El origen del mundo según Haydn

Con una temporada artística que va llegando a su fin, este fin de semana será el turno de la despedida del ciclo anual de conciertos en el Teatro Argentino con la ejecución de “La Creación”, el monumental oratorio de Franz Joseph Haydn que, con entrada libre y gratuita, se ofrecerá hoy a las 20.30 y mañana a las 18.30 en la Sala Alberto Ginastera.

Bajo la dirección de Carlos Vieu, titular de la Orquesta, intervendrá el Coro Estable, preparado por Hernán Sánchez Arteaga, además de los solistas Juan Salvador Trupia (Adán), María Jesús Pavón (Eva), Santiago Ballerini (Uriel), Carla Filipcic Holm (Gabriel) y Hernán Iturralde (Rafael).

Las entradas serán gratuitas pero deberán ser retiradas previamente por la Oficina de Informes, hasta agotar la capacidad de la sala, desde una hora y media antes del comienzo de las respectivas funciones; que serán a beneficio de la Escuela Especial Nº 509, que funciona en el Hospital de Niños, y para lo que el Espacio Concientizador para la donación de médula ósea, “Mira y Anda”, solicita a los asistentes la donación de útiles escolares.

“Mira y Anda” es un espacio de concientización referido a la leucemia y a la necesidad del diagnóstico temprano y la donación de médula ósea para su cura. Asimismo procura generar conciencia sobre la importancia de la relación médico/paciente (y la familia de este último) desde una aproximación humanista y antropológica de las prácticas médicas, rescatando que el ser humano no es únicamente un ser biológico, sino que constituye un ser complejo e integral, siendo por lo tanto la salud y la enfermedad aspectos de índole socio-psico-biológico. En diálogo con EL DIA, Carlos Vieu -egresado como licenciado en Dirección Orquestal de la UNLP, docente, instrumentista y director de coros- se refirió a estas funciones con las que cerrará el ciclo anual de conciertos.

Al ser una de sus últimas obras, se trata de un trabajo de gran madurez, donde la orquestación y las técnicas de composición son avanzadas, muy cerca del lenguaje que tomaría Beethoven”

-¿Cuál es el valor de “La Creación” dentro del repertorio de Haydn?

-Es, sin duda, una de sus obras más importantes, su última sinfónica coral. Es una pieza de gran porte y duración, que involucra a cinco solistas de primer nivel, además del coro mixto y, obviamente, la orquesta completa. Es una pieza muy consagrada del repertorio.

-¿Cuánto hace que no se ejecuta en La Plata?

-Hace mucho años, por eso, para mí, es una muy linda experiencia poder llevarla adelante porque nosotros estamos muy habituados a la ópera y al ballet. Y si bien tenemos muchos conciertos sinfónicos, giran siempre alrededor del mismo repertorio, como “Carmina Burana” o el “Requiem” de Verdi, que son obras muy importantes y que no pueden dejar de estar. Pero poder hacer una obra diferente, de estas características, es algo enriquecedor tanto para los músicos como para los espectadores.

-¿Cuáles son las características que la hacen diferente?

-Fundamentalmente, la estructura de la pieza no es de una misa, como la mayoría de las obras con un texto religioso, sino que se refiere al génesis, al origen del mundo, según la sagrada escritura. Y presenta a un Haydn que si bien se lo asocia al período clásico sobrevive muchísimos años a la muerte de Mozart, y al ser una de sus últimas obras, se trata de un trabajo de gran madurez y desarrollo, donde la orquestación y las técnicas de composición son muy avanzadas, muy cerca del lenguaje que después toma Beethoven, y del contrapunto y una serie de cosas muy técnicas de hablar, pero que la hacen muy poderosa dentro del repertorio. Por eso siempre es un desafío poder hacerla.

-¿Qué balance podés hacer de tu gestión como titular de la orquesta?

-Lo viví como uno de los períodos más felices de mi vida artística, donde yo entré con un teatro desprogramado, desfinanciado, con una orquesta totalmente desarmada, con la mayoría de las personas contratadas o mensualizadas con mucha irregularidad, prácticamente con una decena y media de años sin tener la posibilidad de concursos de estabilidad. Y dejo una orquesta totalmente ordenada, totalmente concursada, lo mismo el coro, el personal administrativo, y ahora, últimamente, el cuerpo de maestros internos. Ahora tenemos una orquesta completa, con una planta maravillosa y con un elemento humano y artístico de primer nivel que funciona como una de las tres agrupaciones más importantes del país.

-¿Qué pasa después del 10 de diciembre?

-Más allá del cambio político, no debiera haber un cambio artístico. Porque si bien son cargos que, lamentablemente, no se concursan, los directores de los cuerpos estamos ahí porque somos profesionales que nos hemos preparado para esto y que trabajamos de esto. Tengo una gran expectativa de poder tener una continuidad, por un merecimiento propio y por una valoración de mi trabajo más allá de la política. Acá tenemos que aprender, no sólo en el Argentino sino en nuestro país, que aquello que funciona no tiene porqué ser destruido ni volado de un plumazo por más que haya un cambio de gestión. Y hay que empezar a tener “meditocracia”. Entonces, lo que no funciona hay que cambiarlo no cuando cambia el período político, sino antes de que haga daño. Y lo que funciona hay que sostenerlo. Es la única manera de generar una continuidad institucional que haga que las instituciones estén por sobre quiénes se adueñan de ellas durante cuatro años.