La Ciudad obligada a buscar alternativas que ayuden a descongestionar el tránsito

La necesidad de buscar medios alternativos de transporte en una ciudad que, como la nuestra, viene dando elocuentes signos que preanuncian un colapso del tránsito automotor, constituye uno de los argumentos más consistentes que abonan la necesidad de impulsar iniciativas que estimulen el uso masivo de la bicicleta. Se trata de una conclusión que no es novedosa, que comenzó hace muchos años y que se mantiene desde entonces, acaso también como corolario natural de la inclinación de cada vez más personas a estilos de vida más saludables.

Está demostrado en muchas ciudades del mundo –la mayoría de ellas pertenecientes a países de avanzada- que la bicicleta es un medio de transporte ecológico y económico que, además, puede contribuir en buena medida a descongestionar el tránsito vehicular.

No obstante tales antecedentes, un reciente informe periodístico publicado en este diario, en el que se consultó a diversos especialistas, puso de relieve que la falta de bicisendas, sumada al temor a los accidentes viales y a los hechos delictivos, viene conspirando a que se imponga el uso de la bicicleta por parte de los adultos. A su vez, para el caso de los más chicos, la irrupción de los entretenimientos tecnológicos y la falta general de seguridad conspira para que un gran número de niños no sepa siquiera andar en bicicleta. Aquí se aludió también a que muchos adultos alegan carecer de tiempo para llevar a los chicos a que anden en bicicleta en las plazas o paseos públicos.

Sea como sea, lo que es indiscutible es que ni el casco urbano ni la periferia se encuentran preparados para garantizar el uso seguro de las bicicletas, en especial por la falta de circuitos con bicisendas. Esto se advierte tanto en localidades residenciales como en otros barrios densamente poblados. Ello, a pesar de que se conoce de sobra que en distintas ciudades del país y del mundo se han hecho experiencias exitosas para estimular el uso de la bicicleta como medio de transporte urbano.

Se trata de modelos que deberían estudiarse porque incluyen algo más que la simple distribución de ese tipo de vehículos. Las medidas de seguridad -como el uso del casco y la señalización adecuada- son fundamentales para que el tránsito en bicicleta no se convierta en una aventura de riesgo.

Avanzar con un plan de bicisendas será fundamental para estimular este medio de transporte de una manera segura. Algunos progresos se han hecho, pero no los suficientes como para que La Plata pueda ser considerada una ciudad especialmente amigable para los ciclistas.

El crecimiento del parque automotor y también el de motos demanda alternativas creativas para evitar el colapso del tránsito. En las ciudades modernas hay una tendencia a desalentar el uso del automóvil, sobre todo en las áreas de mayor concentración urbana. Y en ese sentido, tanto el refuerzo y el mejoramiento del transporte público como la estimulación de medios alternativos -como podrían ser consideradas las bicicletas- son contribuciones importantes a la descongestión del tránsito vehicular.