Impresionante récord mundial de caída libre

Se tiraron de cabeza a una velocidad de hasta 385 kilómetros por hora. Lo hicieron un total de 164 paracaidistas, que establecieron el récord mundial de formación en caída libre sobre el cielo de Illinois, en Estados Unidos, construyendo en el aire una especie de flor gigante.

Para lograrlo, el equipo internacional debió realizar 13 intentos hasta romper el récord anterior de “skydiving”, fijado en 2012 por 138 paracaidistas.

La figura formada por los paracaidistas flotó apenas unos segundos antes de que los participantes se separaran para desplegar sus paracaídas, entre aullidos y gritos de celebración, acompañados por el júbilo de miles de espectadores en tierra.

“Fue impresionante -dijo Rock Nelson, uno de los organizadores- simplemente demostramos que si se puede juntar el grupo correcto de personas y el equipo de apoyo adecuado con unas buenas condiciones, todo es posible, incluso en el intento número 13. Pero no fue una tarea fácil”.

El equipo fue seleccionado después de largas sesiones de entrenamiento en España, Australia y Estados Unidos, en las que decenas de paracaidistas talentosos quedaron decepcionados al ser descartados.

Siete aviones debieron volar en formación precisa para asegurar que los participantes se reunieran en la altitud, el lugar y el momento correctos, hasta que los paracaidistas saltaron a 6.000 metros de altura.

Para completar el reto, fue necesario contar con cuatro camarógrafos -también paracaidistas consumados- que volaron por encima, por debajo y a los lados de la formación para que los jueces en tierra tuvieran pruebas de que se logró el récord.

“El récord no cuenta si no hay pruebas. Es como si el deporte que hacemos no existiera si no contamos con un dispositivo fotográfico”, dijo Norman Kent, quien ha estado tomando fotografías y grabando videos de paracaidismo durante cuatro décadas.

Los paracaidistas volaron a una velocidad mínima de 257 kilómetros por hora, y algunos alcanzaron velocidades de hasta 385 kph, por lo que una colisión a tales velocidades pudo haber resultado fatal.

LOS RIESGOS

Saltar desde alturas tan elevadas conlleva un riesgo muy grande de hipoxia -un malestar que surge de la falta de oxígeno y que puede causar desde síntomas de euforia similares a la embriaguez hasta la inconsciencia- y de muerte.

Por eso, para reducir ese riesgo al mínimo, tantos los paracaidistas como los pilotos respiraron oxígeno puro desde que sus aviones llegaron a los 4.300 metros de altitud.

El cielo de Illinois se convirtió así en el formidable escenario de un deporte extremo que convocó a los mejores exponentes del mundo.

Cabe destacar que, según el libro Guinness, a nivel individual Eugene Andreev ostenta el récord oficial por la caída libre más larga después de recorrer 24.500 metros sin paracaídas, desde una altura de 25.460 metros cerca de la ciudad rusa de Sarátov, el 1 de noviembre de 1962. Y aunque saltos posteriores han partido desde alturas más grandes, Andreev batió el récord sin utilizar paracaídas durante el salto.

Es el caso que protagonizó el famoso austriaco Felix Baumgartner, quien el domingo 14 de octubre de 2012 logró saltar con paracaídas desde una cápsula sostenida en la estratósfera por un globo de helio a aproximadamente 39.000 metros de altura, rompiendo tres récords mundiales, entre ellos los de caída libre desde mayor altitud y a mayor velocidad, superando inclusive durante unos segundos la barrera del sonido.