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Espectáculos |CARINHOSOS DA GARRAFA

Los dueños de los martes

Desde hace casi dos años, sus ritmos cariocas cortan la semana en La Plata con un evento gratuito que, en formato de roda, busca difundir la cultura musical brasileña

28 de Abril de 2015 | 01:43

Cabeza, hombros, tronco, cintura y pies. O pies, cintura, tronco, hombros y cabeza. De una forma u otra, da igual, todas las partes parecen moverse solas. Las extremidades se acoplan y los dedos quieren chascar todo lo que no han chascado últimamente. La música brasileña entra por los oídos e instantáneamente el cuerpo se imagina ahí, en medio de un paisaje carioca, bailando por el campeonato mundial aunque sea un encuentro corriente, de potrero, amistoso nomás. La energía, despojada de estructuras, se siente y se contagia con el samba pagode, aunque también con enredo, choro y canção, los ritmos que han convertido a los Carinhosos da Garrafa en un verdadero fenómeno de la agenda cultural local.

Integrada por Marina di Bastiano (voz y cavaquinho), Nacho Alvarez (voz, banjo-cavaquinho y reco-reco), Esteban Alvarez (repiques, pandeiro y voz), Martín Messineo (guitarra de 7 cuerdas), Fernando Alvarez (mandolina y banjo-cavaco), Juan Zabala (cuica y pandeiro), Esteban Portnoy (batería) y Claudio Braga (surdo y tan tan), la agrupación nació en 2006 por inquietud de un grupo de amigos sobre estos sonidos festivos y contagiosos que ponen a bailar al país vecino.

Convocados por Pablo Giacossa, uno de los fundadores y quien los bautizó con un nombre que le hace “honor a la botella”, el comienzo de los Carinhosos tuvo un disparador desinteresado. “La idea, básicamente, era juntarse a aprender un estilo. Antes, cuando no había tanto acceso a la información, los músicos se juntaban para investigar, haciendo circular discos y materiales, y así fue como surgió el grupo”, cuenta Juan Zabala sobre sus orígenes.

Al principio, la agrupación circuló por centros culturales, bares y eventos de producción independiente que sirvieron como ensayo. Y en ese andar, relata Juan, “empezaron a pasar cosas interesantes sin buscarlas”, sin la especulación estratégica de una cosa que llevaría a la otra.

Naturalmente, con la fuerza anónima e increíblemente vigente de la técnica de difusión más tradicional conocida como el boca en boca, los Carinhosos da Garrafa fueron instalándose con una fórmula exitosa: buscan recrear el ambiente original del samba, respetando una de sus características esenciales, el formato de “roda”, con la banda en el centro de la escena, generando un clima de contacto y participación con el público.

Después de un período de transición en el que dejaron las percusiones de lado para rever la parte musical, los Carinhosos encararon con todo el 2013, un año en el que pudieron alcanzar la madurez sonora y profesional. Así, el objetivo de diversión que quizás reinó en la primera etapa no se dejó de lado pero se unió a otros que buscaban capitalizar con más seriedad todo ese fenómeno que comenzaba a vislumbrarse.

Siguiendo el claro ejemplo que en el porteño Centro Cultural Konex estaba protagonizando la Bomba de Tiempo, con un ciclo semanal los lunes que sigue dando de qué hablar, los Carinhosos apostaron fuerte a La Plata y propusieron probar con el martes. “Un día en el que la mayoría de los bares y boliches locales están cerrados. ¡Era todo un desafío! Pero encontramos el lugar, lo probamos, le dimos sus meses para asentarse y, como una escalerita, el público fue respondiendo de una forma que todavía nos sorprende”, reflexiona Juan en relación a los “martes carinhosos” que, desde las 19, en El Rincón de los Amigos, 51 entre 4 y 5, se han transformado en el ciclo más popular y convocante de la Ciudad. El verano pasado, y en lo que marcó todo un suceso, la roda se trasladó al Club Hípico de La Plata, un escenario en el que semanalmente se juntaban a danzar alrededor de ellos más de dos mil personas.

Gracia s a una “mano” de los Agapornis, Sony Music se interesó por el proyecto y les produjo su primer disco, una mezcla de producciones propias con pegadizas versiones cariocas fusionadas con funk y rock de hiteros temas de Adele, Divididos, Charly García, No Te Va Gustar, Bob Marley, Abuelos De La Nada y Pappo. La Placa, que alcanzó un notable éxito de ventas y reproducciones en las redes sociales, fue presentado con un show en vivo en La Trastienda porteña, un espacio en el que, desde fines del año pasado, todos los miércoles encabezan un ciclo similar al que hacen en La Plata.

Felices con este presente, sobre todo por la naturalidad con la que se fueron dando las cosas, los platenses se entusiasman con la posibilidad de un futuro ligado expresamente a lo musical. “La contracara de tocar semanalmente y gratis es que producir fechas propias por fuera es más difícil. De todos modos, y a partir del evento, se están abriendo otras puertas que nos exigen musicalmente otro tipo de compromiso y eso nos motiva, todo el tiempo, a querer seguir yendo por más”, concluye Juan.

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