Un lavado de cara

Fox quiere cambiarle la estética a sus cintas: las películas de superhéroes hoy ya no se componen solamente de tramas complejas y acción explosiva; a partir de Marvel y DC, tienen humor, son autoconscientes y muchas veces también oscuras, reveladoras de la naturaleza humana aún en sus historias de superhumanos.

Por eso echó mano a Josh Trank para revivir “Los Cuatro Fantásticos”: el joven director se puso de moda luego de dirigir la “indie” “Chronicle”, oscura historia sobre un grupo de jóvenes que consigue poderes y se corrompe rápidamente, filmada con algunas ideas que hacían suponer que Trank, con un presupuesto importante detrás, podía crear algo único.

De hecho, fue elegido para dirigir un “spin off” dentro del universo de “Star Wars”, que incluiría las andanzas juveniles de Han Solo: pero Trank se bajó del proyecto, diciendo adiós al sueño del “pibe geek”. ¿Los motivos? Algunos dicen que lo despidieron por estar muy enfrascado con el cuarteto científico; otros, que agotado por la experiencia de trabajar en gran escala, Trank quiere para su próximo proyecto enfocarse en algo más personal.