Romeo Santos, el pionero en llenar de color y bachata el estadio Monumental

El cantante neoyorquino -hijo de latinos- Romeo Santos llenó el sábado a la noche su primer estadio River Plate a base de bachata, algunos toques de Hip Hop, pero sobre todo mucho carisma y contacto con un público incondicional que festejó la presencia de este exponente de la música latina, que viene teniendo un crecimiento sostenido en el mundo de la música. Anoche, al cierre de esta edición, se encaminaba a repetir la misma fiesta.

Romeo Santos, nacido en el Bronx, hijo de madre portorriqueña y padre dominicano, vino por primera vez a la Argentina con su anterior grupo Aventura, concretaron dos Luna Park, luego volvió como solista y la cantidad de estadios fue creciendo, hasta que en el 2014 llenó cinco Geba.

A pocos días de haber cerrado con todo en el Festival del Lago en el Calafate y arrasar en el Festival de Viña del Mar en Chile, Romeo se lució en un estadio repleto de fans, que aunque estaban impacientes por el retraso del show, una hora y media después de lo pactado en su primera cita, se olvidaron de todo y disfrutaron del “Rey de la Bachata”.

Desde su primera visita, Santos se vio preocupado por traer un show de nivel internacional y el sábado no faltó ningún lujo: lo acompañó una banda con 10 músicos, dos coristas, seis bailarines y cinco enormes pantallas para que el show se vea desde cualquier punto de la cancha de River, además de una interesante puesta de luces.

El recital comenzó con “Inocente” uno de sus hits, para luego seguir con canciones de su último disco “Fórmula Vol. 2” cómo “Fui a Jamaica”, “Loco” o “Cancioncitas de amor”.

Santos supo administrar los tiempos desde un escenario repleto de color dorado, con leones gigantes, y un pie de micrófono, también color oro, que asemeja a una corona.

Habló con el público, tomó vino desde su cáliz y brindó a la salud de las argentinas que en un 80 por ciento cubrieron el abigarrado Monumental, aunque también les habló a los hombres que sufren por amor. Todo pareció un poco recargado, pero, como la mejor fórmula ya probada cientos de veces, funcionó.

Promediando el show, y después de un comienzo a puro éxito, Santos se hizo un tiempo para sus canciones clásicas de su época en el grupo tropical Aventura, como “Noche de sexo” u “Obsesión”.

UN SUCESO

Así como hace 20 años Luis Miguel supo ponerle un cuerpo, una voz, y un sonido nuevo al bolero, hoy Romeo Santos lo hace con un género musical menos explotado como es La Bachata, un lugar que comparte con el joven Prince Royce, también neoyorquino e hijo de latinos.

A esta música, surgida a fines de los 70 como una derivación de la Salsa, y a la que Juan Luis Guerra llevó a la cima de los rankings en los ‘80, ahora Santos le agrega un cuerpo joven, algunas guitarras funk, algo de “máquinas” al estilo hip-hop, y una estética de video-clip proyectados todo el tiempo en las pantallas ubicadas en el Monumental.

El tiene una voz limitada, pero no hace ningún esfuerzo que lo deje “mal parado” porque, para los tonos altos y sostenidos, están el hombre y la mujer que conforman el coro, y que hasta juegan a ser “Pimpinela”, durante el tema “El Malo”.

Romeo se destacó por su espontaneidad y la participación e importancia que le da a su público, como cuando hizo subir a un joven del público para cantar a capela algunos fragmentos de sus canciones, previo al éxito “Ella o yo”.

O cuando tomó ahora a una chica del público para bailar, y darle algunos inocentes besitos, ante la admiración y envidia del público femenino que fue vestido, en general, como para una gran noche de amor.

Santos, el sábado, se cambió tres veces de ropa, lo que generó el aplauso y los gritos eufóricos de la platea femenina, además de los comentarios cómplices de sus músicos, que para esta altura de la noche, ya eran una parte más del espectáculo.

Para el cierre, Romeo descaró una andanada de éxitos para poner a la gente de pie, con Romeo y Julieta, los inocentes “Amor de Madre” y “Hermanita”, para luego entrar en la pasión más sensual de La Boda, 5 AM.

TODOS JUNTOS

Santos ha unido al publico tropical argentino, con la chicas de clase alta y media, tradicionalmente afines a Luis Miguel, Ricky Martin y Enrique Iglesias, con su estilo romántico, pero a la vez cachondo. Y con esos toques eróticos, Santos terminó el show al meterse en una cama gigante con una piba y entre las sábanas cantarle su hitazo “Propuesta Indecente”.

Toda la gente se fue contenta de este River que volvió a abrir las puertas para un recital, al igual que anoche, en el segundo consecutivo. Tras su paso por Buenos Aires, el Rey de la Bachata se presentará en Mendoza. el 10 de marzo en el anfiteatro Frank Romero Day, en el marco de la tradicional Fiesta de la Vendimia.