Se reanudó el juicio contra la hermana del rey de España

La infanta Cristina de España volvió ayer a sentarse como acusada ante una corte de Palma de Mallorca, al inicio del juicio oral por un caso de fraude fiscal que se centra en los negocios de su marido, Iñaki Urdangarin, y que ha dañado la imagen de la familia real.

La hermana mayor del rey Felipe VI fue el primer miembro de la casa real española en comparecer en una audiencia preliminar en enero, y ahora enfrenta un juicio oral por dos cargos como presunta partícipe necesaria en un delito de fraude fiscal tras el rechazo de la apelación de sus abogados. Cristina será la última de los 17 acusados en el llamado caso Nóos que testificará en la corte de Palma, a fin de febrero. Todos los acusados, incluido Urdangarin, deben estar presentes durante las testimoniales.

Cristina y su marido niegan todo. Los cargos contra Cristina conllevan penas de hasta ocho años de cárcel. Urdangarin está acusado de nueve delitos, entre ellos fraude fiscal, que podrían alcanzar hasta 19 años y medio de cárcel. El juicio se centra en los negocios del Instituto Nóos que dirigía ya que, según los fiscales, la sociedad sin fines de lucro fue usada para desviar 6,2 millones de euros en fondos públicos a través de una trama urdida por Urgangarin y su ex socio Diego Torres, quienes utilizaron las conexiones políticas de la realeza para adjudicarse negocios con los gobiernos de las Islas Baleares, Comunidad Valenciana y Madrid.

El ex director general de Deportes del gobierno balear, José Luis “Pepote” Ballester, declaró ayer que “el objetivo era contratar a Urdangarin y todo lo que viniera de él sin discutir el precio”. “Las directrices las daba el presidente balear”, explicó el ex funcionario del gobierno de Jaume Matas, otro de los principales acusados. “Pepote” es el primer “arrepentido” del caso Nóos. Del gobierno balear, Urdangarin y Torres consiguieron más de 2,5 millones de euros.