El secreto de Barovero, el gran héroe del Monumental

El 27 de noviembre ya pasó a formar parte de la historia grande River, de eso no caben dudas. Pero también será una fecha memorable en el calendario deportivo de Marcelo Barovero, el gran héroe del Monumental que acaparó todos los elogios en la conquista millonaria sobre el rival de siempre.

El arquero cambió el curso del partido con la atajada del penal ejecutado por Gigliotti cuando la gente recien se estaba acomodando en sus asientos. Fue al lugar exacto y colocó las manos en el sitio preciso para ahogar lo que podría haber sido la ventaja a favor del clásico rival cuando el partido casi ni se había empezado a jugar. Esa intervención abrió las puertas a la concreción de un viejo anhelo: después de 11 años los millonarios accederán a la final de una final internacional tras un ciclo repleto de frustraciones que incluyó la pérdida pasajera de la categoría.

¿Pero cuál fue el secreto del hombre de verde para adivinar la intención del goleador? Con la misma serenidad que transmite debajo de los tres palos el número uno de River explicó los segundos previos a la vital atajada:” "Gigliotti pateó muchos penales, los miré casi todos e intuía que había que estar atento a la carrera”, y agregó: “Lo único que hice fue respirar, tener la mente clara y tranquila. Sabía que si se frenaba antes de patear, la podía tirar a la izquierda".

Así de “fácil”. Todo lo que pasó después ya está contado una y mil veces. En el mismo arco y sobre el mismo costado en el que el Pato Abbondanzieri hizo delirar a Boca en el año 2004, Barovero dio el puntapie inicial a la clasficación riverplatense. Estudiar al adversario en el remate de los penales resultó fundamental: "Sé que sirvió mucho el penal, pero lo único que importa siempre es ganar. Funcionamos como equipo y lo seguimos demostrando en cada partido", redondeó su explicación en arquero de la banda.

Para completar una actuación memorable el golero millonario también tuvo una doble atajada en el primer tiempo cuando los xeneizes buscaban afanosamente la paridad. “Hoy dejamos una marca en la historia” alcanzó a decir Barovero antes de dejar el Monumental rodeado de mil micrófonos en una noche difícil de olvidar