Lizy tagliani: “No inventé un personaje para estar en TV”

No es la primera vez que visita La Plata pero sí será su debut teatral. Lizy Tagliani, la carismática peluquera que se ganó con su sensibilidad un lugar bajo el ala de Marcelo Tinelli, llegará a la Ciudad para contar, a corazón abierto, su historia: una historia que, se empeña en aclarar, no es mejor ni peor que la de cualquier otra persona y la que invita a conocer, siempre, desde el lado del humor.

Estilista de famosos, participante de “Bailando por un Sueño” y panelista radial, Lizy también juega a ser actriz (dice que si se lo hubiera propuesto ya estaría en Hollywood) y subirá mañana -21 y 23.30- al escenario de La Nonna con “La revelación del humor”, un show autorreferencial con anécdotas desopilantes a través de la mirada de una chica que, precisamente, no nació como tal.

Edgardo Luis Rojas fue el nombre que su mamá y su papá eligieron para nombrarla hace ya casi 45 años, una identificación obsoleta, solo para legalidades, y la que no le interesa cambiar porque sus padres “la eligieron con mucho amor” y así va a quedar.

Nacida y criada en Adrogué, Lizy es Lizy desde su adolescencia, en una época diferente a la actual, en la que el respeto a las diferencias va camino a ser la norma en lo que a cuestiones de género refiere.

“Yo a los 13 años ya era travesti. Mi papá me compraba ropa de mujer, todo el mundo me decía Lizy, y eso que era el año 83, imagínate... Siempre fui una chica muy libre, con valores muy firmes, y eso tiene que ver con la educación que recibí. Yo no fui revolucionaria porque siento que no había nada que revolucionar, pero me metía dónde me tenía que meter, y nunca me importó la mirada del otro. Nunca me puse en el lado de víctima”, contó Lizy en diálogo con EL DIA.

La estilista de Viviana Canosa, Marcelo Polino y Nicole Neumann, entre otras figuras de la farándula, cree que la victimización, hoy en día, no tiene sentido. “Si nos ponemos todos a llorar, no paramos nunca: ¿qué le queda entonces para la mina que tiene viajar tres horas para darle de comer a cinco críos? ¿Qué queda para un montón de otras realidades? Yo creo que todas las historias son fuertes pero, a la vez, si uno empieza a victimizarse, caemos todos en un mundo depresivo. La vida es otra cosa, es superación, y eso es lo que me gusta transmitir. Por eso uso tanto el humor”, aclaró.

Mujer trans o Lizy, simplemente, es la definición que mejor le va a esta carismática figura que desde el año pasado, cuando llegó a la pista de Tinelli para reemplazar a la Niña Loly encandiló a todos con su sencillez, sobre todo a Tinelli, quien, por primera vez en la historia de su show de baile, incorporó a un participante ya comenzado el certamen.

“Siento que Tinelli transformó mi realidad, una realidad que por momentos podía ser áspera y que ahora es de total seda. Yo siempre fui trabajadora, siempre me incluí bárbara en la sociedad, siempre fui peluquera, y por momentos vivía algunas situaciones que me lastimaban, como a cualquiera. Por eso mi vida cambió. Lo que hace la pista es elevarte internamente, te da liviandad y mejora tu autoestima”.

Preparando un unipersonal con el que desembarcará en la temporada cordobesa, Lizy disfruta de un presente inmejorable, enamorada y feliz. Sin aires de diva, esta estilista que no se “inventó un personaje para estar en la tele”, no pierde su esencia barrial. “Yo no tengo familia, ni madre, padre, nada. Mi peluquería es mi familia. Para mí, la base para siempre volver a tomar energía, a hacerse más fuerte, a llorar, a lo que quieras, es mi peluquería. Es mi contención. Como mi casa de Adrogué que es la tapa y contratapa del libro de mi vida: la abrí ahí y ahí la voy a cerrar”, concluyó.