El calentamiento podría ser un aliado clave contra el Mal de Chagas

El cambio climático que atraviesa el planeta podría no ser por completo para mal. Las alteraciones en las temperaturas y el régimen de lluvias que se esperan para los próximos años constituirían un valioso aliado al menos contra el Chagas, un mal endémico que afecta especialmente a nuestro país.

Así lo predice al menos un estudio liderado por investigadores platenses que analiza el efecto de las proyecciones meteorológicas sobre el principal vector de esta enfermedad.

El trabajo, realizado por científicos del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (dependiente de la UNLP y el CONICET) junto a pares del Reino Unido y Venezuela, sostiene que la vinchuca (Triatoma infestans) vería reducido su territorio para el año 2050 debido a las condiciones climáticas menos favorables para su distribución.

La presencia de la vinchuca disminuiría sobre todo en las provincias de Formosa, Chaco y Santiago del Estero, en una proporción importante: de los 4.751 casos de transmisión que se producen cada año en el país, para 2050 pasarían a ser 1.581, según calculan los autores del estudio, publicado en la revista británica “Philosophical Transactions of the Royal Society B”.

Para llegar a esa conclusión, los investigadores se basaron en un modelo de predicciones climáticas conocido como HadGEM2-ES y analizaron el efecto que ejercerían algunas variables ambientales, principalmente relacionadas con la temperatura y las precipitaciones” sobre la distribución geográfica de la vinchuca, según explicó a la Agencia CyTA-Leloir el doctor Jorge Rabinovich, uno de los principales responsables de la investigación.

Pese a lo alentador del pronóstico, los investigadores llamaron a “no bajar los brazos” en la lucha contra la enfermedad

El estudio se centró en las áreas de distribución de dos especies de vinchucas que transmiten la enfermedad de Chagas en dos países con condiciones climáticas bien diferenciadas: por un lado la Triatoma infestans, adaptada al clima templado y principal vector en Argentina; y por el otro, la Rhodnius prolixus, de preferencias tropicales y vector dominante de Venezuela.

Pese a lo alentador del pronóstico, los investigadores llamaron a “no bajar los brazos” en la lucha contra esta enfermedad, “ya que otros mecanismos de transmisión, como la que se produce de madre a hijo por medio de la placenta, por transfusiones sanguíneas o por accidentes de laboratorio, pueden seguir operando”.

Por otra parte, “en problemáticas tan complejas como la del Chagas, las áreas de distribución de la enfermedad se extienden más allá de los límites de distribución de los insectos vectores”, explicó por su parte la becaria doctoral Paula Medone, otra de las integrantes del equipo de investigación.

UNA PENOSA UBICACION

Con más de 1,5 millones de personas infectadas, Argentina sería el país con mayor cantidad de casos de Chagas de América, según un informe que acaba de difundir la Organización Mundial de la Salud.

El reporte señala que serían exactamente 1.505.235 los argentinos infectados con el Trypanosoma cruzi, el parásito que causa la enfermedad, lo que ubica a nuestro país por encima de Brasil (1.156.821 casos) y México ( 876.458), pese a sus poblaciónes considerablemente mayores.

Con todo, la mayor prevalencia de Chagas en el mundo la posee Bolivia, con 607.186 casos; seguida de Colombia, donde el 45,7% de su población andina padece la enfermedad.

Si bien en un principio este mal se encontraba confinado en el continente americano, sobre todo en Sudamérica, hoy se encuentra en todo el mundo, donde se calcula que el número de personas infectadas por Trypanosoma cruzi ronda los siete millones.

Aunque curable si es tratada al poco tiempo de producirse la infección, el Mal de Chagas no tarda en entrar en su fase crónica generando serios trastornos a la salud: hasta un 30% de los enfermos crónicos presenta alteraciones cardiacas y hasta un 10% padece alteraciones digestivas y neurológicas, o ambas a la vez.