Una relación compleja en el peor de los momentos

LA REUNIÓN DEL CONSEJO DE SEGURIDAD EXPUSO CON CRUDEZA EL ENFRENTAMIENTO ENTRE EL GOBIERNO BONAERENSE Y EL FRENTE RENOVADOR

Por MARIANO PEREZ DE EULATE

El gobierno de Daniel Scioli parece asistir al peor momento de su relación con la principal fuerza opositora, el Frente Renovador de Sergio Massa. Ya desde hace un tiempo, como mínimo desde el inicio de este año, nada de lo que hagan en uno otro lado puede dejar de leerse sin tener en cuenta que las cabezas de los dos espacios son candidatos presidenciales en carrera, enfrentados entre sí.

El massismo pareció avanzar hacia un punto casi sin retorno cuando hace algunas horas, a través de una iniciativa de la diputada provincial Mónica López, presentó una denuncia penal contra Scioli por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público.

Fue luego de que se diera a conocer un fallo de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de La Plata ratificando la tesis del juez Luis Arias respecto a que los fallecidos en la trágica inundación del 2 de abril de 2013 sumaron 89, cifra superior a la que el gobierno provincial había comunicado como oficial. La denuncia también incluye al ministro de Justicia, Ricardo Casal.

El siguiente paso, siempre según las fuentes del Frente Renovador, es impulsar el juicio político al gobernador, que en la semana estuvo de vacaciones en el exterior.

Lo que aún no ha quedado explicitado es si la iniciativa de la diputada de Avellaneda fue una movida personal, inorgánica digamos, o si responde a una orden del propio Massa para golpear a Scioli.

De hecho, los voceros del sciolismo salieron rápidamente a apurar al tigrense en cuanto micrófono encontraron disponible pidiéndole que se expida al respecto. Es que los operadores del gobernador han insinuado la posibilidad de montar una contra jugada de impacto mediático, acusando al líder del FR de buscar la “desestabilización” de “un gobierno elegido democráticamente por el pueblo”.

EXPOSICION

Ducho con los medios, difícilmente Massa les dé el gusto aunque, objetivamente, ha quedado expuesto a tener que responder sobre la cuestión si alguien le pregunta sobre el tema frente a cámaras.

Algunas fuentes del FR atribuyen la movida de la legisladora provincial a un intento personal por escalar posiciones expectantes dentro del mismo massismo para quedar bien posicionada en la lista de posibles candidatos a la gobernación de ese espacio, un estatus que tienen varios intendentes leales a Massa y un par de diputados nacionales con alta exposición.

Como sea, en su pago chico López es opositora al intendente kirchnerista Jorge Ferraresi, el primero en firmar con el gobierno provincial el convenio a través del cual su distrito adhirió a las llamadas Policías locales. Puede haber algo de pelea doméstica en la jugada de la diputada. Pero la verdad es que el tema de la nueva fuerza creada por Scioli –en verdad, una dirección de la ya existente Bonaerense- se había convertido en el ítem que más sobrecalentó la relación política entre sciolismo y massismo.

Las fallidas sesiones legislativas en las que el proyecto de las Policías debía tratarse fueron anticipando lo que vendría: el Frente Renovador se ha convertido en el principal objetor de las nuevas fuerzas locales, que Scioli terminó sacando a través de una resolución administrativa frente a la imposibilidad de conseguir apoyo opositor para su aprobación parlamentaria.

El pequeño show que dio el último jueves el massismo, a través de un legislador que se retiró de la reunión del Consejo de Seguridad Provincial, es una nueva muestra de que la relación política parece estar lejos, siquiera, de cierta mínima madurez.

En ese encuentro, teóricamente, el ministro de Seguridad, Alejandro Granados, debía explicar los alcances de la fuerza recién creada. Una lectura que se hizo posteriormente en ámbitos oficialistas fue que el massismo, a través de la presencia del senador Jorge D’Onofrio, llegó con la intención de hacer naufragar el encuentro, como una forma de enturbiar más un tema que nació polémico. En todo caso, sólo hizo falta la incontinencia verbal de un representante del Frente para la Victoria, el diputado Fernando Navarro, para lograr desplegar esa supuesta estrategia.

En verdad, los jefes comunales del Frente Renovador –los socios principales de Massa en la dinámica interna del partido- debaten por estos días si firmar o no los convenios de adhesión para tener las fuerzas de prevención en sus distritos.

Es un tema espinoso para ellos porque la promesa de mayor presencia policial fue un ítem central de la última campaña del FR, desde el propio Massa para abajo. Cada candidato massista, en cualquier escalón de la boleta en que estuviere, bregó por la idea de las policías locales. Pero adherir al esquema, aún con críticas y diciendo que no es un nuevo cuerpo de verdad sino “más de lo mismo”, significaría para ellos darle cierta validación política a la medida impulsada por Granados.

En este sentido, la cuestión de que el financiamiento automático de las fuerzas no está garantizado, sigue siendo el argumento más fuerte a la hora de negarse a poner la firma. En el gobierno provincial, en verdad, esperan lograr cuanto antes una significativa adhesión de intendentes del oficialismo -e incluso algún opositor que no sea del FR, como el de Dolores- de manera de dejar aislados a los massistas y “exponerlos” ante la opinión pública por su no acompañamiento.

OTRO FRENTE ABIERTO

Cuando el tema parecía alejado, al gobierno provincial se le volvió a abrir una grieta en el aspecto sindical con el anuncio de un nuevo paro docente luego de las vacaciones de invierno. Por ahora es de un solo sector del frente gremial, el que encarna la Federación de Educadores Bonaerense (FEB). Se espera una definición en breve del Suteba, el otro gremio fuerte del sector.

En despachos oficiales se evalúa por estas horas con cierto aire de despreocupación esta nueva medida de fuerza, que remite al duro paro de inicios del ciclo lectivo que dejó a los alumnos fuera de las aulas por casi un mes. No es que se subestime el poder de fuego de los maestros sino que se confía en que éstos encontrarán un plafón social mucho más acotado para llevar adelante la medida de fuerza, justamente por el desgaste que habría producido entre los padres y demás actores de la comunidad educativa aquella pulseada salarial interminable de comienzos de año.