Blancos brillantes y negros mates en el fútbol argentino

Sin grises, hubo blancos brillantes y negros mates en el fútbol argentino este 2014, el mejor año que escribió San Lorenzo, el que volvió a lucir a un River de alto vuelo futbolístico que se reencontró con un título internacional tras 17 almanaques, en tanto el sufrido Racing pudo gritar “campeón” en una noche interminable, como aquel que cortó la extensa racha tres lustros y medio en los tristes días finales de 2001.

BOCA, SUFRIMIENTO

Por contraposición Boca terminó entre sombras, pues fue segundo en el torneo Final que concluyó en el invierno pero no alcanzó porque arriba quedó River y luego fue el correlato de un triste final prematuro. Primero la partida de Juan Román Riquelme, elogiado pero no querido por la dirigencia que encabeza Daniel Angelici, tras una simulada pulseada, y tras la frustración de la eliminación de la Copa Argentina a manos del luchador Huracán, el delfín de Mauricio Macri despachó a Carlos Bianchi, el técnico más ganador y célebre que tuvo la rica historia xeneize. El final de año fue con eliminación de la Sudamericana a manos de River. Nada de poca cosa.

La fiesta estuvo por Boedo, Núñez y Avellaneda. San Lorenzo, con Edgardo Bauza en lugar del renunciante Juan Pizzi -campeón en el fin de año anterior-, sufrió para pasar de grupos en la Libertadores pero enhebró victorias valiosas en Brasil para voltear candidatos y el 13 de agosto con un penal de Néstor Ortigoza se desahogó al ganar la Copa que históricamente se le venía negando. La fiesta fue interminable y hasta el Papa Francisco celebró en la Plaza San Pedro con la Copa.

El último sueño cumplido fue jugar el Mundial de Clubes y tras un angustiante debut hubo final ante el poderoso Real Madrid de Cristiano Ronaldo. La caída 2-0 no podrá opacar su gran 2014.

River volvió a ser campeón y lo hizo de la mano de Ramón Díaz con 5 pepas a Quilmes en el Monumental el 18 de mayo , a casi tres años del descenso. Ni diez días pasaron cuando Ramón renunció en un claro desquite a la dirigencia encabezada por Rodolfo D’Onofrio, quien seis meses antes le había hecho bajar el contrato que había firmado con Daniel Passarella y siempre le puso los puntos sobre las ies. Marcelo Gallardo fue el elegido por el manager Enzo Francéscoli y en poco tiempo lució con un equipo, casi sin incorporaciones salvo Leonardo Pisculichi, y la vuelta de un par de futbolistas que Díaz había dejado ir (Sánchez y Mora) . Cinco meses y seis días pasó River invicto desde que asumió Gallardo. Igualó el record de 31 partidos sin perder (8 de Ramón) que databa de 1922. El 27 de noviembre con gol de Pisculichi eliminó a Boca de la Sudamericana, tomándose revancha de una decepción que llevaba diez años, cuando el xeneize lo dejó fuera de la Libertadores , también en una semifinal. No pudo ser campeón local pero el 10 de diciembre volvió a sentirse grande en el continente al ganar la Sudamericana a Nacional de Medellín, 17 años después del último título internacional : la Supercopa del 97.

RACING DIO LA NOTA

El otro gran festejante fue Racing el 14 de diciembre con el sufrido partido ante Godoy Cruz, de la mano de Diego Cocca y con la vuelta de Diego Milito, otra vez campeón y recibido de ídolo albiceleste. No fue fácil el año desde que la dirigencia echó a Reinaldo “ Mostaza” Merlo, el de la estatua en el club, el 7 de mayo tras perder ante River en el Monumental. Cocca acordó con Racing mientras lograba el primer ascenso de Defensa y Justicia y curiosamente debutó al frente de la Academia con una victoria 3-1 en Florencio Varela. No fueron todas flores para Cocca y sus jugadores. Racing logró superar un final de invierno que le fue más cruel que el clima. Desde que por la quinta fecha perdió el clásico ante Independiente 2-1 el 31 de agosto, cayó con Lanús 1-3 (el 7/9), perdía con Boca 0-1 hasta que se suspendió por lluvia (14/9) y quedó eliminado de la Copa Argentina ante Argentinos Juniors 0-1 con un Riquelme de etiqueta (18/9). Empezó la primavera y Racing floreció. Si bien empató 1-1 con Newell’s, en Avellaneda el equipo hizo un gran partido y tres días después en La Bombonera revirtió la derrota parcial con dos goles de Gustavo Bou, hasta allì el jugador más cuestionado que se convirtió en el goleador de equipo. En las últimas nueve fechas Racing estuvo invicto con ocho triunfos, entre ellos uno clave, el que le ganó a River 1-0 en Avellaneda, que lo puso en la cima, que mantuvo hasta el gran día frente a Godoy Cruz que abrió el fuego de los festejos interminables.

HASTA HURACAN

Hasta Huracán celebró este año. Ese alfil del porteñismo gritó hasta “romperse los pulmones en las tribunas hinchando por un ideal”, como dijo Discepolín en El Hincha. Y vaya si alcanzó: campeón luego de 41 años al ganar la Copa Argentina a Rosario Central en los penales, ascenso a Primera luego de tres años y medio, y encima clasificado a las Libertadores y Sudamericana, de la mano de Néstor Apuzzo, un quemero incurable. A Huracán nada le es fácil y hasta ya parece en el olvido que tuvo que sortear dos desempates antes de ascender, porque el 11 de junio se quedó con las ganas en La Plata ante Independiente (0-2) y tuvo revancha en los calores del 14 de diciembre con 4-1 que parece no reconocer el susto de haber empezado abajo ante Atlético Tucumán.

Independiente logró ese 11 de junio la vuelta a la A tras un año de angustia en la B, en un semestre que padeció de todo, porque Javier Cantero, sin apoyo, renunció a la presidencia en medio de conflictos con empleados y una deuda cercana a los 400 millones de pesos. Así y todo el entrenador Omar De Felippe logró abstraer a sus jugadores y alcanzar el cometido.