Extraña muerte de un joven financista: apareció con un tiro en la cabeza

El hallazgo de un cuerpo con un tiro en la cabeza y una pistola en la mano, o cerca, suele terminar en una causa cerrada bajo la carátula “suicidio”. Pero si la víctima es un asesor financiero de 31 años que solía cargar miles de dólares en un maletín y al que nadie le conocía enemigos, conflictos, ni crisis depresivas, la resolución del desenlace resulta mucho más compleja.

El protagonista de este misterio es Mariano Benedit, nacido en una familia de agentes de bolsa, apasionado jugador de pato, casado desde hace tres años con una diseñadora de interiores dueña de su propia empresa y padre de una beba de 10 días que hoy iba a ser bautizada. Hermano de la esposa de Huberto Roviralta y amigo de la modelo Sofía Zámolo. Uno de sus socios sería de La Plata y no tendría buena relación con su familia. Como se ve, un perfil ecléctico para la víctima de un caso en el que por estas horas abundan las preguntas (ver página 23).

Mariano Benedit salió el martes al mediodía desde su casa de Arenales al 1600, en el barrio porteño de Recoleta, manejando su moto Honda Tornado 250 rumbo a la calle 25 de Mayo al 500, donde funcionan las oficinas de la empresa bursátil que lleva el apellido familiar.

Pero nunca llegó a destino ni se presentó a ninguna de las tres citas que tenía acordadas de antemano. Sus dos celulares sonaban, pero no atendía los llamados ni respondía los mensajes. Con el correr de las horas la familia comenzó a preocuparse y fue su hermana Dolores Benedit -recientemente casada con Roviralta- la que denunció la desaparición en la comisaría 1ra. ante la sospecha que pudiera tratarse de un secuestro. Pero llamados extorsivos no hubo.

“Después de las tres de la tarde el celular daba apagado”, dijo su hermano Miguel

La noticia de la desaparición llegó a los medios ayer a la mañana y para el mediodía varios periodistas se habían concentrado frente al edificio a la espera de novedades. Cerca de las 16 vieron a algunos de los hermanos de la víctima salir al balcón y abrazarse llorando. Minutos después se conoció una confirmación del Ministerio de Seguridad que daba cuenta del hallazgo de un cadáver en un pastizal donde termina la Costanera Sur, sobre la avenida España, en el camino rumbo a la isla Demarchi y a metros del predio donde funcionaba Tandanor.

Según se indicó, el cadáver fue hallado por colectiveros de la línea 4 que avisaron al 911.

Por lo que se sabe hasta el momento, el joven recibió un balazo en la sien izquierda -que le destrozó la cara- y presentaba algunas lesiones en las piernas, que podrían ser por golpes o lesiones compatibles con la práctica del pato, un deporte que se juega a caballo y tiene mucho roce físico.

Será la autopsia que se realice en las próximas horas en la Morgue Judicial la que aporte los detalles para establecer la data de la muerte (se estima que fue 24 horas antes del hallazgo), si fue o no golpeado, si tenía signos de arrastre y cómo recibió el tiro. También buscarán rastros de pólvora en las manos y analizarán la trayectoria del disparo, ya que los investigadores creen que hubo una escena montada para aparentar un suicidio.

“Suicidio??? Con 500.000 pesos encima, en un terreno baldío SIN su moto y con un tiro en la cabeza y el arma al lado del cuerpo???”, escribió en Twitter Sofía Zámolo.

lo que habia y lo que falta

Los peritos encontraron los documentos de la víctima y una mochila con 1.000 pesos y la computadora personal, mientras que se busca la moto en la que se movilizaba, y el casco. También el maletín en el que presuntamente llevaba 200 mil dólares.

Al lado del cuerpo, o en una de sus manos (había información contradictoria al respecto), quedó una pistola 9 milímetros que pertenecería a Benedit. De inmediato el lugar se llenó de policías y periodistas, mientras que se cercó el sector a unos mil metros a la redonda para no complicar la búsqueda de pruebas (la tormenta no ayudó).

Por el momento la fiscal Graciela Bugeiro espera el reporte de los investigadores y poder tomarle declaración a los allegados de la víctima para conocer detalles de los movimientos que iba a realizar ese día y en las horas previas. También se analizan las cámaras de seguridad de la zona (aunque es un descampado) en busca de algún rastro; se levantaron muestras del terreno para cotejarlo con la tierra del cadáver -para saber si murió en el lugar- y se intentaba localizar dónde estuvieron activos los celulares hasta el momento en que sonaron.