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El país |UN AÑO DE GESTION

Macri: “El cambio que proponemos nos va a demandar más de 8 años”

A EL DIA le dijo que “habrá que recorrer un camino largo” pero que 2017 será un año mejor

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1 de Diciembre de 2016 | 01:58

LUCIANO ROMAN

Hay un puñado de cosas sobre las que el Presidente no tiene dudas. Cree, sin fisuras, que el rumbo de su gobierno es el correcto; que su equipo no necesita cambios profundos; que la opinión del microclima político (a la que cree disociada de “la opinión de la gente”) no debe marcar su agenda; que el cambio que se propone demandará más de los ocho años que imagina en el poder y que la magnitud del “desastre” en que encontró al Estado es mayor a la esperada. Hay también algunos reconocimientos: dice que le ha llevado tiempo acomodarse a su sillón y que recién “hace un mes o mes y medio” que siente haber tomado “dimensión de la tarea”. Reconoce que el aumento de tarifas “se podría haber instrumentado mejor” y habla, una y otra vez, en relación a su equipo y a sí mismo, de una “curva de aprendizaje” que debieron hacer en este primer año de gestión. Admite, también, que la reactivación económica “no termina de ponerse en marcha”. Eso sí: se muestra conforme con lo hecho. Cuando se le insiste en que califique esta primera etapa, dice que le pondría un 8. Y pregunta: “¿Cuánto vale haber evitado la quinta crisis terminal en los últimos cincuenta años?

EL DIA entrevistó al presidente Mauricio Macri en su despacho de la Casa de Gobierno. A ese ámbito barroco y algo solemne, también le llevó algún tiempo ponerle su propio sello. Pero ahora se lo nota cómodo: su hija Antonia lo acompaña desde el fondo de pantalla de la computadora, sobre el mismo escritorio que han ocupado todos los Presidentes desde Julio Argentino Roca hasta acá. “En este mismo lugar había una mesa enorme con unos sillones prehistóricos en los que te hundías y no te podías parar. Ahora armamos este living”, cuenta antes de mostrar, con oficio de anfitrión, una réplica exacta de la Copa Libertadores que Boca ganó cuatro veces durante su presidencia. Ahora luce al lado de un retrato de Nelson Mandela y de fotos de los encuentros de Macri con el Papa. En las paredes se han cambiado los cuadros de varios próceres (“que me miraban todo el tiempo”) por obras de pintores argentinos contemporáneos. Desde la ventana ubicada justo detrás del sillón de Rivadavia asoma la imponente fachada en la que se lee “Centro Cultural Néstor Kirchner”; un símbolo de lo que él define como “doce años desastrosos para la Argentina”.

Distendido, con una leve disfonía, el Presidente habló de sus expectativas, sus preocupaciones, sus objetivos y sus autocríticas:

-Presidente, la semana pasada quedó frenada la reforma electoral que usted impulsa y no se podría instrumentar en 2017. Se ha interpretado esta decisión como una primera demostración de beligerancia por parte del peronismo. ¿Cuál es su evaluación?

-Primero, la reforma es algo no negociable. Porque los argentinos hemos decidido, mayoritariamente, otra forma de convivencia; diciéndonos la verdad, respetándonos, dialogando. Y el sistema electoral que acarreamos desde hace décadas, expresa todo lo contrario. Pero la buena noticia es que la reforma va a salir, porque 20 de 24 gobernadores están a favor. Y acá, valiéndose de una cuestión operativa, un senador cajoneó la reforma y no permitió la votación. Si hubiese ido a votación, salía mayoritariamente.

“A este primer año de gestión yo le pondría un 8. ¿Cuánto vale haber evitado la quinta crisis terminal de los últimos cincuenta años?”

-¿A qué senador se refiere?

Fuentes… con el apoyo de sólo cuatro gobernadores (habla del kirchnerista Carlos Fuentes). Así que yo creo que vamos rumbo a un sistema electoral que empiece a terminar con la trampa y el robo de votos. Y lo hago aunque yo hoy, manejando el Estado nacional, sería el más beneficiado (por el viejo sistema). Pero creo que tengo que hacer este aporte a la mejora de la convivencia. Es parte de lo que llamo `unir a los argentinos`.

-¿Cree que la boleta electrónica podrá aplicarse en el 2017?

-Bueno, podría estar parcialmente aplicada en 2017. Ya vimos, por ejemplo, que Córdoba adhirió. Y yo creo que otras provincias van a hacer lo mismo.

-¿En la provincia de Buenos Aires?

- La Gobernadora está estudiándolo.

- ¿Y podría instrumentarse al menos la boleta única en papel?

- Puede ser; es una alternativa. No introduce la tecnología pero significa una mejora, porque evitaría, por lo menos, el robo de boletas.

- Así como hubo una estrategia opositora que frenó la reforma electoral, también se vieron desacuerdos de fondo sobre el tema de Ganancias y sobre el proyecto de emergencia social. ¿Cree que hay un quiebre en el vínculo con algunos sectores de la oposición?

- Yo creo que se confunde intentar mantener una agenda mediática con gobernar un país en dirección a la reinserción en el mundo, a volver a crecer, hacer reformas de fondo que permitan tener una Justicia independiente, garantizar la libertad de expresión con la cual convivimos hoy. Hay como una confusión en eso. Nosotros estamos convencidos, hoy más que nunca, del rumbo que hemos tomado. Y siento que la gente lo entiende mucho mejor que muchos de los dirigentes, que continúan haciendo propuestas demagógicas y propuestas que entorpecerían el camino de crecimiento que estamos emprendiendo.

-Presidente ¿Qué puntaje le pone al primer año de gestión?

- ¿Querés ponerle matemáticas? ¿Cuánto vale haber evitado la quinta crisis terminal de los últimos cincuenta años? ¿Cuánto vale, en la calificación, haber bajado la tensión en la Argentina? Hoy se convive, la gente está más tranquila, tenemos foros de todo tipo, todo el mundo se expresa, escuchamos a todos, dialogamos con todos, ustedes se expresan con absoluta libertad; el mundo nos abre las puertas, nos visita, nos invita a participar… La verdad es que son muchas cosas. Yo me pondría, para esta etapa, una buena nota. Yo pondría un 8.

-¿Cuál es la crítica que considera más injusta y cuál la que considera más justa a su gobierno?

-La crítica es parte de la vida y la convivencia. Y es parte del rol que deben cumplir ustedes, así que pretender que haya críticas justas, no sé… Yo eso lo aprendí en el fútbol: cuando la pelota pegaba en el palo e iba afuera, estaba todo mal; cuando pegaba en el palo e iba adentro, éramos todos unos fenómenos. Yo ahí aprendí como era esto.

-¿En qué áreas se centra la autocrítica del Gobierno?

-Siempre se puede mejorar. Si hay una curva de aprendizaje significa que podemos mejorar. Y estamos mejorando todos los días. ¿Por qué? Porque este gobierno está formado por gente capaz, con buena madera, honesta y con las mejores intenciones. Eso es lo que está en la cancha. Y eso no pasaba en la Argentina desde hace muchas décadas. Es gente que además intenta generar un espacio de convivencia y de trabajo en equipo. El camino es el ejemplo que nos dieron los muchachos de la Davis: el de la humildad, el del esfuerzo y el trabajo en equipo.

-En lo personal, ¿cómo sobrelleva el ejercicio del poder? ¿Lo siente en el cuerpo?

-Sí, claro que lo sentí en el cuerpo. Para mí también hubo una curva de aprendizaje. No es lo mismo ser empresario, ser presidente de un club de fútbol, por más que sea uno de los más populares del mundo, ni ser alcalde de una de las ciudades más importantes del mundo, que ser Presidente. Hay una curva de aprendizaje. Yo tuve que asumir este nuevo rol, entenderlo, ingresar al mundo, hacer la experiencia del G20, de las bilaterales, de las cumbres, fueron todas experiencias. Pero la verdad es que hace un mes, un mes y medio, que siento que, al menos en esta primera etapa, tomé dimensión de la tarea y me siento tranquilo y cada vez más convencido de que estamos en el camino correcto.

-Y ya piensa en otros cuatro años…

-Tengo sentido de la responsabilidad. Y sé que un cambio cultural como este va a llevar mucho más que ocho años. Al menos, yo tengo que estar abierto a pensar que voy a tener que llevar esta responsabilidad más adelante, pero no es lo que en este momento me desvela. Ni se me ocurre pensar siquiera en la elección de 2017. Mi día se debate en solucionar conflictos, en remover trabas, sobre todo eso: remover trabas para que los argentinos se puedan desarrollar. La apuesta acá es que la Argentina no va a salir adelante por la genialidad de un Presidente o de su gobierno; la Argentina sale adelante por el crecimiento de cada argentino, por el pequeño granito de arena que cada argentino va a poner; ese es el crecimiento de un país. El país va a ser grande porque cada PyMe se va a transformar en mediana empresa, y la mediana en grande, y eso hace crecer a todos, porque cada universidad va a mejorar en su excelencia, porque la calidad de la educación pública va a mejorar, desde cada jardín de infantes hasta cada primaria, todos los días un poco. Este es el desafío en el cual estamos todos comprometidos. El camino es salir de la informalidad, salir de la cosa frívola y superficial. Eso nos ha hecho mucho daño.

-¿No son cruciales para el Gobierno las elecciones del año que viene?

-Sí, claro que sí. Es muy importante que ganemos, no por una cuestión deportiva, sino porque va a fortalecer la idea del cambio. Aunque evalúo como positivo este año de transición, sé que ha sido duro, ha sido duro para muchos argentinos, pero esto recién comienza. El cambio cultural se tiene que profundizar, se tiene que acelerar. Y para eso necesitamos más apoyo de la gente. Aquellos que desde la prepotencia se resisten al cambio; aquellos que quieren conservar en forma mafiosa su espacio de poder, tienen que saber que esta no es una decisión de un gobierno, es de la mayoría de los argentinos, que queremos progresar, y entendemos que el progreso viene de que las cosas estén arriba de la mesa, desde el respeto y la verdad, y no de esconder…

“El camino es salir de la informalidad, salir de la cosa frívola y superficial. Eso nos ha hecho mucho daño”

- Cuando usted habla de un año duro para mucha gente alude, seguramente, a las dificultades de la economía, a la persistencia de la inflación y al aumento tarifario. Además de la herencia a la que usted ha hecho referencia ¿Cree que en esos planos han influido errores de parte del Gobierno?

- La lucha contra la inflación ha sido tal vez el mayor éxito que hemos tenido. Yo dije a principios de año: en el segundo semestre va a bajar drásticamente la inflación. La mayoría de ustedes me decía que era imposible… Esto ya no para más, decían. Y hoy estamos en un promedio de 1,5 por ciento mensual, que todavía está lejos de donde debemos llegar, que es a una inflación de un dígito anual, pero ha sido un salto de escalón positivo. Con las tarifas, claramente, sí pudimos haberlo instrumentado mejor. Pero ahí también quiero rescatar el enorme apoyo de la gente. Y me refiero, sobre todo, a los que viven en el área metropolitana, porque en el interior pagan tarifas más altas desde hace ya muchos años. Y acá el 83 por ciento de la gente pagó su boleta, aún costándole. Y desde la política se revirtió, lamentablemente, porque la gente ha dicho: aunque me duele, entiendo que la energía no puede ser gratis. No es gratis en ninguna parte del mundo, y los rosarinos, los cordobeses, los rionegrinos, los neuquinos, pagan ya dos o tres veces más que yo, entonces todos tenemos que pagar un poco más. Y este es el compromiso: acercarnos a pagar lo que vale la energía, porque sin energía un país no crece, sin energía no tenemos futuro. Y entre tantas cosas que el gobierno anterior nos quitó, en términos de futuro, fue haber dilapidado las reservas energéticas de este país. Vamos a necesitar una década para volver a tener nuestra propia energía, porque durante una década le hicimos creer a la gente que la energía no valía nada y que valía regalarla… entonces dejábamos las luces prendidas cuando nos íbamos, si teníamos calor en el invierno abríamos la ventana en lugar de bajar la calefacción… Son todas cosas que también hacen al cambio cultural. Y la austeridad tiene que ser un valor. Es algo que yo predico con el ejemplo desde hace muchos años, porque creo en el valor de la austeridad. Consumir más no nos acerca a la felicidad. Ahí estoy alineado más que nunca con el Papa: el dinero no es el camino de la felicidad.

-Se ha dicho que usted tiene alguna decepción con los empresarios; que esperaba quizá mayor compromiso y la toma de mayores riesgos…

-Nada en la Argentina hoy es susceptible de generalizaciones. Hay una camada de empresarios nuevos, jóvenes, empujando… empezando por los chacareros, pero también los que están en la industria del software, en los servicios con valor agregado, en el turismo, en las energías alternativas… Y también los hay viejos, entusiasmados con este cambio. Y los hay aquellos que son más conservadores. Y que quieren que las reformas estructurales que tienen que empezar en la Argentina, progresen. Hay de todo. Pero en general, yo diría que el empresariado mayoritariamente está acompañando, como también los argentinos.

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