Después de un cuerpo bonito: la actriz

Icono sensual y sexual de los 80, Luisa Albinoni (64) vive esta nueva etapa de su carrera como una revancha. Una oportunidad para demostrar que, detrás del cuerpo deseado que décadas atrás se transformó en su carta de presentación, como una de las vedettes más elegidas tanto por los grandes cómicos como por el público, existe una actriz que, ahora, busca el veredicto final: el del público.

Tras su paso por “Extinguidas”, la comedia escrita y dirigida por José María Muscari que proponía, justamente, reflotar a aquellas bombas del pasado y darles una nueva chance de brillar pero desde otro costado no tan exhibicionista, Albinoni es ahora una de las protagonistas de “Mujeres de ceniza”, la obra de Sergio Marcos y Martín Guerra que, con dirección de Roberto Antier, se presentará mañana a las 20.30 en el Teatro La Nonna.

En el escenario, Albinoni está ladeada por un trío de sólidas actrices como Zulma Faiad, Dorys del Valle y Adriana Salgueiro, quienes conforman el elenco de una pieza que ya lleva tres exitosas temporadas con una combinación de suspenso, drama y mucho humor.

Al cumplirse un año de la muerte de su marido, Clara recibe la visita de sus tres mejores amigas, quienes la creen víctima de una profunda depresión. Pero el estado de ánimo de la viuda es muy diferente al que Estela, Isabel y Teresa esperaban encontrar y todas deben enfrentarse cara a cara con sus secretos más inconfesables.

Esta es la trama de “Mujeres de ceniza”, la obra que por el suceso en Argentina tiene hasta una versión en México, y en la que Albinoni -que se reintegró ahora al elenco aunque ya había sido parte meses atrás en otro papel- es Estela, un personaje que, según contó en diálogo con EL DIA, la entusiasma por el hecho de que es algo “totalmente opuesto” a lo que el público estaba acostumbrado a ver de ella.

Tato Bores, José Marrone, Juan Carlos Altavista, Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Javier Portales, Juan Carlos Calabró y Mario Sánchez han sido algunos de los grandes cómicos con los que Albinoni ha trabajado a lo largo de su carrera, tanto en cine, como en teatro y televisión, a la par de Susana Giménez, Moria Casán, Graciela Alfano y otras mujeres de la época que supieron ratonear a la platea masculina. Ahora, treinta años después, sus necesidades son otras, y de aquella época dorada, como un esponja, dice haber absorbido lo mejor.

AHORA ASI SOY YO

-¿Cómo vivís este presente profesional?

-Estoy orgullosa de haber podido representar al pueblo, haciendo personajes populares. Es algo de lo que no reniego. Me da mucha familiaridad y ahora recibo todo ese cariño que uno fue sembrando. Cuando uno es joven, y en el que quizás tenés algo lindo para mostrar físicamente, es difícil ver más allá de lo que puede ser un buen actor o una buena actriz. Y creo que ahora, en este momento, estoy recogiendo todas esas posibilidades que me han brindado, para poder mostrarme en distintos personajes y distintos lugares.

-Una posibilidad que se puede aprovechar mejor si uno tiene buenos maestros, ¿no?

-Por supuesto. Yo estoy muy agradecida a las posibilidades que me dieron tantos directores, autores y productores (Gerardo Sofovich, Juan Carlos Mesa, Hugo Moser, Hugo Sofovich, Alberto Migré, Cecilio Madanes, José María Muscari, Roberto Antier), que tuvieron que ver con mi carrera y que han sido peldaños en la escalera de lo que uno llama la cúspide o lo que uno cree que llegó. Porque nunca se sabe a qué altura estás de tu carrera. Estoy agradecida a todo lo que hice porque eso me sirvió para poder ahora mostrarme desde otro costado. Cuando se es joven, nadie te mira si tenés talento, la gente te mira lo exterior. Y cuando todo eso desaparece, ahí queda la posibilidad de mostrarse, si es que hay algo de talento.

-¿Ahora es el momento de despedir para siempre a la vedette y dar la bienvenida a la actriz?

- Claro. Ya que el público me eligió popularmente y me dijo sí, ahora llegó el momento de decir, “bueno, gracias”, ahora yo quiero mostrarles, a esta altura, que no se equivocaron, y que hay algo más: hay una actriz que estuvo esperando para que ustedes me den ese veredicto. Si sirvo o no. Acá lo fundamental es que yo siempre quise ser actriz.

-¿Qué es clave en el camino de un actor?

-Este es un trabajo en el que no hay que creérsela nunca. Siempre digo que el día que uno se crea que es un genio, es el día en el que empezaste a caer y que no tenés nada que aprender. Esa es la debacle del actor. Siempre estamos en formación, y aprendizaje.

-¿Cómo ves la escena actual?

-Yo tuve la suerte de haber podido trabajar con todos los grandes. He sido un toque de varita mágica y eso es algo que no les ocurre a las chicas de esta generación; que a veces tienen que echar mano a otros recursos que no son los ideales en esta carrera.

-¿A quiénes ves como sucesores de los grandes maestros de la televisión y del humor con los que trabajaste?

-Yo creo que nadie reemplaza a nadie, no se puede reemplazar ni a un Tato Bores, ni a un Altavista, ni a un Calabró. Vendrán otros. Hay muchos que tienen talento. Es odioso nombrar a alguien. Pero el único que tiene la facultad para decir que sí, para subirlo al podio, es el público. Es el que elige. Yo, particularmente, admiro a un Gasalla, a un Pinti. Me parece que son pilares fundamentales, gente mayor con gran trayectoria que me merece respeto.

María Virginia Bruno