La cruda confesión de Angelina Jolie

De la misma forma que hace dos años relató el trasfondo de su doble mastectomía preventiva, Angelina Jolie hizo pública ahora la decisión que la llevó a extirparse los ovarios y trompas de Falopio para adelantarse a un posible cáncer, enfermedad que se cobró la vida de su tía, su abuela y su mamá. En una carta enviada al New York Times, la actriz reconoce que no lo hizo sólo por portar una mutación genética, y que también existen otras opciones médicas para las mujeres que se encuentran en su situación.

“Quería que otras mujeres que estuvieran en riesgo conocieran las opciones. Había prometido actualizar cualquier información que pudiera ser útil, incluso mi siguiente cirugía preventiva para extirpar ovarios y trompas de Falopio”, se justificó la actriz, a quien en 2013 le detectaron el gen BRCA1, una mutación que la exponía a un 87% de chances de desarrollar tumores en las mamas y una probabilidad de cáncer de ovarios de una en dos.

La remoción de ovarios y trompas “es una cirugía menos compleja que la mastectomía, pero sus efectos son más severos, dado que provoca una menopausia forzada. Por lo tanto estuve preparándome física y emocionalmente, discutiendo opciones con los médicos, investigando la medicina alternativa y evaluando mis hormonas para recibir reemplazo de estrógeno y progesterona. Pero sentía que todavía tenía meses para fijar la fecha. Entonces hace dos semanas recibí una llamada de mi médico con los resultados de los análisis de sangre”, relató Jolie.

“Hay una cantidad de marcadores inflamatorios que están elevados y en conjunto podrían ser una señal de cáncer incipiente”, contó la actriz que le dijo su médico al enviarla a consultar de inmediato a una cirujana para controlarse los ovarios.

“Sentí lo que, imagino, miles de mujeres han sentido. Me llamé a la calma, me dije que debía ser fuerte y que no tenía motivos para pensar que no viviría para ver crecer a mis hijos y conocer a mis nietos”

“Sentí lo que, imagino, miles de mujeres han sentido. Me llamé a la calma, me dije que debía ser fuerte y que no tenía motivos para pensar que no viviría para ver crecer a mis hijos y conocer a mis nietos. Llamé a mi esposo en Francia, que en pocas horas tomó un avión. Lo bueno de esos momentos de la vida es que hay mucha claridad. Uno sabe para qué vive y qué es lo que importa. Es algo polarizador, y produce paz”, relató en su carta al New York Times.

“Ni el examen ni la mamografía revelaron nada preocupante. Me alivió saber que si era cáncer estaba en sus etapas más tempranas. Si estaba en alguna otra parte de mi cuerpo, lo sabría en pocos días. Pasé esos cinco días en las nubes, yendo al partido de fútbol de mis hijos y trabajando para mantenerme calma y concentrada”, explicó Jolie.

“Llegó el día de los resultados. La tomografía estaba bien y la prueba de tumor resultó negativa. Estaba totalmente feliz, aunque el marcador radiactivo era preocupante. Todavía había chances de un cáncer en sus primeras etapas, pero eso era algo menor a comparación de un tumor desarrollado. Para alivio mío, todavía tenía la opción de extirparme los ovarios y las trompas de Falopio y opté por hacerlo”.

“No lo hice sólo porque tengo una mutación del gen BRCA1, y quiero que otras mujeres lo sepan -agregó en su carta-. Un resultado positivo de la prueba de BRCA1 no implica una cirugía. Hablé con muchos médicos, cirujanos y naturistas. Hay otras opciones. Algunas mujeres toman píldoras anticonceptivas u optan por medicina alternativa combinada con revisaciones frecuentes. Hay más de una manera de tratar cualquier problema de salud. Lo más importante es conocer las opciones y elegir lo que es bueno para la personalidad de cada uno”.

“En mi caso, los médicos que consulté coincidieron en que la mejor opción era la cirugía para extirpar las trompas y los ovarios, porque además del gen BRCA1, tres mujeres de mi familia habían muerto de cáncer. Mis médicos me indicaron que debía someterme a una cirugía preventiva aproximadamente una década antes del primer episodio de cáncer en mis familiares mujeres. A mi mamá le diagnosticaron cáncer de ovario a los 49. Yo tengo 39”, dice la actriz.

“No es posible eliminar todos los riesgos y la realidad es que sigo siendo proclive al cáncer -reconoció luego-. Voy a buscar formas naturales de fortalecer mi sistema inmunológico. Me siento femenina y creo en las opciones que tomo para mí y para mi familia. Sé que mis hijos nunca van a tener que decir ´mamá murió de cáncer de ovario`”.

“Más allá del reemplazo de hormonas, estoy en la menopausia. No podré tener más hijos y espero algunos cambios físicos. Pero me siento cómoda con lo que vendrá, no porque sea fuerte sino porque es una parte de la vida. No hay que tenerle miedo, no es fácil tomar estas decisiones,. Pero es posible asumir el control y afrontar de lleno cualquier problema de salud. Se puede buscar asesoramiento, conocer las opciones y tomar decisiones adecuadas para uno. Saber da poder”, concluyó la actriz.