Goly Turilli: una actriz de varios frentes

Elsa, el personaje que Goly Turilli interpretó en “Sos mi hombre” (El Trece, 2012/2013) se comía, literalmente, la tira de Pol-Ka. Esta simpática y leal mucama todo servicio hacía estallar las redes sociales cuando, en compañía de la turbada Brenda (Gimena Accardi), salían a hacer de las suyas en la tragicómica aventura de haberse convertido en pobres después de años de abundancia económico. De decir dos líneas, su criatura comenzó a tener más y más protagonismo, al punto que el guión se iba modificando según sus participaciones. Hoy, y tras una larga trayectoria en teatro independiente, su talento y carisma se despliegan en dos proyectos paralelos en la cartelera porteña: un musical infantil con sello platense, “El Parador de Valeria”, y un desopilante papel en “Piel de Judas”, la tira que marcó el regreso de Susana Giménez al teatro tras casi 25 años.

Con libro original de la platense Paula Schapiro, música del maestro Carlos Gianni y dirección de Dalia Elnecavé, “El Parador de Valeria” es un musical para toda la familia que se acaba de estrenar en el porteño Centro Cultural San Martín. Para Goly, quien encabeza esta propuesta junto a Diego Bros (también a cargo de la coreografía), aceptar este proyecto fue todo un desafío. Si bien ella tenía experiencia en el rubro infantil, nunca había cantado en escena.

“Cuando Dalia me convocó y me contó la idea yo le dije ‘vos estás loca porque yo no canto’. Y ella me alentó, me dijo ‘te conozco, sé que lo podés llegar a hacer’. Ella estaba muy convencida de que las partes mías cantadas las podía trabajar más desde la actuación, y así fue, le dije ‘si vos creés que lo puedo hacer, vamos para adelante’”, relató Goly, en diálogo con EL DIA, sobre la única traba que podría haber empañado su participación, algo que finalmente no sucedió. Sola, en dúo con Bros y a coro con todo el elenco, la actriz se luce en el escenario de la Sala Muiño, con un vozarrón particular y encantador que se complementa a la perfección con su forma de contonearse, gesticular y actuar sobre las tablas.

Otro de los retos que este espectáculo le suponía era que nunca había trabajado con niños y adolescentes. “Hice obras para chicos pero nunca trabajé con ellos como compañeros. Y la verdad es que fue algo fantástico. Es una locura lo rápido que comprenden todo y cómo se animan y lo hacen”, reflexionó la actriz sobre la experiencia de compartir elenco con los virtuosos en versión mini Agustina Cabo (Clarilú en Disney Junior), Lautaro Noriega y Nicolás Garro (Paka-Paka), Justina González Mazza (La Novicia Rebelde), Xavier Nazar Dutka(Paka-Paka y Priscilla), Iara Grom(Ventanitas en Concierto) Leandro Juárez (Sres Papis, Telefé) Thais Nascimento Rippel y Tomás Raimondi (Compañía de Teatro Musical de Ricky Pashkus).

Ambientada en una playa, la obra resalta el valor del mundo interior por sobre las apariencias. Un acierto en el guión es que no es la típica obra infantil que sólo puede disfrutar el público menudo. La pieza se saborea en familia, con temas típicos de la franja infanto-juvenil, y con varios guiños hacia los adultos, remarcados en la dupla Turilli/Bros, quienes dan vida a una pareja de separados que se anima a una nueva oportunidad en el amor.

Con funciones en la porteña sala de Sarmiento 1551, “El Parador de Valeria” se ofrece los sábados y domingos de junio y julio, a las 15.30, hasta el domingo 16 de agosto inclusive. Y durante las vacaciones de invierno tendrá representaciones de martes a domingos (menos los miércoles), también a las 15.30.

NUEVOS DESAFIOS

Formada con Thelma Biral y Raúl Serrano, Goly ha participado de las obras “Todo es una cuestión de amor”, “Messa da Réquiem”, “El Chorro de sangre”, “El Deseo atrapado por la cola”, “¿Te gustaría probar?”, “Saturnino”, “La cena” y, más recientemente, en “Las novias de Travolta”, un espectáculo en el que compartió elenco con Osvaldo Laport y con la que pudo mostrar otra faceta, tirando más al drama. “Me gustó mucho esa bajada que tenía pero me ven más para la comedia, quizás por lo físico o por la forma de mi voz. Entiendo eso pero también me gustaría poder demostrar que uno puede hacer otras cosas. De todos modos, amo la comedia”, ahondó la actriz.

Tras su paso por “Sos mi hombre”, y en paralelo a su convocatoria para “El Parador de Valeria”, la llamaron para secundar, ni más ni menos, que a Susana Giménez en su regreso al teatro, bajo la dirección de Arturo Puig. Este proyecto, implicó para ella un nuevo desafío: nunca había hecho teatro comercial y esta propuesta no era, precisamente, una más.

“A veces me pongo a pensar y no puedo creer que algo tan grande haya sido tan directo”, analizó Goly, en relación a su participación en “Piel de Judas”, una convocatoria a la que no tardó ni dos segundos en decir que sí. “Fue inmediato. Buscaban dos actores que manejaran el tema de la comedia con ciertas características físicas, una mujer robusta, grandota, y un hombre más pequeñito para formar una pareja muy particular”, contó la actriz, quien, junto a Marcelo Serre, le da vida a un matrimonio de nuevos ricos, “desesperados por querer mostrar y alardear con todo lo que tienen”.

A Susana no la conocía pero siempre la había admirado. Por eso, cuando la producción le dijo que tenía que ensayar en la casa de la diva, no lo podía creer: “Fue una cosa absolutamente rarísima. Además, yo siempre decía que si Susana volvía a hacer teatro, la iba a ir a ver, pero nunca imaginé que iba a trabajar con ella. Para mí es una enorme alegría, trabajamos muy tranquilos, Susana es una excelente compañera de escenario. Ella es sencilla, tal cual la ves, tiene esa simpatía y gracia natural, es genial. Por algo es Susana”.

Su presente profesional es inmejorable: tras años de remar en el universo independiente, y cuando pensaba que su carrera seguiría por esos rumbos, dos grandes posibilidades le golpearon la puerta y las dejó entrar. Para Goly, que encontró su vocación de grande, la actuación es su forma de expresión y no escatima en públicos. Por eso, hacer tanto una como otra obra la inunda de felicidad, a pesar de las corridas que los fines de semana se da, entre una y otra sala teatral. Al fin y al cabo, cuando hay ganas y buena vibra, nada puede salir mal.