Indignación y críticas, la reacción de la oposición

El último discurso que la presidenta Cristina Fernández dio ayer en el Congreso marcó otro quiebre entre el Ejecutivo con la oposición, que se fue indignada por el tono del mensaje contra el fiscal fallecido, Alberto Nisman, las críticas a la Justicia y la falta de mención a los problemas por la inflación y la inseguridad.

La polémica comenzó con los cartelitos en algunas bancas sobre la AMIA. Un poco más tarde cuando la Presidenta avanzaba con sus críticas al Poder Judicial, el radical Gerardo Morales pidió una moción de orden para volver el “debate”, que derivó en una fuerte reacción desde las bancadas K.

Más allá de este cruce, al último discurso de la Presidenta en el Congreso le faltó el tradicional mensaje que da inicio al período ordinario de sesiones, pero el déficit quedó un poco tapado con los tradicionales cantitos de la barra, que sin banderas ni papelitos, alentó con su tradicional “Vengo bancando este proyecto”.

El oficialismo se despachó con fuertes elogios por el discurso de la Presidenta, en tanto que diputados de la oposición interpretaron que cometió una “falta de respeto” a la memoria del fiscal Alberto Nisman, cuestionaron las cifras dadas por la mandataria sobre desempleo y actividad económica, además de quejase porque “no habló” de la inflación y la inseguridad.

DE ESO NO SE HABLA

En ese sentido, Julio Cobos, diputado UCR, opinó que “hizo un balance de todas las cosas que considera favorable pero no de la inflación que nos deja. Además escuché muy superficialmente hablar del Código Procesal Penal, pero no escuché hablar de una política de seguridad, que es el principal problema”.

Federico Pinedo, diputado del PRO, coincidió: “Muchas de las cosas que se dijeron no son de la realidad. Se trató, una vez más, del ensalzamiento de un relato en el que la gente ya no cree”.

La Presidenta tuvo un poco de chichoneo con el macrismo cuando al momento de anunciar la estatización de ferrocarriles argentinos pidió el apoyo del bloque Unión PRO, amparándose en que el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri declaró públicamente que reivindicaba “las banderas del peronismo”. Pinedo, titular del bloque macrista, respondió con una sonrisa y haciendo la V de la victoria, mientras que sus compañeros de bancada festejaban la ocurrencia. Al que no le pudo arrancar ni una sonrisa fue al jefe de la bancada kirchnerista del Senado, Miguel Ángel Pichetto, que no se levantó ni cuando el grupo de los legisladores del Frente para la Victoria (FpV) se alzó de sus bancas para entonar la Marcha Peronista.

Mientras, el diputado Unidad Popular Claudio Lozano, opinó: “Esto es un cóctel entre algunas cosas buenas que el Gobierno ha hecho como puede ser haber estatizado las AFJP, el tema de haber recuperado Aerolíneas Argentinas y por otro lado tenemos el relato de ‘cristilandia’, donde parece que estamos en el mejor de los mundos. Más allá del toqueteo que han hecho de las cifras, porque para sostener la mentira tienen que seguir interviniendo el Indec, Argentina no está en el mejor de los mundos”.

Cuando promediaba la media hora de discurso, la senadora macrista Gabriela Michetti decidió la retirada y fue la primera legisladora en abandonar el recinto. Un ratito después fue el turno de Fernando “Pino” Solanas, quien fue el primer precandidato presidencial en dejar la banca para no volver. El titular del Comité Nacional de la UCR, senador Ernesto Sanz, los diputados Sergio Massa (Frente Renovador) y Nicolás Del Caño (Frente de Izquierda), como la mayoría de los legisladores de la oposición, se mantuvieron en sus bancas durante todo el discurso.