchik, cuyo mandato también vence en diciembre.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$135/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2590

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$190/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3970

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$135.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2590.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla