Marisa Russomando: terapia para padres

“Cuando llega el bebé se forma la familia, automáticamente hay nuevos roles, ese acontecimiento es un puntapié inicial -lo asumas o no, lo ejerzas o no-, de un nuevo rol como padre o madre e hijo, tres roles que sí o sí están puestos en marcha”, define Marisa Russomando, autora de Diván King Size.

Con la experiencia de tratar durante 20 años a padres e hijos con distintas problemáticas, la directora de “Cigüeña”, un espacio dedicado a brindar servicios a las familias, explica en tono distendido a qué llamamos pareja, padres y límites, cómo crear (y criar) a un pequeños demonio o a un angelito, de que se trata el control de esfínteres y qué pasa a la hora del sueño, entre otros relatos.

EL PRIMERO, EL MAS DIFICIL

“En general, es difícil el pasaje de dos a tres, el resto de los pasajes también son difíciles pero el primero suele ser el más complicado -explica la psicóloga- y eso deja una marca; la verdad es que esto de pasar a ser pareja a familia el gran desafío es ser familia pero seguir siendo pareja”.

Actualmente en la pareja “la responsabilidad es compartida, ambos se ocupan de los hijos, de la casa, de los quehaceres”.

Russomando comenta que “uno de los riesgos es que ésta se pierda en la familia, a diferencia de las épocas en que el padre no participaba tanto de la crianza, hoy se da que lo hacen activamente, concurren a actos escolares, acompañan a sus hijos en distintas actividades y si no pueden hacerlo sienten culpa por no estar presentes”.

“No es necesario que quede resignada en nombre de los hijos, en todo caso se puede admitir que hay menos espacios, menos tiempo o energía, pero no es imposible”, advierte la autora de Rutina desde los pañales.

“Hay que planificar más, sólo eso -dispara- y prestarle atención a los huecos que quedan: Como cumpleaños, visitas a casas de amigos y abuelos o pedir ayuda de una persona que quede al cuidado de los chicos, pero nunca hay que decir que es imposible. Lo fundamental es que hay que poner muchas ganas porque no sale naturalmente”.

¿Cómo se puede manejar el tema de los límites con los hijos? “No es una cuestión teórica, todos los días en el consultorio veo cómo los chicos los necesitan y cómo crece un niño con límites y otro cuyos padres son permisivos”.

“Se borró gran parte de lo que antes era una autoridad paterna o materna, pasa que a los padres de hoy día les da mucha culpa estar lejos de casa y a la hora de retar les cuesta”, reflexiona la escritora recibida como psicóloga en la UBA.

Russomando recuerda que “una frase típica del consultorio es ‘si lo veo tres horas al día no puedo retarlo’ y yo les contesto, ‘si lo ves tan poco y no lo educás, quién pretendés que lo haga’?”

CUESTION DE EDUCACION

“Ese problema se da en la cabeza del adulto porque asocia poner límites con enojo, reto o castigos, un concepto errado porque se puede enseñar desde otra perspectivas, desde el humor o desviando la atención por ejemplo”, advierte.

En este sentido, aclara que “si uno está todo el tiempo desviando la atención no lo estamos educando, en realidad, le estamos enseñando utilizar otros recursos en ciertos momentos de tensión”.

A veces estas herramientas se utilizan intuitivamente, como las negociaciones, “el tema es saber cuándo hacerlo porque no se puede tener una educación basada solo en eso”, subraya la psicóloga.

Editado por Urano y en un tono ameno, Diván King Size es la lectura ideal para padres primerizos que deseen mantener viva la llama del amor y la comprensión en la ardua tarea de la crianza.