El alcalde de Roma renunció, tras un escándalo con fondos públicos

ROMA.- El alcalde de Roma, Ignazio Marino, del gobernante Partido Democrático (PD) italiano, renunció ayer a su cargo por una serie de supuestas irregularidades con el uso de fondos públicos que había afectado la imagen del primer ministro del país y líder del PD, Matteo Renzi.

“Presento mi renuncia”, escribió Marino en una carta dada a conocer al caer la noche en la que no obstante volvió a rechazar las acusaciones por el uso de fondos públicos a través de la tarjeta de crédito del ayuntamiento (municipio) local para el pago de cenas privadas con familiares y amigos. “Todos mis esfuerzos han provocado una reacción furiosa. Desde el principio hubo un intento de subvertir el voto democrático de los romanos. Hoy en día esta agresión llega a su límite”, agregó el ahora ex alcalde, un médico y político de 60 años que había asumido en junio de 2013.

Horas antes, en un intento por aferrarse al cargo, Marino había prometido devolver los casi 20.000 euros que gastó con la tarjeta de crédito del municipio en estos dos años y que hizo pasar como comidas oficiales, para así “seguir adelante por el bien de la ciudad”, pero la estratagema no prosperó.

LA INVITACION QUE NO EXISTIO

A fines del mes pasado, el dirigente se había visto envuelto en otra polémica por su participación en el Congreso de las Familias en Filadelfia, EE UU, que había valido una aclaración pública del papa Francisco negando que él lo hubiera invitado. “Yo no he invitado al alcalde Marino”, había dicho el pontífice, visiblemente molesto, en una rueda de prensa a bordo del avión que lo trajo de regreso a Roma desde esa ciudad del oeste de EE UU luego de su histórico viaje a ese país.

En agosto pasado, en tanto, Marino también había sido criticado por el funeral del capo mafioso Vittorio Casamonica, que fue despedido por carruajes en medio de la capital italiana, con carteles que lo recordaban como el “Rey de Roma” y hasta un helicóptero sobrevolando la “Ciudad Eterna”.

La renuncia del alcalde llega en momentos en que la comuna capitalina se prepara para ser sede del Jubileo Extraordinario convocado por el papa Francisco entre el 8 de diciembre próximo y el 20 de noviembre de 2016, que se espera atraiga a Roma a millones de católicos de todo el mundo.

Marino anunció su decisión después de una acalorada reunión del gobierno municipal en la que quedó en claro que ya no contaba con la confianza del premier Renzi y que había perdido su mayoría en el concejo local, informaron medios italianos.