Confirman que la extrema pobreza condiciona el desarrollo cerebral

Los primeros años de vida son clave. Y vivirlos en la pobreza incrementa la vulnerabilidad y potencia las desventajas. Eso es lo que sugiere un estudio realizado por investigadores estadounidenses que indica que la pobreza perjudica el desarrollo del cerebro de los chicos que la padecen. Se trata de un concepto que desde hace años se viene barajando en medios científicos. Pero que el nuevo estudio confirma, mide, cuantifica. En las conclusiones del trabajo, los científicos instan a “dar un nuevo significado a la importancia de proteger y mejorar el entorno propicio para el desarrollo de los niños pequeños durante esta ventana de oportunidad en los primeros años de vida”

El trabajo fue realizado por investigadores de las universidades de Muchigan, Duke y Wisconsin (Estados Unidos) quienes destacaron que la matera gris se desarrolla peor en una infancia llena de carencias.

El informe fue publicado por la revista especializada JAMA Pediatrics. Y aparece a pocos días de que las cifras de pobreza en la Argentina se convirtieran en eje de una polémica, cuando un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) indicaba que el 28,7% de los argentinos está en situación de pobreza, cifra contrasta con los números oficiales, según los cuales el porcentaje de pobres en el país es inferior al 5%.

En tanto, especialistas platenses no se mostraron sorprendidos por los resultados del estudio, pero destacaron que, los problemas derivados de la pobreza en la niñez se pueden revertir con una detección temprana y el acompañamiento que permita que los chicos afectados reciban, además de la alimentación necesaria, estimulación temprana (ver aparte).

el estudio

Los autores del estudio estadounidense analizaron el desarrollo cerebral de los menores a partir de resonancias magnéticas hechas a lo largo de su infancia y hallaron que la materia gris del cerebro era sensiblemente menos desarrollada entre los niños y niñas pobres.

Así, detectaron que el lóbulo frontal, el lóbulo temporal y el hipocampo era hasta un 10% menor en los pequeños criados por debajo del umbral de pobreza en los Estados Unidos.

El estudio demuestra, destacaron los científicos, que las estructuras del cerebro destinadas a procesos críticos para el aprendizaje son vulnerables a las circunstancias ambientales de la pobreza, como el estrés, la escasa estimulación y la mala nutrición.

Determinaron así, que el desarrollo de las mencionadas regiones del cerebro son particularmente sensibles al entorno y la crianza del niño.

rendimiento

Los autores del trabajo cruzaron los datos correspondientes a las resonancias de esos chicos con otros relativos al rendimiento escolar de esos menores. La conclusión fue que la falta de desarrollo de la materia gris explicaría entre el 15 y el 20% de los déficits de aprendizaje de los escolares por debajo del umbral de pobreza.

Los científicos instaron a mejorar el entorno de los chicos, porque de esa manera se puede alterar el vínculo entre pobreza infantil, deficiencias cognitivas y rendimiento académico, según sostuvieron.