“La Patota”, ganadora en la Semana de la Crítica

Llegar a Cannes es para el cine argentino un logro en sí mismo: el prestigioso festival europeo no sólo tiene lugar en una localidad de ensueño con la presencia de las estrellas más grandes del universo cinematográfico, sino que además es una enorme vidriera para mostrar el trabajo ante los más influyentes críticos del planeta.

En ese contexto, ganar es un sueño: y el sueño acaba de hacerse realidad para “La patota”, la cinta de Santiago Mitre, basada en el clásico de 1960 de Daniel Tinayre, que se llevó ayer el gran premio de la Semana de la Crítica en Cannes.

El jurado de esta sección independiente del Festival, presidido por la actriz y directora israelí Ronit Elkabetz, reconoció esta dura historia de una mujer que lleva hasta el final sus convicciones por “la originalidad de su tema y su mirada sin concesiones”.

“La patota” aborda el drama de una joven abogada, Dolores Fonzi, que decide dar clases en una escuela rural de Misiones, donde es violada por un grupo de alumnos, pero se centra en las decisiones personales y absolutamente libres que la víctima toma a partir de ese hecho.

En una intervención en vídeo desde Buenos Aires, Mitre agradeció el “gran honor” de recibir el premio al jurado, al que deseó poder agradecer pronto “en persona”. Además, destacó la labor de los actores del filme, especialmente de su protagonista, Fonzi, “corazón, alma y cuerpo de la película”. “’La patota’ no sería nada si Dolores no se hubiera comprometido así con ella”, dijo su actual pareja.

EL PREMIO

La Semana de la Crítica es un prestigioso premio que lleva ya 54 ediciones y procura premiar a los directores emergentes y reconocer su talento todavía sin descubrir: solo entran en competencia las primeras y segundas películas de los realizadores. Es considerado, en ese sentido, una verdadera usina de talento, y sus ganadores ganan mucho más que un diploma, al colocarse en la mira de los productores del mundo.

Mitre ya había irrumpido de manera poderosa en la escena nacional con “El estudiante” (2011), que cosechó numerosos premios y le dio la posibilidad de encarar el proyecto que lo llevó a triunfar en Cannes y a ampliar el horizonte de las posibilidades de su carrera a límites insospechados.