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Revista Domingo |NOTA DE TAPA

Dakar: tiempo de balance

A través de más de 9.000 kilómetros transitados por las más exigentes geografías de Argentina, Chile y Bolivia, la séptima edición del Rally Dakar en Sudamérica se transformó en la más dura de todas. Más de 4.000.000 de personas siguieron las alternativas de la carrera que se consolidó este año como el evento deportivo de mayor impacto turístico en la historia del país

25 de Enero de 2015 | 00:00

Hay una razón por la que la séptima edición del Rally Dakar en Sudamérica, disputada hasta el domingo pasado, va a pasar a la historia. Y es por su alto grado de exigencia y por la dureza de las condiciones en las que se corrió, determinada tanto por lo inhóspito de las geografías recorridas como por los rigores del clima. En esos aspectos coincidieron todos los participantes de una competencia que por primera vez desde sus ediciones africanas contó con etapas maratón (sin asistencia mecánica entre jornada y jornada), lo que aumentó el desafío para los participantes de las distintas categorías, Y que, si bien consolidó a figuras que ya habían brillado en ediciones anteriores, también colocó en la vidriera a nuevas y promisorias figuras como el cordobés Jeremías González Ferioli que se convirtió en el piloto más joven en ganar una etapa en la historia del rally (ver aparte).

Pero, además de lo estrictamente deportivo y los avatares de la carrera propiamente dicha, la última edición del rally en la Argentina lo consolidó como el evento deportivo con mayor convocatoria turística en toda la historia del país.

Según los datos oficiales fueron cuatro millones de personas las que se movilizaron hasta los distintos puntos donde se corrió la carrera, que recorrió las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, San Luis, San Juan, La Rioja, Jujuy, Salta, Tucumán y Santiago del Estero.

La largada en la ciudad bonaerense de Baradero, el 5 de enero, fue una demostración cabal del poder de convocatoria logrado por el Dakar. Hasta esa ciudad se movilizaron casi 30.000 turistas, entre los que llegaron para ver partir a los vehículos en el comienzo de la competencia y los que quisieron estar en el momento de la llegada de los competidores.

De los 406 pilotos que largaron el 5 de enero en Baradero, sólo 207 llegaron a la meta

Tras la largada, la competencia reeditó el recorrido “bucle” con partida y llegada en Buenos Aires .

Según los datos manejados por el ministerio de Turismo fueron en total cuatro millones de personas los que presenciaron la competencia en todas las provincias argentinas, incluyendo los dos últimos campamentos en Río Hondo, Rosario y el cierre en Buenos Aires.

Los datos fueron aportados por el titular de esa cartera, Enrique Meyer, durante el podio de llegada del rally, que se realizó en Tecnópolis.

El ministro remarcó la importancia que tiene esta competencia para la Argentina, ya que genera un gran impacto económico en todos los destinos por donde pasa “Y permite poner al país en los ojos del mundo y promocionar a cada uno de nuestros destinos a través de las transmisiones televisivas a más de 190 países.

Según se destacó, el rally se convirtió en un clásico de esta época del año, con la gente esperando el paso de los competidores en cada uno de los tramos y acercándose a los campamentos en las provincias.

LA EDICIÓN MÁS DURA

David Castera es francés, es director deportivo del Rally Dakar y es además el responsable de idear los caminos por los que se correrá el Rally y el que debe crear desafíos para los pilotos. En esta edición del rally, que se caracterizó por tener menos circuitos en arena, pero por contar con otros igualmente complicados sobre suelos de tierra, piedras, ripio, un salar inundado y fesh fesh (así se llama a un polvo que se mantiene flotando en el aire y que cubre superficies de tierra sumamente inestables, en los que el secreto es no detenerse, ya que si se hace eso el atascamiento es automático. En nuestro país se lo conoce como “talco” y se encuentra en algunas zonas de La Pampa. Antes sólo se veía este tipo de polvo cuando se corría sobre suelo africano).

El Dakar 2015 recorrió un total de 9.000 kilómetros por Argentina, Chile y Bolivia. Basta un dato para dar cuenta de la dureza de la prueba, en la que el clima fue un factor clave y cambiante: de los 406 pilotos que largaron el 5 de enero en Baradero, sólo 207 llegaron a la meta.

Las primeras etapas en la Argentina estuvieron caracterizadas por el calor extremo y el frío límite en los pasos de frontera y en Bolivia le dieron un dramatismo especial a la carrera y su caso más extremo y trágico fue el del piloto polaco Michal Hernik, quien murió en la tercera etapa entre San Juan y Chilecito (La Rioja) por deshidratación.

El frío y las lluvias hicieron de las suyas en Bolivia, cuando las motos disputaban la séptima etapa de Iquique (Chile) hacia Uyuni, y fueron sorprendidas por lluvias, crecidas de ríos y temperaturas muy bajas, por lo que muchos pilotos debieron ser asistidos por hipotermia.

El Dakar 2015 sumó una dificutad extra a los pilotos: implementó etapas maratón (sin asistencia mecánica entre jornada y jornada) para autos y camiones, algo que no se había hecho desde sus tiempos en Africa y para las motos añadió una más por lo que los pilotos de las dos ruedas tuvieron un esfuerzo extra.

Y si bien en los deportivo los grandes candidatos fueron los que se llevaron el título, como el catalán Marc Coma en motos (KTM), Nasser Al Attiyah en autos (Mini) y el polaco Rafal Sonik (Yamaha) en cuatriciclos, fueron más las sorpresas que las certezas.

Entre las sorpresas negativas, el campeón de 2014 en autos, el catalán Nani Roma (Mini), se quedó sin chances apenas a 10 kilómetros de iniciado el Dakar 2015, cuando el motor del auto ahogó sus expectativas de revalidar el título, hasta que terminó excluido en la décima etapa.

Otro español que se quedó afuera temprano fue el campeón de 2010, Carlos Sainz, quien estaba al mando de uno de los tres Peugeot que volvían al Dakar después de 25 años y tras clasificar cuarto en la tercera etapa, terminó volcando y destrozando el auto en la siguiente.

Otro campeón que no pudo llegar al final fue el chileno Ignacio Casale (Yamaha), quien llegaba a este Dakar con la idea de repetir el título en cuatriciclos pero terminó abandonando en la décima etapa.

El Dakar 2015 sumó una dificutad extra a los pilotos: implementó etapas maratón (sin asistencia mecánica entre jornada y jornada) para autos y camiones, algo que no se había hecho desde sus tiempos en Africa y para las motos añadió una más por lo que los pilotos de las dos ruedas tuvieron un esfuerzo extra.

También estuvieron los que casi acariciaron el título pero fueron víctimas de la ley número uno del rally más extremo: un Dakar nunca se gana hasta cruzar la meta de llegada.

El caso testigo es el del español Joan Barreda (Honda), quien llegó a liderar el Dakar hasta la séptima etapa, cuando su moto no soportó las exigencias del majestuoso salar de Uyuni y terminó con sus aspiraciones de victoria pero logró ubicarse 17º en la general.

El mendocino Orly Terranova (Mini), candidato al podio final y ganador de cuatro etapas, iba tercero en la general cuando en la cuarta etapa la rotura del porta masa lo dejó varado varias horas y perdió la chance de estar entre los mejores.

Pese a que no logró su objetivo y terminó 18º en la general, Terranova completó su Dakar más constante y en el que más victorias de etapa ganó.

En cuatriciclos, el cordobés Jeremías González Ferioli fue uno de los grandes gladiadores de este Dakar, en el que se convirtió en el piloto más joven en ganar una etapa en la historia del rally.

González Ferioli, de 19 años, había llegado con el objetivo de máxima de terminar en el podio y en Baradero terminó siendo un brillante escolta del campeón Rafal Sonik, beneficiado por la deserción de Casale, del uruguayo Sergio Lafuente y del argentino Sebastián Halpern.

SORPRESAS

Entre las sorpresas, estuvieron Emiliano Spataro, que con una Renault Duster preparada por un equipo íntegramente argentino, muchas veces peleó entre los 10 primeros y en éstas dos últimas etapas entró en la historia tras repetir dos terceros puestos.

El piloto bonaerense, 20º en la clasificación general, sufrió la rotura de la parrilla en la etapa maratón, camino a Uyuni, lo que le impidió terminar entre los 10 primeros.

TambIén sorprendieron el chileno Pablo Quintanilla (KTM), cuarto en motos, otro debutante, el australiano Tobby Price (KTM), tercero, y la española Laia Sanz, quien terminó novena, convirtiéndose en la mejor piloto mujer de la historia del Dakar.

El final de la competencia, abre además, la expectativa por una nueva edición, la del 2016, que los fanáticos ya empiezan a palpitar cuando todavía no se apagaron los ecos del rugir de los motores de la última edición.

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