Aseguran que habrá sanciones duras para los médicos que no cumplan con la Ley de Genéricos

El ministerio de Salud de la Nación advirtió ayer que habrá sanciones a los médicos que no cumplan con la Ley de Genéricos. Según las autoridades sanitarias, incluso, quienes no cumplan con esa normativa podrían llegar a perder la matrícula en caso de recurrir la infracción.

“La ley de nombre genérico (que obliga a recetar los medicamentos por el nombre de la droga madre) no se estaba cumpliendo, por eso estamos saliendo a recabar en las farmacias, auditando las recetas, y tanto el médico que no prescribió de acuerdo a la ley y la farmacia que no registró la infracción en su libro como debe hacerlo recibirán una sanción, una llamada de atención y una multa”, aseguró Daniel Gollan, ministro de Salud de la Nación.

Según el funcionario, “el médico que infrinja la ley por tercera o cuarta vez puede perder la matrícula”, aunque aclaró que esa medida tendrá vigencia en “la ciudad de Buenos Aires”, que es donde la cartera sanitaria nacional tiene competencia para este tema, por lo que el titular de Salud pidió “a las demás provincias” que ayuden a que se cumpla la Ley con sanciones similares.

Como tal vez se recuerde, la Ley 25.649 de Prescripción de Medicamentos por su Nombre Genérico, más conocida como “Ley de Genéricos”, se sancionó en el año 2002 en el marco de un país envuelto en una profunda crisis económica y de una serie de políticas nacionales de medicamentos del gobierno de Néstor Kirchner. La autoría intelectual de ley fue liderada por el entonces ministro de Salud Ginés González García y representó en la región un verdadero cambio de paradigma en la relación de la cadena que interviene en la industria farmacéutica local.

El espíritu de la ley tiene que ver fundamentalmente con amplificar el derecho de los pacientes a elegir libremente el medicamento -sin ningún tipo de intermediario- y que los laboratorios produzcan en el país aquellos medicamentos sobre los que pretendan una patente.

Argentina, hay que decir, es el cuarto país a nivel mundial en consumo de medicamentos por habitante, con un promedio superior a los 190 dólares anuales.