Cada vez más casos de hijos disputados por sus padres a través de las fronteras

El caso de las hijas de la argentina Ana Alianelli, una mujer a la que la justicia ordenó esta semana restituir a las niñas a su ex marido, que vive en Estados Unidos, reinstaló el debate en torno a un tema cuyo impacto crece en todo el mundo. El de los hijos disputados por los padres después de un divorcio a través de las fronteras. Una problemática que, según los datos que manejan las entidades que trabajan en ella, no para de crecer. Sólo en la Argentina y de acuerdo a los datos que maneja la ONG Niños Unidos por el Mundo, son alrededor de 10 las denuncias semanales que se reciben por conflictos de este tipo.

Se trata de un problema que, según los especialistas, se viene agudizando desde la década del ´70 de la mano globalización. Y un fenómeno en el que lo que más preocupa es la situación de los chicos, convertidos en el centro de disputas legales que pueden extenderse durante años cuyo impacto, al decir de psicólogos especialistas en niños y adolescentes consultados por este diario, pueden comprometer el desarrollo psico evolutivo de los menores.

Algunos de estos episodios fueron particularmente resonantes y marcaron un antes y un después. Como el protagonizado por Gabriela Arias Uriburu, una mamá argentina que a fines de los ´90, impedida de ver a sus hijos, que fueron llevados por su ex marido desde Guatemala, donde residían, a Jordania, inició una batalla legal que se extendió durante 14 años para lograr restablecer el contacto, Arias Uriburu se convirtió en un símbolo de estas luchas y creó la fundación Niños Unidos por el Mundo que hoy brinda asesoramiento a padres que enfrentan esta situación a través de Internet.

EL CASO

El caso de las hijas de Ana Alianelli ganó resonancia la última semana, cuando la Corte Suprema de Justicia rechazó el recurso de “per saltum” presentado por la mujer, madre de las dos niñas, de 6 y 8 años reclamadas por su padre en Estados Unidos. La disposición implicaba que las menores de edad deberían viajar para reencontrarse con su progenitor.

El recurso de per saltum había sido presentado por Alianelli, a través de las abogadas Mariana Gallego y Vilma Carluccio.

La Corte desestimó el pedido pero exhortó a los padres a “prestar la máxima colaboración en la ejecución de la restitución” de las niñas y pidió a los progenitores que se adopten “las medidas que tiendan a salvaguardar los derechos e intereses de todos los intervinientes”.

La Corte recordó que en octubre de 2014 quedó firme una sentencia de la Suprema Corte bonaerense que “había ordenado la restitución inmediata de las niñas a los Estados Unidos, precisando una serie de medidas para ser adoptadas a fin de garantizar un retorno seguro”.

El fallo de la Corte fue firmado por los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda.

La argentina Ana Alianelli y el estadounidense Denis Burns se casaron en 2004 y tuvieron dos hijas en Estados Unidos, pero se separaron seis años después y ella regresó al país con las niñas, con un permiso judicial que luego caducó.

El padre inició una serie de trámites judiciales para la restitución de sus hijas, que finalizaron con la decisión de la Corte.

Durante el proceso judicial Alianelli denunció por violencia doméstica a Burns y dijo a la prensa que “fue condenado y puesto en probation durante un año”. La mujer también acusó a Burns de perjudicar la economía de la pareja por jugar al póker y sostuvo: “Nos remataron la casa donde vivíamos en Aspen”.

Burns, en el marco de su reclamo de restitución de sus hijas, creó en su país la fundación “Return Burns Children Fund”, que recibió apoyo de diferentes sectores.

Alianelli, tras la decisión de la Corte bonaerense para que restituya a las niñas en octubre de 2014, dijo: “Después de haber construido un hogar para mis hijas en Argentina, me veo obligada a desgarrarlas de la única vida que conocen” y advirtió no tener “ninguna garantía de que su padre pueda brindarles sustento, seguridad, alimento y cobertura médica, ya que al momento no ofrece pruebas de tener un trabajo estable”.

Especialistas en Derecho de Familia consultados por este diario destacaron que casos como éste son cada vez mas frecuentes.

Miguel Gonzáles Andía, titular de la cátedra de Derecho de Familia y Sucesiones de la Universidad Católica de La Plata indicó oportunamente a este diario que estas situaciones se producen cuando se rompe el vínculo entre dos personas de distinta nacionalidad y una de ellas decide volver al país de origen. Lo preocupante de esto es que esa decisión muchas veces se convierte en el punto de partida de largos conflictos en los que los chicos “se transforman en objeto de disputa”.

Si bien lo más frecuente es que la justicia en estos casos ponga por delante el interés de la madre, hay otros casos, como el que instaló esta debate esta semana, en que la situación es inversa.

Con todo, lo que los especialistas destacan es que estas decisiones de la justicia no son para siempre. Se trata de disposiciones “dinámicas, abiertas y flexibles” y que pueden modificarse en función de distintas variables.

Al mismo tiempo, se destaca que estas decisiones judiciales ponen siempre por delante el interés superior de los menores. Otros factores que se tienen en cuenta es que los chicos no se vean expuestos, a partir de la decisión judicial. a ningún riesgo físico ni psicológico y que no tengan problemas para su adaptación.

Por lo general, lo que dispone la justicia es que el padre que tiene que hacer la restitución viaje con los menores para favorecer su adaptación al nuevo medio.

EL IMPACTO EN LOS CHICOS

Mientras tanto, los psicólogos especialistas en niños y adolescentes destacan que estos problemas deben ser resueltos entre adultos evitando que los niños se conviertan en botín de guerra. Y esto vale no sólo para los casos de padres que viven en distintos países, sino para cualquier situación que sigue a un divorcio.

Entre los trastornos que los chicos pueden presentar como consecuencia de verse “tironeados” entre sus padres se cuentan muchos, que adoptan diferentes características según el momento de la vida de los niños en que se produzca la desunión.

Para los más chiquitos pueden aparecer problemas como el bajo rendimiento escolar, la hiperactividad, el desafío a la autoridad y las regresiones de distintos tipos (en el lenguaje, en el control de los esfínteres) .

Para los adolescentes los riesgos incluyen la adopción de conductas impulsivas, el aislamiento, el abandono del hogar, el embarazo precoz o el consumo de tóxicos.