Una vecina de Gonnet cayó en la trampa de un secuestro virtual

LA ESQUINA DE GONNET, DONDE LA VÍCTIMA DEL SECUESTRO VIRTUAL DEJÓ EL DINERO DENTRO DE UNA BOLSA

Desde hace unos meses, los secuestros virtuales se convirtieron en una de las metodologías delictivas más empleadas en la Región. Si bien en los últimos días ha disminuido la cantidad de casos en los cuales las víctimas pagaron un rescate, ayer por la madrugada una mujer cayó en la trampa de los delincuentes.

Se trata de una vecina de Gonnet, quien acabó por entregar una suma de dinero por el supuesto secuestro de su hijo, cuando, en realidad, el joven se encontraba durmiendo en la casa.

La mayoría de estos casos suelen tener un mecanismo bastante repetido: los “secuestradores” buscan a personas mayores en horas de la noche, cuando se encuentran durmiendo.

Así, los delincuentes se aseguran que la víctima este completamente desprevenida y vulnerable.

Luego, los “secuestradores” comienzan con el pedido, siempre tratando de desesperar a la víctima, amenazando con matar al secuestrado o utilizando grabaciones en los que una persona pide auxilio.

Es por esto que, según los expertos, la clave reside en nunca perder la calma y tratar, por un medio alternativo, de establecer contacto con la supuesta persona secuestrada.

UN NUEVO CASO

De acuerdo a lo informado por fuentes policiales, el caso mencionado anteriormente sucedió ayer a la madrugada, en una casa de Gonnet, ubicada en 18 y 507.

Allí reside la víctima, que fue identificada como Marisa (61), quien se encontraba durmiendo hasta que, cerca de la 1 de la mañana, el teléfono de su casa sonó.

La mujer, extrañada, atendió y escuchó la voz de los supuestos secuestradores.

Estos le decían, en medio de amenazas, que tenían reducido a su hijo y que, a menos que pagara un rescate, lo iban a matar.

Al escuchar semejante situación, la mujer entró en pánico y accedió a las peticiones de los secuestradores.

Se supo que, de inmediato, le indicaron a la mujer que dejara una bolsa con todo el dinero que pudiera reunir, en la esquina de su casa, sobre las calles 17 y 507.

Rápidamente la víctima hizo lo que le habían ordenado y dejó una bolsa con 1.000 dólares y 1.000 pesos.

Al salir, se informó que la mujer logró divisar un auto, aunque no aportó datos, por el estado de nerviosismo que tenía.

Poco después, al retornar a su casa e, intentar contactarse con su hijo, el joven atendió el teléfono y le dijo a su madre que estaba durmiendo. Ahí fue cuando, al darse cuenta de lo que había sucedido, la mujer corrió hasta el lugar donde había dejado el dinero, aunque, como era de esperarse, ya no estaba.