Cuarentones, solteros y contentos, un perfil que va ganando terreno

Federico M. tiene 41 años, está soltero y dice que se siente pleno. Hace más de tres años terminó con su último noviazgo. Cuenta que cuando piensa en su vida actual se imagina un cóndor planeando por los cielos. No quiere poner en riesgo la tranquilidad de su cotidianeidad, y cree que con una novia podría trastabillar su paz.

Es visitador médico y le va bien en su profesión. Hace unos meses puso su casa de La Plata en alquiler y se mudó en frente al río, en Punta Lara, porque su pasión es el kayak. Los fines de semana va a remar con tres amigos. Cada tanto participan de travesías que organizan otros kayakistas, e implican viajes largos y dormir en carpa.

“La sociedad nos devuelve una idea de cómo vivir, y lo que se plantea es que no tiene mucho sentido la convivencia”

Su vida, sin mayores contratiempos, se rige a merced de su voluntad. Invierte su dinero en gustos personales y se mueve a dónde lo lleven sus ganas: cuando un plan le interesa se suma y cuando no, lo descarta. Las tardes de lluvia que no trabaja le gusta tirarse en su sillón a mirar películas. Y cada tanto se anota en algún curso: el último fue de cocina gourmet.

Toma clases de spinning y suele engancharse en las cenas que organizan en el gimnasio. Mantiene una vida social activa: tiene varios grupos de gente conocida y no le faltan propuestas de salidas, pero algunos fines de semana le da por quedarse en su casa.

Federico probó con dos convivencias que no resultaron. Ahora tiene “amigas con derecho”, y sin compromiso. “Prefiero estar solo. Las mujeres te quieren cambiar. Yo salgo, paso buenos momentos, lindas sensaciones pero no me quedo enganchado. Y a esta altura ya sé cómo manejarlo para que sea así”, dice.

Cuenta que el gran desafío fue enfrentar las miradas acusatorias: “La gente espera que te cases, que tengas hijos. Y si no es así, piensan que algo malo tenés o que sos gay. Presionan para que cumplas con determinados mandatos. En ese sentido, hacer terapia me ayudó a estar solo, y lo elijo”.

Como el caso de Federico, cada vez hay más solteros que disfrutan de su situación, y no se preocupan por encontrar pareja. Aunque la mayoría deja las puertas abiertas al amor, no lo sienten como condición para una vida plena.

La tendencia de los “singles” viene de Europa y Estados Unidos y se va replicando en el país. Según el último censo nacional, Argentina ya tiene más habitantes solteros que casados: 15.652.412 sobre 10.785.133.

En Nueva York, por ejemplo, en respuesta a la creciente demanda de viviendas para personas que viven solas, comenzaron a construir micro departamentos para solteros. En Brooklyn levantaron un edificio con 55 unidades prefabricadas, que van de los 24 a los 34 metros cuadrados (con muebles rebatibles y mesas corredizas), y quieren construir más.

“El fenómeno de los ‘singles’ comenzó en Londres y se expande por diversos lugares del mundo. Se trata de jóvenes que la pasan bien estando solos, abocados a su trabajo, con buen pasar económico, no se plantean la convivencia aunque tengan pareja y pasan cada vez más tiempo con ellos mismos. Lo que más desean: libertad individual y autonomía en las decisiones. Otorgan gran valor al espacio privado y a los proyecto personales”, describe la psicóloga Adriana Guraieb.

¿Por que se volvio mas atractiva la solteria?

Las múltiples propuestas de actividades recreativas acaso podrían contribuir a una soltería más atractiva, en la que no se siente como un peso la ausencia de una familia: deportes individuales, grupales, hobbies, viajes, cursos, restoranes, teatros, bares y la posibilidad de ceder ante los gustos y caprichos personales pueden aportar entretenimiento y volver tentadora la vida del soltero. Una mujer e hijos podrían significar algunos sacrificios en este sentido.

“Se trata de jóvenes que la pasan bien estando solos. Lo que más desean: libertad individual y autonomía en las decisiones”

“Los solteros tienen mayor disponibilidad de bolsillo y disfrutan de la posibilidad de gastar sin reparos en lo que les interesa: invierten en juegos, tecnología, turismo, indumentaria, autos o en productos gourmet. Depende del perfil de cada uno”, dice Ximena Díaz Alarcón, de la consultora de tendencias Trendsity, y plantea que el consumo de este sector puede interpretarse en relación a la reconfiguración del ciclo de vida: “Los de 40 pasaron a ser adultos jóvenes, y quieren darse sus gustos”.

Una tendencia que busca institucionalizarse

El fenómeno de la multiplicación de los solteros se da en varios países. De hecho, en China institucionalizaron un día para celebrar la soltería: el 11 de noviembre. Ese día las tiendas ofrecen descuentos especiales para fomentar el auto regalo.

En Australia y en Estados Unidos, por ejemplo, hay actividades exclusivas para solteros el Día de los Enamorados. Se realizan maratones para recaudar fondos con fines solidarios: los ‘singles’ desafían al frío y corren en ropa interior por las calles de la ciudad.

“La sociedad nos devuelve una idea de cómo vivir, y lo que se plantea es que no tiene mucho sentido la convivencia. El mensaje es que desgasta a la pareja”, dice el antropólogo Héctor Lahitte, y plantea que el asunto se dio de manera progresiva: “Primero la iglesia dejó de tener sentido, después el registro civil y ahora nada. Aunque creo que en algún momento se va a volver a la familia tradicional porque los seres humanos necesitan ritos de pasaje”.

El especialista plantea que los valores que se promocionan en la sociedad actual fomentan la vida en soledad: la cultura del hedonismo, del disfrute individual, el narcisismo del cuerpo y las diferentes opciones de vivir la sexualidad. Además, la libertad y la autonomía parecerían estar asociados a la soltería.