El tenista

Martín Bossi afirma que siempre supo que lo suyo estaba sobre el escenario: “Desde muy pequeño tenía esta inquietud, este fuego que tengo para comunicarme. Lo se desde que tengo seis años, pero me hice el distraído unos años y le dije a mi papá que quería ser tenista. Igual, le agradezco a mi viejo, me puso una raqueta en la mano y me salvo la vida, el deporte salva vidas”, lanza el artista.

Y explica: “Yo no sé qué hubiera sido de mi vida sin el tenis. La raqueta fue el vehículo para salir de mi casa, de un círculo pequeño de tres o cuatro mujeres donde se la pasaban hablando de enfermedades y de novelas, de Arnaldo André y de muertes…”

Ante ese panorama, Bossi revela que su padre le puso una raqueta en la mano y lo mandó al club. “La raqueta me dio amigos, una vida sana, me enseño a perder, que es importante para un chico, que te digan que no. Y me dio la posibilidad de evitar los males que pasan en la calle, y de tener hoy un cuerpo sano”, dice.

Pero, un buen día, el tenis lo dejó: “Me citó en un bar y me dijo: ‘Martincito, es hora de que nos tomemos un tiempo. Necesito ir con otras personas, estoy saliendo con el Gato Gaudio, tengo otras relaciones más interesantes por descubrir’. ‘Está bien, anda con ellos’, le dije: dejé el tenis y le dije a mi papá que quería estudiar teatro”, cuenta con risueña resignación.

Pero nada sería sencillo: “Denegado”, le dijo papá Bossi, “eso es para endrogados y para gente con maneras raras”. Y lo mandó a estudiar periodismo: “Yo ni entraba a las clases, me encaraba minas en los pasillos y participaba del teatro de la facultad”, se ríe.

Pero su padre falleció cuando Bossi aún era un joven estudiante y dejó como “herencia” una familia que sostener: “Si seguía dando clases de tenis me muero de hambre. Entonces me pregunté: ¿cómo mantengo esta estructura? Tengo que hacer lo único que se hacer en la vida”, cuenta, “y yo ya tenía claro que era actuar”.

“Desde muy pequeño tenía esta inquietud, este fuego que tengo para comunicarme. Lo se desde que tengo seis años, pero me hice el distraído unos años y le dije a mi papá que quería ser tenista”