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Información General |Dilemas de la alimentación saludable

Hijo de vegano

Desde hace un tiempo el veganismo irrumpió en la sociedad como una nueva filosofía de vida. Entre los debates que genera, el más polémico gira en torno a la manera en que estos padres deciden alimentar a sus hijos

27 de Agosto de 2016 | 01:23

LUIS ANDRÉS CORSO

Conrado tiene ocho años y dejó de consumir carne a los cuatro. Ya tomó su desayuno diario: té con leche de soja -que a veces cambia por mate cocido- acompañado de galletitas integrales.

Su mamá, Melisa Nardi, de 36 años, se hizo vegana al mismo tiempo que su hijo. Su papá, Sebastián Alcaráz, de 33, cuenta que, si bien es vegetariano, cuando está en la casa sólo consume alimentos veganos.

Sobre la mesa del living, hay un frasco de dulce elaborado con leche de soja: ejemplo de la variedad alimenticia que se puede conseguir, aunque aclaran que hay algunas semillas o especias que son más complicadas de encontrar en el mercado platense.

“Cuando hacemos un asado, la mitad de la parrilla es carne y la otra “pasto”, dice el abuelo de Conrado.

Más allá de la broma, él comprende la postura de su hija, que no se limita solamente a evitar el consumo de productos derivados de animales. “Lo que me interesa es que Conrado comprenda que él puede alimentarse sin dañar a los demás. Él come lo que quiere pero si algo tiene carne o jamón le digo”, explica Melisa.

Conrado padece una discapacidad motora desde que nació y su madre cuenta que la alimentación vegana lo ayudó mucho: “Está más fortalecido. Además va a kinesiología dos veces por semana y hace ejercicios de fuerza”. La dieta de la familia incluye verduras al horno, fideos o milanesas de soja al mediodía y por la noche tofu, elaborado con soja orgánica y una variada carta de legumbres que incluye garbanzos y lentejas preparadas en guiso, en milanesas y mezclados con semillas.

Para Sebastián también es importante: “Si Conrado empieza a tener en cuenta a un animal que, muchas veces, es lo último contemplado en una casa, podrá respetar a todos los demás”.

¿Qué significa ser vegano?

Para la mayoría de las personas los veganos y vegetarianos son aquellos que no comen carne. Si bien eso es cierto, los primeros enfatizan que hay una razón más profunda en esta decisión.

“El veganismo es una postura ética que se basa en no sentirnos superiores o dueños del resto de los seres vivos no humanos”, detalla Laura Aldao, representante del Colectivo Abolicionista por la Liberación Animal (COALA). La organización nació hace tres años para difundir esta filosofía de vida a través de cursos de comida y puestos de información ubicados en algunas zonas del centro platense.

“Nosotros no consumimos ningún producto de origen animal ni para vestirnos -como puede ser lana, cuero o seda- ni para alimentarnos. No comemos carne de ningún tipo, ni lácteos ni sus derivados, tampoco huevos o miel. Ningún otro producto que venga de la explotación animal” detalla.

Bajo la misma consigna, Aldao agrega que no utilizan productos que en sus ingredientes contengan algo de origen animal, como puede ser cebo o colágeno. Tampoco los que fueron testeados en animales, como los que fabrican algunas marcas de detergente, shampoo, pasta dental, cosmética o higiene personal. “Elegimos otras marcas o hacemos nuestros propios productos”, aclara.

En su opinión, las críticas hacia el veganismo se deben a que “es nuevo”, explica “explotó en los últimos años, por lo que hay que informar más. Cuando uno dice la palabra vegano algunos no saben lo que es, otros lo relacionan directamente con la alimentación”.

En cuanto a los chicos, Laura señala que “hay muchos papás que se acercan a la fundación y se inclinan por el veganismo, pero obviamente que la preocupación son los hijos. Nosotros los incentivamos a la consulta profesional para que se queden tranquilos. Acá no les damos ninguna dieta”.

Laura Aldao cree que se suman cada vez más jóvenes a la causa porque “es muy difícil que cuando se le habla a un chico sobre explotación animal, te diga que no le importa. Generalmente es el adulto el que tiene un rechazo porque ya está criado de cierta manera. Hay más veganos, porque hay más información.”

Quince años atrás, cuando Laura se convirtió a este modo de vida, todo era más complicado “tuve que ir a la biblioteca y me hice mi propia tabla de nutrientes para saber lo que necesitaba”, recuerda. “Era muy difícil encontrar a un médico que garantice una alimentación vegana. Hoy, al estar avalada por la OMS, es más fácil.”

Alimentos vs. nutrientes

Romina Venice es especialista en nutrición y derriba el prejuicio que dice que la alimentación de los niños que no comen carne es insuficiente: “Los chicos veganos pueden ser saludables y crecer de manera plena y normal. Es posible cubrir todos los requerimientos nutricionales si se lleva un plan de alimentación equilibrado”, explica. Claro que para esto hay que tomarse el tiempo de idear y preparar cada comida ¿pero acaso esto no es algo que cualquier alimentación equilibrada –con o sin carne- requiere?

Romina insiste en que para que los chicos crezcan con una alimentación vegana se debe ser muy prolijo: “Como están en etapa de crecimiento, se necesita tener una reserva adecuada de nutrientes para que el crecimiento llegue a su máximo potencial”, explica.

Puesta a elegir entre omnívoros y veganos, la especialista en nutrición explica su postura: “No estoy a favor ni en contra de los veganos. Por lo general este tipo de alimentación se da en personas que responden a ideales que me parecen muy nobles. No podría ponerme en contra de la persona que practica una vida vegana”.

“Muchos de los que están en contra de lo que es la dieta vegana o vegetariana siempre se refieren a alimentos más que a nutrientes. Me parece que ahí esta el error. Tenemos que hablar de nutrientes esenciales”, destaca la nutricionista y especializada en veganismo, Agustina Mori.

Las consultas más recurrentes en torno a los chicos giran en torno a su crecimiento tanto en el embarazo como en la niñez. Mori señala que “un bebé puede crecer perfectamente si la mamá tuvo los cuidados necesarios.”

Aunque también advierte que los niños de madres veganas que no cuidaron su nutrición, pueden sufrir las consecuencias, “como pasa con otro tipo de dietas o con la alimentación tradicional si no se tuvieron cuidados”, aclara Mori.

La especialista cuenta que hay ciertos mitos alrededor de los nutrientes que sólo se consiguen con la ingesta de carne. Los suplementos vitamínicos, según la doctora Mori, desarticularon esas falacias: “Actúan igual que el alimento, inclusive se pueden absorber mejor y más porque uno puede manejar las dosis y es totalmente útil”.

“Siempre hablamos de la vitamina B y B12 en el embarazo, pero también pueden faltar nutrientes -como las proteínas o el hierro- cuando no hacemos bien las cosas. Una persona cubre todo esto con la alimentación vegetal, a excepción de la B y B12, que no están en vegetales”, explica la especialista en veganismo. “Hay alimentos fortificados, leches para niños, fórmulas infantiles de vegetales que vienen con esta vitamina”, detalla.

Entonces ¿cuáles son los productos que no deben faltarle a los chicos veganos? Para Agustina Mori se deben respetar seis grupos de comidas: legumbres, cereales, frutas, verduras, semillas, aceites. Sin olvidarse del suplemento de vitamina B12.

Desde el año 2000 el vegetarianismo/veganismo comienza a expandirse de la mano de instituciones como la Unión Vegetariana Argentina (UVA) y aunque Internet contribuyó a la difusión de esta filosofía de vida, todavía hay mucho para aprender. Ante los miedos de los padres sobre la escasez de nutrientes, Mori aclara: “la dieta del niño vegano o vegetariano está aprobada por autoridades de salud. Podemos ver guías de nutrición, posturas oficiales o informes con el aval de autoridades como la Academia Americana de Nutrición y Dietética de EE.UU., la Sociedad Argentina de Nutrición, La Sociedad Pediátrica de Canadá, la Academia Americana de Pediatría”, enumera la especialista.

Guiada por las consultas que recibe, Agustina Mori piensa que hay cada vez más niños que se inician en el veganismo o vegetarianismo. Pero las dudas que los expertos disiparon, aún perduran en los padres. La licenciada Mori cree que “para que esto crezca como algo positivo y dejen de surgir casos de personas con problemas, los nutricionistas debemos aprender más sobre la nutrición del vegano, pero todavía hay mucho prejuicio, mucha negación.”

El veganismo en sociedad

Maximiliano Arias es dueño de un emprendimiento de cocina y un delivery para veganos. Está separado y su hija Abril, de siete años, vive con la madre. Por eso cuando ella se queda en su casa, él trata de explicarle algunas costumbres relacionadas al veganismo.

“Ella sabe que en casa no comemos nada que tenga que ver con animales. A veces me pregunta si tal comida tiene o debería tener un producto derivado de un animal. Le explico que no, sino que lo reemplacé por algo parecido que no le hace mal a nadie. Entonces noto que se queda más contenta, como que sabe que cuando no está conmigo come cosas que no le gustarían”.

Maximiliano asegura que su hija ya entiende que cuando come una milanesa consume la parte de un animal que no le vuelve a crecer. “De esa forma trato de explicarle, sin aburrirla ni hacer énfasis todo el tiempo en el asunto”, cuenta este papá que ya ve los primeros frutos de su enseñanza: “Ella sabe distinguir muy bien de dónde viene cada comida: si cayó de un árbol, salió de la tierra o de un animal”.

Para Andrea Bartolucci la situación fue al revés de lo normal. Su hija Agustina, que en ese momento tenía 13 años, le propuso comenzar a indagar luego de haber visto algunos videos acerca del veganismo. Hace cinco años que dejaron de consumir derivados de animales. Andrea resalta que “los problemas respiratorios que tenía Agustina desaparecieron desde que es vegana”.

También relata algunas complicaciones padecidas con Agustina: “en la escuela le hicieron mucho bullying por el hecho de ser vegana y verla como algo raro”. Aunque parezca mentira, llegó un momento en que la situación se hizo insostenible: “Dejó de ir a la escuela durante un año y nadie se hacía cargo”, cuenta la mamá, “me llegaron a decir que ella era una chica especial y que tenía que buscar un establecimiento educativo más pequeño”.

Pese a todo, Andrea enfatiza en que ellas son activistas: “Cuando hay un evento, surge un rescate, o en cualquier lugar donde podamos dar una mano, estamos. Todos los días se trata de difundir, incluso en las actitudes frente a los demás intentamos generar concientización”, asegura.

Generación verde

Ante el inminente crecimiento del número de adultos y menores que se inclinan por las dietas veganas o vegetarianas, surgen emprendimientos para abastecer de alimentos a este sector de la población.

Maia y Betania son las dueñas de un comercio de comidas vegano ubicado en el centro de la ciudad. Maia comenta que las madres van constantemente a comprar comida para los hijos. Algunas porque quieren que coman saludable, otro porcentaje porque los hijos son veganos y el resto de la familia no. “Entonces vienen y compran lo que es para los hijos y lo que es para el resto de la familia lo cocinan”, explica.

Los menúes no solamente cautivan a aquellos que sólo consumen estos alimentos, también están los que se ven atraídos por la gastronomía vegana porque utilizan gran variedad de componentes en cada uno de los platos.

“La gente viene a ver qué onda, no sabe mucho de qué se trata. Las madres quieren que los hijos coman saludable y no saben cómo hacer. Entonces vienen acá, buscan algo que encuentren sabroso. Como es vegano y orgánico les da un plus saludable sobre los productos habituales”, explica Maia.

La practicidad es un plus del que tampoco escapan los veganos: “Vienen a buscar hamburguesas de legumbres porque prefieren sacar la comida del freezer, calentarla y comer”, detalla una de las dueñas del emprendimiento.

En línea con la cuestión alimenticia, también comenzaron a gestionarse proyectos de ley, como el llamado “Mí menú vegano” que contempla la exigencia de que en todos los establecimientos del Estado, como hospitales, colegios y comedores exista un menú vegano/vegetariano.

El veganismo de a poco comienza a ganar terreno en aquellos lugares donde los padres ven necesario un avance. Muchos expresan que, salvo contadas excepciones, no hay en los kioscos escolares una alternativa para los niños que no consumen derivados de animales.

Si bien se trata de una manera de ver el mundo, el veganismo/vegetarianismo se instala, a fuerza de curiosidad, desde el lado culinario. Un gran porcentaje de la gente alguna vez comió tofu, alguna milanesa de soja o saitén, o le agregó semillas a sus ensaladas.

Los padres veganos ya no son esas personas que muestran videos de mataderos industriales en los cumpleaños de sus hijos. Sino que en la búsqueda de lograr concientizar, también le dan la opción de elegir, desde pequeños, qué tipo de alimentación quieren tener. Y qué grado de respeto tendrán por el mundo que los rodea.

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