¡Se va el tercero!

El cuarteto La Taza Calva, una de las más jóvenes expresiones de la escena del rock, aprovechará su vuelta a escena después de un año para estrenar su nueva formación y despedir su tercer disco, “El último día de invierno”.

Fundada y liderada en 2007 por los hermanos Nahuel y Lautaro Varela, de 19 y 17 años, la banda se renovó con el bajista Tomás Cosenza y la baterista Helena Dinzelbacher, y mostrará esta nueva alineación el sábado en Humberto I 2758.

Tras las salidas de Patricio Suárez (bajo) y Francisco Luaces (batería) que registraron los tres álbumes del grupo (”Este laberinto”, de 2009, “Pasos”, de 2011, y “El último día…”, de 2013), Nahuel (guitarra y voz) y Lautaro (voz, guitarra y teclados), decidieron seguir adelante con el sueño forjado en la infancia.

“Spinetta fue el arranque de todo y hasta le habíamos hecho un disco de homenaje muy casero que nunca nos animamos a llevarle, pero después apareció La Vela Puerca, otro grupo uruguayo que ya no existe que se llamó Bufón y La Bersuit, que nos demostraron que se podían decir las cosas de otra manera”, recordó Lautaro.

Esa impronta aportada por La Vela hasta impregnó la denominación del conjunto, aunque, el cantante bromeó con que “le pusimos La Taza Calva queriendo hacer una filosofía barata indicando que algo es calvo si existe otro de su especie que tiene pelo”.

La ligazón con el combo uruguayo que desde 1998 publicó media docena de placas y es referente de la avanzada uruguaya en las playas rockeras de este lado del Plata, le permitió a La Taza telonear a La Vela en 2010 y 2012.

-Además de esas influencias del rock rioplatense ¿qué otros afluentes reconocen en su música?

-Lautaro: Led Zeppelin, Pink Floyd y, obviamente, Los Beatles. Y entre los grupos de ahora Franz Ferdinand, Muse y Coldplay.

-¿Sienten que “El último día de invierno” atiende a esas referencias?

-Nahuel: Sí, de alguna manera percibimos que somos capaces de ir plasmando mejor aquello que nos gusta y que nos interesa. Y eso se nota en las canciones y también en la búsqueda por darle un tipo de tratamiento al sonido del disco.

-¿En cuánto los afectó el cambio de formación?

-Nahuel: En mucho. Fue una gran decepción porque además éramos amigos y tuvimos que remontar el impacto, pero nosotros siempre tuvimos claro que La Taza Calva iba a seguir y por suerte encontramos a dos músicos increíbles como Helena y Tomás.

-¿Qué sienten que aportan los nuevos integrantes?

-Lautaro: La verdad es que apareció otro sonido. Es como si hubiera cambiado el motor musical de lo que hacemos y eso le aporta mucha frescura y otra perspectiva estética a cada cosa que proponemos.

-¿Qué planes tienen para 2015?

-Lautaro: el entusiasmo que nos generan los nuevos compañeros de grupo y las canciones que fueron apareciendo en este tiempo, nos llevan a imaginar la posibilidad de plasmar todo eso en un cuarto disco para el año próximo.