Se derrumban algunos mitos sobre las arañas

Especial para EL DIA de National Geographic

Nada nos hace sacar el aerosol de insecticida más rápido que un insecto que viene hacia nosotros.

Muerden, pican y se esconden en nuestros zapatos y será por eso que la sabiduría popular no deja de inventar mitos.

Se suele decir que los colmillos de la tarántula son demasiado débiles como para hacer daño. Charles Griswold, experto en arañas de la Academia de Ciencias de California explica que hay dos grupos de arañas a las que llamamos tarántulas. Las Theraphosidae son “arañas grandes y peludas” con colmillos largos con los que pueden mordernos “aunque no son particularmente agresivas”.

Las especies estadounidenses de este grupo no tienen un veneno muy peligroso, pero los ejemplares asiáticos y africanos pueden ser peligrosos. No se sabe mucho de su veneno.

El segundo grupo de tarántulas es un tipo de araña lobo que vive en Europa. “Es el origen de la leyenda de la danza típica llamada tarantella”, explica Griswold. Contaba la leyenda que la única forma de curar a alguien de una picadura de araña- e impedir que muriera- era bailando enérgicamente.

“La verdadera araña lobo no parece tener un veneno tan peligroso”.

Según otro mito, sin querer, nos tragamos un promedio de siete a ocho arañas por año. “No hay ninguna prueba, en absoluto, de que traguemos arañas”, dice Griswold. Es muy improbable que repten dentro de una boca abierta. “Si uno tiene la boca abierta probablemente esté respirando pesadamente, lo que las asustaría”.

En algunas partes del mundo, como en el sudeste de Asia, se consumen arañas, pero esto es adrede, como alimento, añade Griswold.

CUCARACHAS

Siempre se dijo que las cucarachas podían sobrevivir a un apocalipsis, mito que se reforzó en la película de Pixar, Wall-e. Pero según un artículo de 2001 de American Entomologist, las cucarachas no resisten bien la radiación. Las cucarachas estadounidenses mueren al ser expuestas a 20.000 rads (unidad de medida de la radiación) en tanto que la mosca de la fruta puede soportar 64.000 rads y hay un tipo de bicho llamado barrenador del grano, que soporta 180.000 rads.

Las cucarachas pueden ser sorprendentemente sensibles, dice Dan Babbitt, administrador del Insect Zoo and Butterfly Pavilion del Museo de Historia Natural Smithsonian de Washington D.C. “Estuvieron a punto de desaparecer en la última extinción (hace 65 millones de años)”.

Jeff Tomberlin, entomólogo de la Universidad A&M cree que la idea de la cucaracha como última sobreviviente tiene su origen en el hecho de que son adaptables a la hora de comer: siempre que sea algo de naturaleza orgánica, la cucaracha podrá comerlo. “Por eso podrían encontrar una manera de sobrevivir en un mundo postnuclear”.

También se dice que los opiliones (un arácnido) tienen uno de los venenos más mortíferos del mundo, pero que sus colmillos son demasiado pequeños como para que muerdan al hombre. “Tienen colmillos pero no tienen veneno”, explica Babbitt. Y técnicamente no son arañas, son arácnicos, del mismo grupo de las arañas pero carecen de la segunda sección del cuerpo que los convertiría en arañas.

La tijereta es un insecto de antenas largas y de color rojizo brillante. Hay un mito que atribuye a la tijereta la costumbre de introducirse en las orejas de las personas y poner allí sus huevos. Babbitt lo desmiente categóricamente. No obstante, explica que la tijereta es interesante por ser una de las pocas especies de insectos que cuidan a sus crías. Otras que también lo hacen son las cucarachas gigantes de Madagascar y el escarabajo americano enterrador.