Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Espectáculos |Final de temporada

Las superficies de placer de “Westworld”

La serie de HBO cerró su primera tira de episodios tras diez capítulos cocinados a fuego lento, que generaron una profunda adicción en los fans

6 de Diciembre de 2016 | 02:28

El paquete de papas fritas diseñado para acompañar la ocasión, el episodio final de la primera temporada de “Westworld”, emitido en la noche del domingo, se abre. Instantes más tarde, la mano llega al fondo y ya no quedan más. Uno trata de engañarse, diciéndose a uno mismo que ahora los paquetes son puro aire... pero sabe que la verdad yace en otro lado: en su adictivo potencial.

Es la misma sensación de insatisfacción que miles sintieron al ver los créditos de la serie aparecer con la ominosa música de un piano levemente desafinado, omnipresente en la banda de sonido de la serie, como telón de fondo: necesitaban más.

“La gente que hace papas fritas sabe qué químicos poner para que uno quiera comer siempre una más. Ese es nuestro objetivo: hacerte ver el próximo episodio”, afirmó alguna vez Carlton Cuse, creador de “Lost”, el show adictivo original, el que empezó la manía, ese mirar desaforado que en Estados Unidos denominan “atracón” (“binge”).

Año a año, incluso, Netflix publica su divertida revelación de qué episodio de cada serie marcó el comienzo de la adicción para su audiencia, parte de su experimento por desentrañar, como hacen todos los productores de contenido, qué químicos son, más efectivamente, los que vuelven al público una audiencia cautiva.

Pero describir a la TV del siglo XXI como una adicción es a esta altura algo habitual. Incluso ha sido objeto de las hipótesis de la ciencia, que explicó el fenómeno como un simple acto de evasión inconsciente hasta llegar a hipotetizar que, al ver televisión, el cerebro actúa como si estuviera bajo un leve trance, “hipnotizado”.

Sin embargo, los shows exitosos que aparecen donde uno menos los espera parecieran deslizar que la fórmula para hipnotizar no existe: no a todo el mundo le gustan las papas fritas, ni el mismo sabor o la misma marca. Así que a medida que la demanda sigue creciendo, con más pantallas, la oferta también, jugando con los químicos para encontrar nuevos sabores, más adictivos, más distinguibles.

SERIALES AL PODER

Ahora, por supuesto, aunque no todo el mundo disfrute de las papas fritas y se vuelque hacia ficciones más “gourmet” (como “Black Mirror” o “The Wire”), siguen siendo el snack más popular del mundo, por lo cual siguen siendo producidas por miles de marcas alrededor del mundo. Las papas fritas de la TV son los seriales, ficciones diseñadas para el “atracón” al contar una sola historia a lo largo de varias temporadas en lugar de, por ejemplo, historias que terminan en cada episodio, aumentando el deseo de seguir viendo para saber que pasa.

Durante muchos años, la TV eligió como estrategia narrativa dejar a un lado la narración serial y producir historias autocontenidas: los televidentes no siempre podían llegar a ver cada episodio a la hora señalada, y perderse un episodio, en una ficción serial, es perderse una porción de la historia. En contrapartida, perderse un capítulo de una serie como “La ley y el orden” no suponía riesgo alguno para no poder disfrutar la siguiente entrega.

Pero hoy la ficción ha cambiado: se consume mayormente “bajo demanda”, es decir, bajo los términos de la audiencia, que decide cuándo, cómo y dónde. Esa modificación en la forma cambió también el cómo, dando más lugar a los efectivos seriales, ideales además, con sus giros y sorpresas, para provocar un “atracón”.

ACANTILADO Y MAS ALLA

La narración serial, cuya primera explosión data del siglo XIX con las novelas por entrega, tenía como herramienta principal para generar adicción el “cliffhanger” (literalmente, “colgado del acantilado”), esos finales abruptos que obligan al espectador a sintonizar el próximo episodio para saber qué ocurre. Pero hoy, en la “era de los hiperseriales”, no es la principal herramienta, sino una más.

“No veo a Breaking Bad como un serial sino como un hiperserial”, definió Vince Gilligan, creador de la serie que siguió el descenso en el crimen del gran antihéroe de esta era dorada de la TV, Walter White. El hiperserial es un serial cuya narrativa no solo no concluye cada episodio, sino que abarca numerosas temporadas, sin concretar la satisfacción del final hasta después de varios años de atracón.

Cuando una historia dura tanto, genera por un lado fidelidad del espectador, que quiere conocer el destino de sus héroes, pero, por otro, con la competencia de tantas otras papas fritas, se corre el riesgo de que la audiencia, simplemente, cambie de marca por una más satisfactoria.

Así, los hiperseriales compiten hoy durante la semana e incluso entre temporadas por seguir azuzando la imaginación de sus seguidores, algo se ha transformado en una característica central de las ficciones, que se producen pensando en generar durante el tiempo fuera del aire teorías, revisiones y discusiones en las redes sociales.

El modelo, que amplía lo vivido en la TV en otras pantallas, fue iniciado por “X Files” y explotado por primera vez por “Lost”, que descubrió en una estrategia de marketing “transmedia” el químico perfecto para sostener la adicción televisiva.

ADICCION MULTIMEDIA

Y “Westworld” está cortada con esa misma tela: como los grandes fenómenos masivos de nuestro tiempo, desde “Game of Thrones” y “The Walking Dead” hasta “Stranger Things”, fue creada minuciosamente por guionistas y ejecutivos ocultando pistas clave en cada rincón y resolviendo conflictos superficiales, momentos de acción y tensión, pero retardando la llegada de las revelaciones importantes para gestar infinitos videos en YouTube, posteos en foros y comentarios en redes sociales sobre qué está ocurriendo realmente en la pantalla. Podría hasta argüirse que seguir estos comentarios es crucial para el entendimiento y disfrute de los shows.

“Los fans están cerca”, afirmaba el jefe de programación de HBO, Casey Bloys, sobre las especulaciones que se tejían en internet en la previa del décimo episodio de “Westworld”. Lo afirmó sin decepción, contento por el objetivo cumplido: su equipo había logrado el balance perfecto entre brindar respuestas y pistas para dar alguna satisfacción al público, y mantenerlos adivinando, entusiastas, en las redes.

El final de la temporada demostró efectivamente que buena parte de las teorías importantes sobre la serie habían leído bien las escuetas pistas aparecidas a lo largo de los nueve episodios anteriores, entregó otras revelaciones importantes pero, más importante, mostró que este es sólo el comienzo.

El show, un comentario sobre el modo en que la ficción se produce hoy (completo con ejecutivos que quieren “simplificar las narrativas”), nos atrapó con los “cliffhangers” y las teorías, del mismo modo que sus clientes quedan encandilados con las superficies de placer que ofrece el parque. Pero el juego más profundo sigue revelándose de a poco, dándonos una dosis suficiente de incertidumbre para que sigamos visitando el parque, adivinando de qué se trata todo realmente durante las cuatro temporadas que restan, todas planificadas antes de rodar el show: “Westworld” es hoy una de las series que mejor distribuye sus químicos en sus papas fritas.

 

Pedro Garay

 

1,96 M

“Westworld” consiguió el debut más alto de una serie para HBO desde “True Detective”, con 1,96 millones de espectadores.

2,9 M

El número ascendió a 2,9 millones para el noveno episodio, números que pueden competir, por ejemplo, con la primera temporada de “Game of Thrones” (hoy promedia 7 millones de espectadores y es la serie más pirateada de la historia)

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

Multimedia
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2250

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3450

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2250.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla