Las internas entre barras, locura sin fin

OTRO CAPÍTULO SANGRIENTO DE LA INTERNA DE LA BARRA DE NUEVA CHICAGO, QUE VUELVE A PONER EN EL FOCO EL TEMA DE LA EXTREMA VIOLENCIA EN EL FÚTBOL ARGENTINO

Por EDUARDO TUCCI

Las peleas entre barrabravas ya no son como antes, aunque mantienen un denominador común: la tragedia.

Hasta hace un tiempo, la violencia demencial que domina a esos grupos se exteriorizaba a través de enfrentamientos entre hinchadas de distintos equipos. Ahora, motorizados por el poder económico que detectaron los barras alrededor de un club de fútbol, la guerra quedó circunscripta a facciones de una misma barra.

La muestra más elocuente de este terrible flagelo se dio en el barrio porteño de Mataderos, en la previa del encuentro que disputaron Nueva Chicago y Guaraní Antonio Franco por el torneo de la Primera B Nacional.

Un joven de 27 años murió producto de una herida de bala en el abdomen y otras cuatro personas sufrieron heridas de distinta consideración (impactos de bala en brazos y piernas) durante un enfrentamiento entre integrantes del grupo denominado “Las Antenas” y otra facción de la hinchada verdinegra conocida como “Los Perales”.

MUCHO ANTES DEL PARTIDO

El choque tuvo lugar una hora y media antes del inicio del partido, a unas seis cuadras del estadio de Mataderos, en un sector que no estaba cubierto por el operativo de seguridad dispuesto por la Policía Federal.

Los vándalos se habían citado para saldar viejos pleitos, de los insultos pasaron a los golpes de puño y, finalmente, a los tiros, con el final conocido.

Lamentablemente, este enfrentamiento por el control de la barra de Chicago tiene historia, ya que los dos grupos se habían trenzado en verdaderas batallas campales que, incluso, habían dejado como saldo la muerte de otro joven hincha en enero de 2012.

En esa oportunidad, el grado de irracionalidad incluyó la irrupción por la fuerza de integrantes del grupo “Los Perales” en el hospital Santojanni, para agredir a un integrante de la facción rival internado allí.

Todo terminó con un tremendo revuelo, que incluyó destrozos en el centro de salud y escenas de pánico entre quienes se encontraban en el lugar.

Lamentablemente, en medio de este panorama, las medidas que se adoptan desde los entes encargados de la seguridad siguen siendo insuficientes, frente a este nuevo escenario de violencia originado entre quienes están dispuestos a matar por un botín. Distintos negocios que se mueven en torno al fútbol han sido el llamador para quienes esconden sus verdaderas intenciones detrás de una camiseta de fútbol.

MUERTES EN AUMENTO

En este marco, las muertes en el fútbol continúan en aumento y todo indica que la solución no está solamente en la prohibición de hinchas visitantes en los espectáculos futbolísticos de las diferentes divisiones de nuestro fútbol.

Los episodios ocurridos el último fin de semana en Mataderos volvieron a los primeros planos los distintos choques producidos entre barras de un mismo club, en una modalidad que afecta a todas las categorías, incluso a clubes de muy escasa convocatoria.

Desde la primera muerte registrada en un estadio de fútbol -el 30 de julio de 1922 en la cancha de Sportivo Barracas-, hasta estos días, la violencia le ha ido ganando a las diferentes estrategias montadas para contrarrestarla.

Al escenario conformado por los históricos choques entre hinchas ahora se han agregado las internas dentro de los clubes, alimentando una alarmante estadística que merece toda la atención.