¿Con nuevo pretendiente?

Celeste Cid ha tenido en los últimos tiempos algunos problemas para encontrar el amor. Amores tóxicos que derivaron en sus problemas de salud, romances fugaces y poca estabilidad caracterizaron la vida de la joven actriz que ya ha vivido como una veterana.

Y el 2014 marcó otra desilusión amorosa para Cid, cuando su romance con Chano Charpentier, líder de la banda pop Tan Biónica (hoy con Juanita Viale) llegó a su fin.

Acorde a su perfil bajo y sin ganas de alimentar el runrun mediático, la actriz se refugió en la intimidad e impulsó otros proyectos aprovechando esa energía: además de su rol en “Viudas e hijos del rock and roll”, se estableció como actriz de la pantalla grande con un jugado rol en “Aire libre” y su papel en “La parte ausente”, la futurista cinta de próximo estreno. Además, lanzó Japón, su marca de ropa junto a Paula Kohan.

“No tengo ningún rollo con la soltería. Está bueno también pasar los buenos momentos con amigos, con amigas, con familia y no depositar demasiada energía en la pareja, al menos en este momento, porque cuando trabajás tantas horas, la libido está puesta en función a tu trabajo, en los horarios de mi hijo... Hay algo que se va armando en base de esa rutina”, llegó a decir, incluso, en una entrevista realizada el año pasado.

Pero a pesar de sus declaraciones, Celeste podría haber encontrado el amor, o al menos haber vuelto a su búsqueda. Así lo develan imágenes publicadas en la revista del corazón “Paparazzi”, donde se la ve en un local de comida orgánica y macrobiótica de Palermo (bien acorde al perfil de la actriz), junto a un misterioso caballero.

Y no son pocos los que aseguraron que su relación va más allá de la amistad. La conducta de ambos, ciertamente, fue sospechosa: el hombre, alto y morocho y con aspecto empresarial, llegó al lugar, donde al descubrir a los fotógrafos evitaron cruzar miradas.

Pero después de comer, según cuenta la publicación, el caballero estuvo esperándola dos horas fuera de un negocio de manicuría, a donde entró Celeste para escapar de los flashes. Luego cada uno terminó marchándose por su lado.