Economistas, codiciados para las fórmulas presidenciales

Por M.S.

De repente, los estrategas de las campañas presidenciales pusieron el ojo sobre algunos economistas. Y no lo hicieron por azar o afinidad personal, sino en la búsqueda de fortalecer a sus candidatos y contrapesar los que a priori son sus puntos débiles. Por caso, para despejar dudas sobre el rumbo ideológico, remover prejuicios instalados o sumar experiencia en este terreno desconocido para la gran mayoría de los aspirantes a la sucesión de Cristina Kirchner.

De hecho, la propia Presidenta eligió a un economista, Amado Boudou, como su compañero de fórmula en 2011, en una decisión que resultó buena en términos electorales pero que con el paso del tiempo se demostró errónea por motivos públicamente conocidos. Sin embargo, los jefes de campaña piensan en cómo ganar en las urnas, no en la gobernabilidad posterior. La historia argentina cuenta con ejemplos de sobra el respecto, que no hace falta citar ahora.

En cambio, lo que interesa resaltar aquí es lo que puede suceder en los próximos meses, hasta las elecciones primarias de agosto. En el corto plazo, los precandidatos presidenciales deben tomar decisiones importantes, por caso, la designación de sus compañeros de fórmula. Y por estos días el mundillo político habla de una coincidencia nada casual: tanto Daniel Scioli como Mauricio Macri y Sergio Massa pueden completar sus fórmulas con economistas de renombre.

POR LA CONTINUIDAD

Scioli, incluso, viene de hacer declaraciones sobre Axel Kicillof que tienden a defender al ministro de Economía de las críticas hacia su gestión. Pero lo que llama la atención sobre las referencias del Gobernador al funcionario preferido de la Presidenta es un argumento que suele utilizar para él mismo, cuando sostiene que “se lo ha subestimado”. Esa empatía que busca generar Scioli con Kicillof responde al hecho de que el ministro quiere ser candidato.

Sin ir más lejos, el joven funcionario se presentó el lunes en un encuentro con empresarios que llegaron a escucharlo prácticamente en condición de candidato, según pudo saber EL DIA. Kicillof habló ante representantes de cámaras como la Confederación General Económica (CGE) y la agrupación Gelbard, que apoyan el modelo económico vigente y que piensan que el ministro puede garantizar su continuidad.

Justamente esa característica de Kicillof es la que interesa al sciolismo en esta etapa de la campaña presidencial, porque tiende a galvanizar al electorado afín al kirchnerismo y además le proporciona al Gobernador un escudo contra las críticas de sus competidores internos, como el ministro Florencio Randazzo, que lo asemejan al neoliberalismo económico. Todo esto, pese a que el compañero de fórmula ideal para Scioli sería otro gobernador del PJ.

Claro que la compañía de Kicillof puede ser aprovechada por otros precandidatos presidenciales para reprocharle a Scioli el rumbo de la economía.

UN DESARROLLISTA

Macri parece haber encontrado la forma de hacerlo sin que lo tilden de liberal: el PRO le dará protagonismo al presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio, a tal punto que los estrategas del partido amarillo analizan su nombre para completar la fórmula presidencial con el alcalde porteño.

“Está entre los mencionados. Diría que un 60% de posibilidades las tiene Lole Reutemann y un 40% el propio Frigerio”, deslizó a este diario un dirigente del PRO, que destacó que junto al economista, Macri sumaría el discurso desarrollista y complementaría la visión empresaria que tanto le achacan sus rivales políticos. Pero un ministro del Gobierno porteño aseguró que el alcalde “ya no piensa que hay que privatizar todas las empresas que ahora son estatales”.

Frigerio tiene 45 años y antes de presidir el Banco, encabezó la comisión de Presupuesto de la Legislatura. En la interna del PRO estuvo más ligado a Gabriela Michetti, pero le avisó a Macri que sería “prescindente” en la disputa electoral de la senadora con Horacio Rodríguez Larreta. “El país tiene los mismos problemas que en los últimos 50 años por el retraso cambiario, la inflación y la falta de crédito”, analizó el último jueves en un encuentro con empresarios.

El nieto de Rogelio Frigerio, quien fuera el ideólogo del presidente Arturo Frondizi, no estaba entre los preferidos del estratega macrista Jaime Durán Barba, quien de movida dijo que quería que una mujer fuera la compañera de fórmula de Macri, repitiendo lo que sucedió en la capital federal. Aunque recientemente admitió que el economista desarrollista creció en su condición de dirigente. “¡Cómo mejoró este chico!”, lo escucharon comentar en una reunión cerrada.

En una posición distinta, por su vasta experiencia, se encuentra Roberto Lavagna, quien fue ministro de Economía entre 2002 y 2006, durante la crisis y en la salida de la misma. Pero justamente su edad -73 años- y el hecho de que la sociedad lo considera previsible, le sirve al Frente Renovador para contrapesar la juventud de Massa y las dudas sobre lo que haría en términos económicos, por un camino intermedio entre el kirchnerismo y el macrismo.

POR EL GRADUALISMO

De hecho, Lavagna fue uno de los que más cuestionó que Macri haya prometido levantar el cepo cambiario ni bien llegue a la Casa Rosada, ya que eso significaría una devaluación de grandes proporciones. En cambio, Lavagna impone la tesis del “gradualismo” para resolver los problemas económicos, tal como lo hizo en su gestión al frente del Palacio de Hacienda. Aunque aún no está decidido, en cuando a lo personal, a ser candidato a vicepresidente.

“Siempre existe una tensión entre lo personal y el proyecto colectivo. En lo personal, no me interesa (ser candidato), mientras que la parte colectiva será discutida más adelante”, dijo Lavagna durante la semana, consciente de que el massismo lo ubica en una situación de privilegio para acompañar al jefe partidario en las elecciones presidenciales. Aunque tanto en su caso, como en los de Kicillof y Frigerio, todo dependería de la coyuntura económica.