El oficialismo ganaba en Ecuador pero no evitaba la segunda vuelta

QUITO.- Con más de la mitad de los votos contados, el candidato oficialista Lenín Moreno (de la izquierdista Alianza País) encabezaba al cierre de esta edición las preferencias electorales en las presidenciales celebradas ayer en Ecuador. Lo seguía el ex banquero opositor de derecha Guillermo Lasso, por lo que es probable que se dirima la presidencia en segunda vuelta. Según un conteo rápido del Consejo Nacional Electoral, con un 52,75% de los votos recabados, Moreno obtenía un total de 38,20%, mientras que Lasso (del movimiento Creando Oportunidades) lo seguía con el 29.95%.

El triunfo de Moreno se daba a pesar de las denuncias de corrupción y de una economía tambaleante que han golpeado al saliente mandatario Rafael Correa.

Si ninguno de los candidatos logra la mayoría absoluta de los votos válidos, debe obtener, al menos, el 40% con una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre su rival más cercano, para evitar ir a una segunda vuelta el 2 de abril.

Más temprano, tres encuestas a boca de urna también le daban la ventaja a Moreno y una de ellas lo declaraba ganador en primera vuelta. “A esta revolución no la para nada ni nadie”, dijo Moreno, acompañado de Correa y de un puñado de seguidores tras escuchar los datos de las encuestas. “Hemos ganado estas elecciones en justa lid”.

El nuevo presidente de Ecuador, que gobernará desde el 24 de mayo por un período de cuatro años, tendrá un difícil camino que recorrer para crear empleos, afrontar un abultado endeudamiento y sostener millonarios planes sociales acumulados durante una década de gobierno socialista de Correa.

El candidato oficialista, ex vicepresidente entre 2007 y 2013, convenció a sus seguidores con la promesa de continuar el proyecto político de Correa centrado en programas sociales, participación activa del Estado en la economía y una mejor distribución de la riqueza.

Una eventual victoria de Moreno, mantendría a Ecuador como uno de los pocos países de Latinoamérica que continúa en la senda socialista, luego de que el movimiento sufriera reveses el año pasado en Brasil, Argentina y Perú. El candidato oficialista, ex vicepresidente entre 2007 y 2013, convenció a sus seguidores con la promesa de continuar el proyecto político de Correa centrado en programas sociales, participación activa del Estado en la economía y una mejor distribución de la riqueza. Los escándalos que salpican a funcionarios cercanos a Correa, en una trama corrupta de la estatal Petroecuador y una red de sobornos de la brasileña Odebrecht, obligaron a que los candidatos, Moreno incluido, anunciaran que crearán comisiones especializadas para combatir la corrupción.

JORNADA TRANQUILA

En tanto, la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), que actuó como observador en los comicios en Ecuador, evaluó como “tranquila” y “pacífica” la jornada de votaciones, en la que los ecuatorianos eligieron, además de una fórmula presidencial, a los integrantes del Legislativo unicameral (Asamblea Nacional) y los representantes al Parlamento Andino. El jefe de la misión, el ex presidente dominicano Leonel Fernández, destacó la afluencia de votantes a las mesas de votación e informó de que la misión recibió muy pocas denuncias de presuntas irregularidades en la elección en la que 12,8 millones de personas estaban habilitadas para sufragar.

Tras votar muy temprano en una escuela primaria del norte de Quito, Correa, quien desistió por motivos personales de aspirar a la reelección, llamó a aceptar los resultados y apostó por una victoria en primera vuelta del oficialista Moreno. A las elecciones se presentaron ocho candidatos y las encuestas previas marcaban un alto número de indecisos.