Recrudecen los violentos choques en Medio Oriente

RAMALA, Cisjordania.- Un joven de 18 años que recibió un disparo de soldados israelíes durante una protesta falleció a consecuencia de sus heridas, dijeron ayer responsables médicos palestinos. Ahmad Betawi, director del hospital de Ramalá, dijo que Laith al-Jaldi ayer tras recibir un disparo en el pecho un día antes durante una manifestación en protesta por el asesinato de un bebé palestino supuestamente a manos de grupos extremistas judíos.

El ejército israelí dijo que el disparo a Al-Jaldi se produjo cerca de Ramalá luego de que el joven les lanzara una bomba incendiaria. Al-Jaldi fue enterrado ayer en medio de graves incidentes, mientras quie por la noche miles de personas salieron a las calles en Jerusalén, Tel Aviv y Haifa para pedir el fin del “odio asesino” de sectores extremistas judíos.

La tensión en la zona se mantiene alta después de que supuestos asaltantes judíos prendieran fuego a una vivienda en Cisjordania causando la muerte a un niño de 18 meses que dormía. El ataque provocó ira entre los palestinos y amplias condenas entre los israelíes.

LOS INCIDENTES

Unos 2.000 manifestantes palestinos se enfrentaron a fuerzas de seguridad israelíes en la ciudad cisjordana de Hebrón. Pero los enfrentamientos menores, ya que Israel desplegó mayores fuerzas del orden para prevenir una escalada.

Los palestinos acusan al estado judío de no brindarles suficiente protección de los colonos judíos extremistas. Israel teme que el incidente provoque mayores disturbios y ha llamado a mantener la calma.

Desde hace años los extremistas atacan propiedades palestinas además de mezquitas, iglesias, grupos de israelíes moderados e incluso bases militares. Los ataques, conocidos como “facturas” porque cobran un precio por toda medida que consideran favorable a los palestinos, provocan miedo en los palestinos pero rara vez causan víctimas, razón por la cual el incidente del viernes en que murió Ali Dawabsheh, de 18 meses, causó estupor.

REPUDIO

En tanto, miles de personas se concentraron ayer en ciudades como Tel Aviv, Haifa y Jerusalén para expresar su condena a la violencia y exigir al gobierno de Benjamín Netanyahu el fin de la instigación extremista, tras dos días de ataques contra la comunidad gay y la familia palestina Darawsha, que han conmocionado al país, ya que además del bebés otros tres miembros de la misma familia resultaron heridos en el incendio premeditado.

El hecho se produjo pocas horas después de que el jueves seis participantes en la marcha del orgullo gay en Jerusalén resultaran heridos al ser apuñalados por un judío ultraortodoxo que había salido de prisión recientemente tras cumplir una pena por un ataque similar hace una década. La mayor de estas concentraciones tuvo lugar en Tel Aviv, convocada por la organización pacifista Paz Ahora (Shalom Ajshav), en la que se dieron cita miles de personas que abarrotaron la céntrica plaza Rabín poco antes de concluir la jornada sabática.

Bajo el eslogan de “el odio asesina”, los asistentes portaban banderas y pancartas en las que se leía: “Este es el precio del terrorismo” o “Cuando no hay paz, viene la guerra”.