Acrómata

Tras una exitosa primera serie de presentaciones, “Acrómata” volverá a tomar prestado el patio inglés del Teatro Argentino con una interesante mirada teatral y circense con la que se busca reflexionar sobre la rutina del trabajo y el apresurado ritmo de vida contemporáneo.

Bajo la dramaturgia y dirección de Jerónimo Búffalo, y con la participación de los intérpretes/músicos Esteban Trindade, Cristian Duic, Daniela Montiel y Francisco Cos, “Acrómata” es un juego de palabras entre la acrobacia que nutre el lenguaje de la pieza y la vida autómata a la que se quiere referenciar.

Con entrada libre y gratuita, la obra/performance que tiene un desarrollo escénico en 360º, tendrá nuevas funciones el jueves 3 y sábado 5 de diciembre a las 22, y cuenta con la asistencia de dirección de Sofía Marcos, también encargada de la imagen.

“Tras varios meses de experimentación sobre la temática y el material, la dramaturgia de la obra cerró en la idea de dos obreros que van a trabajar a una fábrica X con trabajo X -que cada espectador lo interpretará como pueda-, resultando que este trabajo es una máquina que los somete, los mecaniza y los explota y les saca todo lo que puede para su beneficio; y que luego los devuelve nuevamente a su casa para nuevamente comenzar esa rutina. Son pequeños eslabones o engranajes de una gran máquina”, aseguró Jerónimo Búffalo.

En diálogo con EL DIA, el joven actor y director local reconoció que con la obra también se buscó construir “una metáfora de lo que podría ser la vida de uno, no solo en un día sino metaforizar con un día lo que podría llegar a ser toda una vida”.

La precarización, no sólo laboral sino de la vida misma, atraviesa la propuesta, no sólo desde la dramaturgia sino, además, a través de los recursos con los que se cuenta.

“Partimos de una estética de reciclar cosas, de aludir a eso, a lo precario, contando con elementos muy básicos escenográficos a primera vista: juntamos tachos y con eso hicimos las luces, con cartón se armó la plataforma, la ropa de los chicos son jeans y pedazos de ropa que fuimos juntando”, explicó.

“Partimos de una estética de reciclar cosas, de aludir a eso, a lo precario, contando con elementos muy básicos escenográficos a primera vista”

La música en vivo termina de completar la propuesta con un rol protagónico: “Los músicos empezaron a juntar cosas de la calle: botellas, pedazos de fierros, latas, chapas y con todo eso armó una especie de batería que también hace a la estética. Ellos están metidos prácticamente dentro de la obra y serían también intérpretes porque también están trabajando”.

Sin diálogos pero con sonidos, utilizando la voz sin la palabra, la propuesta apunta a tocar “el costado más crudo del mundo del circo”, como una disciplina que implica un gran esfuerzo y desgaste. “Tiene toda una cuestión de violencia hacia el cuerpo, por el desgaste que implica para los acróbatas, que me pareció muy interesante para trabajar”, despojado de las sonrisas, los brillos y las luces que la “industria” circense tapa.

Con una crítica al sistema capitalista, “Acrómata” es una producción netamente independiente que, tras las primeras funciones en el marco del ciclo que coordina el Tacec, tuvo también un paso elogiado por la cartelera porteña.